Los pequeños cambios producidos por la IA

Hace tres años escribí acerca de los primeros datos que nos llegaban acerca de un software basado en inteligencia artificial que permitía escribir texto como si fuera una persona. Se trataba de GPT-3 y fue usado por el diario inglés The Guardian.

Esta semana me interesó un artículo de The New York Times acerca de las palabras que el Gobierno de Estados Unidos ha sacado de circulación de los documentos oficiales (ver imagen a continuación) gracias al uso de una herramienta basada en una tecnología similar.

El listado de palabras que NYT descubrió que ya no están en los documentos publicados gracias al uso de IA.
El listado de palabras que NYT descubrió que ya no están en los documentos publicados gracias al uso de IA.

En la explicación que aparece al final del artículo se detalla que se tomaron imágenes desde 5 mil sitios web gubernamentales, además de otros recursos enlazados desde ellos, y se comprobó lo que había antes y después del inicio del actual gobierno, para entender qué cambió. Así lo explican:

Empleamos un modelo lingüístico amplio para buscar cambios en el texto extraído, concretamente palabras que las agencias habían señalado como en desuso. El modelo multilingüe nos ayudó a identificar los cambios temáticamente similares a la lista de palabras desaconsejadas. También permitió detectar los cambios realizados en páginas en idiomas distintos del inglés.

Una vez realizada esa tarea hubo una revisión manual de cada caso para determinar el significado y la relevancia de cada cambio.

En el mismo artículo se muestran ejemplos (como los de la siguiente imagen) y se deja un formulario, para que quienes han participado en esas tareas de edición puedan contar su historia. Ofrecen no publicar nada sin conversar antes, eso sí.

Los textos con palabras marcadas del antes y después de la edición de las palabras prohibidas.
Los textos con palabras marcadas del antes y después de la edición de las palabras prohibidas.

No deja de ser fuerte esto de ver que hay una lista de palabras y de cómo se construye una nueva realidad con palabras aprobadas y prohibidas.

Herramientas con AI

Por el lado tecnológico, lo interesante de lo que cuento aquí es cómo hemos ido avanzando en estos tres años, de partir con la IA como un actor hasta transformarla en una herramienta habitual.

Como ya he contado antes, esto también ha pasado en los buscadores gracias a que Google lo integró como un generador de resúmenes. E incluso se ha utilizado en otras áreas para ayudar a los redactores a crear ideas acerca de cómo enfocar un reportaje (aunque con resultados no tan destacados).

Pero lo que creo que está pasando, es que gracias a la experiencia que hemos obtenido en el uso de este tipo de productos, se les está dando el espacio efectivo que deben ocupar. Es decir, generar una capacidad más en manos de quienes deben generar contenidos, para aumentar la velocidad de ejecución, desarrollar flujos de trabajo simplificados con su aporte y ser una ayuda para la creatividad de las personas que, habitualmente, están agobiadas buscando qué decir y qué mostrar en su incesante ritmo de producción de contenidos.

Aún queda mucho para ver y por eso recomiendo ir siguiendo sus avances. Lo que hace el Reuters Institute es un buen espacio para eso, tal como otros investigadores como The Generative AI in the Newsroom y las publicaciones en Online Journalism. A no perderles la pista.