Desde que empecé a trabajar en contenidos digitales tuve la necesidad de entender tanto los materiales como los métodos de producción. La premisa inicial a mediados de los 90s era que si bien se trataba de contenidos, había que adaptarlos a los materiales en que se iba a presentar y ofrecerlos de acuerdo a las necesidades de las personas que lo iban a consumir.
Con el paso del tiempo adoptamos la arquitectura de la información como el método para organizarla, la experiencia de usuario como el mecanismo para ofrecerla y la usabilidad como la medida de la calidad de lo que estaba ocurriendo en la pantalla. Esos tres conceptos siguen estando vigente y, con algunas mejoras y adaptaciones, las seguimos enseñando y presentando a quienes se internan en estos ámbitos.
Asimismo, hay otros elementos permanentes que se siguen enseñando con algunas adaptaciones. Por ejemplo, que las personas leen poco y por eso hay que escribir de acuerdo a esa realidad. Que la tipografía aparece como un material clave para ayudar a la lectura. Que los enlaces son el material mínimo indispensable para contar historias. Y que se debe pensar en el negocio, ya que hacer sostenible la práctica de la profesión es lo único que permitirá su supervivencia.
Aprender lo nuevo
Lo que ha cambiado y que para este curso constituye material nuevo, es el uso de nuevas tecnologías para crear contenidos, como son los modelos de lenguaje e inteligencia artificial para crear textos o imágenes.
Otro aspecto al que hay que darle espacio es el rol que tiene la desinformación y fake news en la forma en que las personas entienden el mundo, llevamos muchos años enfrentando el problema y pocos resolviendo ese tema.
Adicional a esto hay que abordar el concepto de estrategia de contenidos, cuyo objetivo es vincular lo que se muestra y entrega en la web y redes sociales, con los objetivos que tiene el negocio del que habla la información.
Pero, lo central y a lo que hay que dedicar tiempo, es a la necesidad de contar mejores historias. Quizás sea lo más relevante que vamos a trabajar y aunque esté al final, sea lo que tenga la mayor prioridad. Las historias son las que nos mueven, por ellas vivimos, creemos y avanzamos en la vida. Así que, sin más, que comience el semestre.