Dale no más, después lo arreglamos mejor

Como trabajo haciendo sitios web, tengo claro que lo que se hace en formato digital puede ser modificado rápidamente e incluso, sin que quede demasiada huella.

Digo esto, en la última noche de febrero y luego de caminar por el centro de Santiago, donde nuevamente están reparando una calle, a la que le pusieron adoquines que fallaron y se soltaron antes de tiempo. Por eso, ahora le sacan los adoquines y le ponen asfalto. Dale no más, después lo arreglamos mejor, parece ser la consigna.

Es lo que se hace en el cyberday local, cuando en lugar de tener servidores que soporten alta demanda, se prefiere una solución más barata y eficaz, como es la generación de filas virtuales. La solución funciona, al menos un rato.

Es la forma en que se trabaja en la logística de entrega de productos que se compran vía comercio electrónico: hacer que el usuario espere en su casa todo el día, para que en algún momento, entre 9 y 9, llegue el repartidor con lo que se haya comprado. O, como me pasó la semana pasada al comprar algo y pedir retirar en la tienda: el plazo que me daban para que fuera a retirar lo que estaba en stock era para una semana después. O sea, vendamos online y después vemos cómo vamos arreglando los problemas.

Falta avanzar en la experiencia y darse cuenta que hay que resolver el problema completo y hacerlo bien la primera vez. Aunque da la sensación de que es más barato ir arreglando en el camino, ya que se nota menos al pagar por partes, el precio final siempre es más caro.

Pero, para quienes siguen ese camino, les dejo un consuelo. Es febrero, aún mientras escribo esto. Un mes que se puso allí para resolver un problema con los días que sobraban al fin del verano del hemisferio norte, donde vivían quienes crearon el calendario. Decidieron hacer un mes que se adpataba y que tenía más o menos días según se necesitara. Tuvo duraciones variables que fueron entre 24 y 30 días. Es decir, “Dale no más, después lo arreglamos mejor“. Una solución de parche que sigue hasta nuestros días.

En fin, se va febrero, se acaba el verano, empieza el año de verdad. Ánimo y a ver cómo arreglamos ahora lo que dejamos pendiente antes.