Con el paso del tiempo hemos ido viendo cómo el comercio electrónico se ha extendido y ya es posible acceder a diferentes productos y servicios a través de medios digitales. Lo cual es bueno.
Sin embargo, lo que me parece complicado es que todo lo estamos haciendo a partir de un método de trabajo que no es local, sino que es universal. Sea Amazon, AliExpress o Sodimac, los botones son casi lo mismo aunque el contexto en el que se producen las acciones de ver, elegir y comprar sean tan diferentes como las personas que viven en las geografías en las que surgieron esos espacios de comercio.
Si antes de ir al punto de cómo localizar, nos damos una vuelta por las metodologías que ayudan a definir la forma que tienen los espacios digitales, podemos ver que cada zona creó su propia versión de cómo llegar desde una necesidad a un producto. Es así como en California se creó el Design Thinking; en Reino Unido, el diagrama del Doble Diamante o en Japón, el Kaizén y los Cinco por qué.
Pues bien, cada una de ellas se ha usado en este lado del mundo en forma habitual para avanzar hacia soluciones de diseño de problemas.
¿Habrá un método local que se haga cargo de nuestras características propias? Por ejemplo, las empresas en este lado del planeta (y con nuestra forma de hacer las cosas) se basan mucho en lo vertical del mando, la falta de recursos para invertir y lo temporal como norma de solución permanente; a eso se suma nuestra habilidad para mirar lo que falla en la idea que se expone antes de apoyar o proponer algo por nuestra cuenta (en Chile le llamamos chaquetear). ¿Habrá un método de diseño propio que incluya esas miradas?
Botones propios
Esto me permite volver al punto con que empecé. ¿Es posible ofrecer una experiencia de usuario que sea sudamericana? Y si fuera el caso, ¿qué botones podría tener un sitio de compras que fuera propio de esta zona del mundo?
Se me ocurre un par, que dejo por acá:
- Anótame la compra, para llevar algo sin pagar y que quede en un registro que pagaré a fin de mes. Es decir, un sistema de crédito que se basa en la confianza.
- Con yapa, es un método antiguo de compra en el almacén de la esquina, en que quien vende te regala algo; es la forma más antigua de fidelización. Hoy eso no existe y si te agrandan el combo, es porque te cobran más.
- El vuelto en dulces: ocurría en el comercio antiguo en que el vendedor sabía lo que te gustaba y por eso te ofrecía algo de tu interés (usualmente caramelos) en lugar de dinero de cambio. Imagina si pudiera existir la posibilidad de que el lugar donde compras siempre, tuviera una cuenta corriente a tu nombre y te diera algo extra cuando llegaras a un monto. Como lo hace Starbucks, pero a tu favor.
- Lo quiero rápido: entregarte algo más rápido aunque con un cargo extra por ese motivo. Es decir, no tener que esperar el envío normal, sino que pedirlo en horas y que funcionara.
- El cosito del coso: ayudarle a la persona que viene a comprar que sabe que necesita algo, pero que no tiene idea cómo pedirlo; el buscador tradicional no le sirve, por lo que habría que inventar una forma de apoyo. ¿Un chat? ¿Un buscador gráfico? ¿Realidad aumentada a partir de una imagen?
En fin, podría seguir. Pero creo que el punto es éste: resolver todas las interfaces de la manera habitual de otras zonas del mundo está produciendo que no haya personalización de la experiencia de usuario que tenemos aquí al lado y nos deja en la situación de que lo que se ofrece es lo mismo para todos. Sin importar el lugar del mundo en que estés.
Si la promesa de lo digital es que se puede adaptar la oferta para que consumas como quieres y dónde quieres, ¿no deberíamos estar pensando en una nueva forma de establecer esa relación entre vendedor y comprador?