Por esas cosas de la vida y la carrera, tuve el honor de ser jurado de la versión digital, en la 15a versión del Premio de Periodismo de Excelencia que organiza cada año y desde 2003, la Universidad Alberto Hurtado a través de su Departamento de Periodismo. Anoche se entregaron los galardones, en una jornada en la que el homenaje a quienes trabajaron en las revistas Paula y Qué Pasa, llenaron todos los mensajes.
Los premiados digitales probablemente causaron sorpresa. Lo supimos cuando votamos por ellos, ya que se trató de tres formatos novedosos, provenientes de autores poco conocidos, ninguno de ellos medio de comunicación formal. Se trató de una visita a la Carpa de Violeta Parra usando realidad virtual; el trabajo en las elecciones de una robot conversacional y un reportaje multimedia para un tema alejado de la pauta, como es la sequía en la Región de la Araucanía.
Los tres premiados cumplían con creces lo que se buscó destacar en la ocasión, que fue innovación y uso efectivo de herramientas digitales para contar historias. La categoría Cobertura en Redes Sociales, que también fue revisada, se declaró desierta por falta de exponentes que estuvieran a la altura del uso de esas herramientas de comunicación.
Lo que me llamó la atención en el proceso de revisar los trabajos postulantes, fue que en los trabajos destacados probablemente representan lo que se está haciendo en la frontera de lo que se puede llegar a hacer a través de medios digitales. Sin embargo, en los demás, creo que quedamos fuera del promedio. Especialmente, en redes sociales, donde no hubo un trabajo que marcara diferencias y que destacara por sí mismo; en la mayor parte de los casos, se trataba de apoyo para otra plataforma, sin una estrategia propia ni números que explicaran engagement o resultados de su uso.
Como he sido profesor de contenidos digitales por varios años, me siento particularmente responsable de lo que llegó como contenido digno de premio. Casi nada de innovación y mucho de “pegar” una imagen en una página para que se pueda ver en la pantalla, sin interacción ni desarrollo de experiencia de usuario.
Pienso además, que si miramos lo que se está haciendo en otros países y que postula a ser destacado en premios internacionales (por ejemplo, Premios Gabo y Premios OJA, por citar dos), estamos lejos. Cabe señalar que tampoco hay chilenos por esos lados.
¿Qué falta? Pues, trabajar más en digital. Pensar en pantallas y en interacción y menos en formatos estáticos. Y sobre todo, poner el énfasis en usar los medios digitales para contar historias que sean interesantes para el público. Allí es donde este formato puede hacer la diferencia.