IA para periodistas: límites y tareas

Si algo ha cambiado en el último año ha sido el panorama de lo que ofrece la inteligencia artificial (IA) para la generación de contenidos digitales. Desde la aparición de ChatGPT en noviembre pasado, ha habido una sucesión de anuncios, cambios y tomas de posición respecto de la tecnología que ha sido tan rápido, que vale la pena parar un poquito para entender dónde y cómo estamos.

Así que aquí vamos con ese intento.

Lo primero: estamos en la mitad de un proceso que comenzó hace muchos años. La IA no apareció este año sino que es una tecnología con historia, que ha evolucionado y que continuará haciéndolo. Marta Peirano ofrece un artículo en que narra este proceso de manera muy completa, por lo que aconsejo leerla para ver cómo avanza y lo que se espera hacia adelante.

Impacta lo que ella avizora:

Para liberar al mundo del trabajo pesado, la muerte prematura, las enfermedades autoinmunes y la crisis climática, la industria requiere sacrificios que no son compatibles con la sostenibilidad del planeta ni con el mantenimiento de los derechos fundamentales que caracterizan una democracia. Ese es el peligro existencial de la inteligencia artificial.

Marta Peirano.

Respecto de qué es la IA en este momento y la manera en que puede utilizarse, creo que lo mejor que ha salido es la guía de Prodigioso Volcán (PDF), una empresa de comunicaciones española, que logró entender qué hacer y cómo subirse a este tema. En “IA para Periodistas, una herramienta por explotar” (2020) ofrece explicaciones simples y directas.

Por ejemplo, su definición de la tecnología: «Inteligencia artificial” (IA) implica enseñar a las máquinas a desempeñar labores complejas que hasta ahora sólo podían hacer humanos.

En este video, el recientemente fallecido Mario Tascón explica la guía, durante una charla que dio para la Fundación Gabo en octubre de 2020.

Desafíos no faltan

Como todo se está desenvolviendo y expandiendo casi en simultáneo con la aparición de la tecnología, no queda mucho tiempo para entender qué es y, además, usarla y debatir sobre qué puede hacerse sobre ella.

Por ejemplo, desde septiembre pasado hay un curso en proceso para periodistas por parte de la Fundación Knight Ridder titulado “Cómo usar ChatGPT y otras herramientas de IA generativa en tu redacción”. Más de 3 mil personas están en clases (conmigo incluido) tratando de entender qué hacer y cómo sacarle provecho a las nuevas herramientas.

Mientras eso pasa, medios como The New York Times decidieron bloquear el acceso a los sistemas que recuperan información de manera automática, también conocido como scrapping, para evitar que su información se pueda usar para entrenar los modelos de lenguajes (ChatGPT, entre ellos). La idea es que si quieres usar ese tipo de datos, tienes que pagar, parece ser el mensaje. 

Quien consiguió un acuerdo con OpenAI fue la agencia AP, que en agosto pasado informó que permitirá que ChatGPT use sus contenidos. Previo a eso, en abril pasado la agencia de contenidos financieros Bloomberg anunció que también había llegado a un acuerdo para crear su propio modelo, al que llamó BloombergGPT. Ambas empresas han sostenido que seguirán trabajando con periodistas humanos.

También hay que decir que las mismas son las que más han automatizado la creación de contenidos, incluso antes de la aparición de la AI del último tiempo. Eso porque los contenidos ligados a las finanzas, fueron los primeros candidatos a ese proceso. Ejemplos en ese camino son los que venía entregando la empresa española Narrativa desde hace años.

Por lo tanto, tenemos que hacernos cargo de que habrá impacto; no se puede desconocer.

La publicación Gizmodo en Español, dedicada a diversos temas incluyendo tecnología, anunció a comienzos de septiembre pasado que estaba comenzando a usar IA para traducir, al incluir un aviso al final de los textos que indica: «este contenido ha sido traducido automáticamente del material original».

Quienes se dedicaban a esas tareas fueron despedidos (por ejemplo, así lo explicó Matías, un ex-redactor: una IA me quitó el trabajo, literalmente).

Va a seguir ocurriendo. Por eso hay que prepararse. En un buen artículo sobre el rol de los periodistas ante la IA, Jordi Pérez de El País, lo explica de la forma más clara que he leído hasta ahora:

Sería conveniente que cada periodista piense en cuál es el grueso de su trabajo y valore cuánto de ese contenido puede empezar a automatizarse. Cada periodista y cada redacción deberá decidir sus límites. Los ajustes serán inevitables.

Jordi Pérez.

Estamos avisados.