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Temas relacionados con periodismo digital y la industria de las noticias.

Lo que dejaremos de hacer gracias a la inteligencia artificial

A raíz de la aparición hace una semana de ChatGPT, una aplicación que conversa mediante texto y que está basada en inteligencia artificial (presentada por OpenAI), varias veces entre la gente que sigo se ha mencionado que se trata de un posible reemplazo del buscador de Google.

El chat al que me refiero es una aplicación que tiene la capacidad o habilidad de responder preguntas hechas en lenguaje natural, es decir, de la manera en que conversamos. Responde en español (además de inglés), recuerda lo que te ha dicho previamente y elabora ideas de manera hilvanada por lo que constituye un lugar interesante para considerar cómo pueden evolucionar a futuro las aplicaciones de este tipo.

¿Por qué podría reemplazar a Google? La explicación es que al dar respuestas directas, compite directamente con el mayor uso que tiene ese buscador en este momento, que es entregar información directa en pantalla, sin necesidad de que las personas que consultan tengan que seguir un enlace (hablamos de eso hace unos días).

Un par de ejemplos

Por ejemplo, a la pregunta de «cuál es el mayor escritor chileno de la historia«, responde:

Uno de los más destacados escritores chilenos de la historia es considerado Pablo Neruda, quien ganó el Premio Nobel de Literatura en 1971. Otros escritores chilenos importantes incluyen Gabriela Mistral, premio Nobel de Literatura en 1945, y Isabel Allende, autora de varios bestsellers internacionales.

Texto generado por ChatGPT.

Y a la petición: «puedes escribir en tres párrafos un texto para el colegio que explique cuál es el mayor escritor chileno de la historia«, responde con:

El mayor escritor chileno de la historia es considerado Pablo Neruda, quien nació en 1904 en Parral, Chile. Neruda fue un poeta y escritor de gran talento y originalidad, y su obra literaria abarca diversos géneros y estilos, desde la poesía lírica y el ensayo hasta la novela y el teatro.

Neruda ganó el Premio Nobel de Literatura en 1971, y su obra más conocida es probablemente «Veinte poemas de amor y una canción desesperada». Este libro, publicado en 1924, es una colección de poemas románticos que rápidamente se convirtió en uno de los más populares de la literatura chilena.

Además de su trabajo como poeta, Neruda también fue un activista político y social, y su obra literaria refleja sus convicciones políticas y su compromiso con la justicia social. Su legado literario es uno de los más importantes de Chile y de América Latina en general, y su influencia sigue siendo evidente en la literatura contemporánea.

Texto generado por ChatGPT.
¿Qué sigue?

Algunos días atrás di una charla ante profesores de colegio y quedaron atónitos cuando les describí esta función. Abre tantas posibilidades de actividad para quienes están estudiando (para dejar de hacerlo, por ejemplo) como ideas respecto de qué actividades van a ser complementadas, si es que no reemplazadas, con estas nuevas funciones que van a ir llegando de manera regular a nuestras pantallas.

Uno de los efectos que tuvo la Internet más la web y sus buscadores fue la posibilidad de evitar usar la memoria para acceder a lo que necesitábamos recordar, ya que sólo había que anotar las palabras adecuadas para llegar a la respuesta en milisegundos. Lo bueno de ese sistema es que las respuestas traían una fuente de origen de la información, lo que facilitaba su revisión; en el caso de este chat no hay fuentes de los datos lo que permite abrir espacios a la duda, si es que tienes el tiempo para hacerlo.

El otro espacio que se abre es que una actividad tan humana como poner por escrito las conclusiones de lo que has averiguado (antes llamado redacción) ya no será tan necesario ni relevante, porque este método automatizado facilita (para no decir que reemplaza) esa tarea en su totalidad.

Se abren muchas preguntas y me parece útil comenzar a hacerlas.

¿Cuánto pagarías por ver un medio online?

Casi en el inicio del periodismo digital, entendido como el ejercicio de la profesión y del negocio de entregar noticias desde plataformas de Internet, ha habido una discusión acerca de si cobrar o no por lo que se entrega a través de estos canales.

Dado que me tocó vivir en el inicio de esta parte de la industria en Chile, estuve en las mesas en la que los directivos discutían, primero, acerca de la conveniencia de estar en Internet y luego, de si habría alguna forma de hacer rentable esa presencia.

La preocupación inicial era si la venta de la versión impresa de los medios caería debido a que era posible leer lo que se publicaba a través de Internet. La respuesta inicial fue tajante: no era un problema, porque había tan poca gente conectada que no se notaría.

Sin embargo, persistía la preocupación en la industria porque se entendía que entregar todo gratis a la larga sería un problema. Incluso, en el propio inicio hubo diarios como The Wall Street Journal en Estados Unidos, que tan temprano como 1996 puso un muro de pago (paywall) para obligar a las personas a pagar; ese método fue seguido por otros con la creación del término freemium (mezclando las palabras free y premium) para denotar la entrega de algunos artículos gratuitos para luego cobrar por el acceso a todo el contenido.

La pregunta que busca respuesta desde entonces es cuál es el precio a cobrar por el acceso y en caso de entregar artículos gratuitos, cuánto es el número mínimo de artículos de regalo que lleve a las personas a querer pagar por tener un acceso mayor. Esa misma pregunta queda respondida en un artículo publicado este mes por un científico del The New York Times que cuenta lo que ha hecho para resolver este problema.

El embudo de suscripción de The New York Times.

La imagen muestra el embudo de conversión de suscriptores y refleja que cualquier persona que entra al diario recibe la posibilidad de leer un determinado número de artículos; si se registra recibe más hasta llegar al límite mensual que lo lleva a decidir si paga para ver más o se espera hasta que le liberen más artículos gratuitos. Lo interesante es que usando una capa de software basada en machine learning, el diario intenta pronosticar si conviene darle más o menos artículos gratis a cada lector.

En palabras de Rohit Supekar, científico de datos del diario y autor del artículo:

…el modelo determina la cantidad adecuada de artículos gratuitos que se debe permitir a cada usuario para que se interese lo suficiente por el Times y quiera suscribirse para seguir leyendo más.

Rohit Supekar

En la conclusión de su texto explica que el modelo está funcionando y que gracias a eso y comparando el comportamiento de las diferentes audiencias, han logrado aumentar el número de suscripciones de manera consistente.

Una receta: ajustar la producción a las necesidades del usuario

A través de varias fuentes llegué a un artículo publicado por FT Strategies que reseñaba el trabajo de Dmitry Shishkin, un ex periodista por 20 años de la BBC transformado ahora en consultor independiente.

Su tema central es lo que llama «Necesidades del usuario» que parte de la idea de que las personas consumen noticias por más razones que las de estar informadas. Desde su perspectiva hay seis categorías para explicar la visita de una persona a un medio noticioso: saber lo último que ha pasado; entender el contexto de un hecho; seguir una tendencia; que se les inspire; que se les divierta y, por último, que se les dé perspectiva. Todo en torno a lo que está ocurriendo.

El gráfico de Shishkin sobre las necesidades del usuario.
El gráfico de Shishkin sobre las necesidades del usuario.

Sin embargo, lo que Shishkin detectó en BBC es que la mayor parte del esfuerzo editorial estaba en la actualidad y por eso lo normal es que se publicaran muchas noticias para actualizar y contar lo último que estaba ocurriendo sobre algún hecho. Pese a ello, ese esfuerzo no era recompensado con visitas de parte de los usuarios, quienes seguían mirando material más antiguo por el que seguía habiendo interés.

Debido a eso comenzaron un trabajo largo para equilibrar la tendencia y producir de manera más equilibrada, lo que vieron comparando datos a cinco años de distancia y revisando lo que habían conseguido a través de esta estrategia de contenidos.

Los resultados se ven en la siguiente tabla: si bien produjeron un 60% menos de piezas de contenido consiguieron que la audiencia aumentara en todas las categorías.

Los datos del medio: número de noticias y page views comparados en cinco años.
Los datos del medio: número de noticias y page views comparados en cinco años.

En palabras de Shishkin:

«Esto sugiere una mejor planificación y proceso de encargo de las historias que se destacan, que importan y que marcan la diferencia, con mucho menos desgaste. Esto también sugiere que hay coherencia en la estrategia detrás de las tácticas y de la ejecución creativa, pero, sobre todo, en la comprensión del nicho y del papel que juega en el mercado».

También detalla que las noticias deben evolucionar e ir avanzando por las categorías a medida que se genera más información y se avanza en la cobertura. Así lo explica: «los temas que nacen a partir de un hecho noticioso siempre comienzan como historias cortas del tipo «Actualízame». Después, cuando se añaden más detalles y contexto, se convierten en historias del tipo que ayuda a entender el contexto o a ofrecer perspectiva. Si una historia tiene un elemento emocional (especialmente un vídeo), puede convertirse en una historia del tipo «Inspirarme» o «Diviérteme». La planificación a largo plazo implica historias programadas para un acontecimiento concreto o una fecha histórica, especialmente las explicativas, y suelen funcionar como historias «Edúcame». Ahora escucho con más frecuencia a los editores planear sus tareas con palabras como «bueno, lo veo como una historia [necesidad del usuario], y los periodistas parecen entender exactamente lo que se les pide».

De sus palabras y de lo que plantea en el artículo se desprende que no se trata de una tarea de corto plazo, sino que es un trabajo largo que involucra que quienes escriben y trabajan en medios con este tipo de estrategia de contenidos, deben «convertirse» hacia una nueva forma de trabajo. En esa capacidad deben entender que, más allá del contenido, lo realmente importante es entender a sus usuarios y lo que buscan en nuestras páginas.

Otros ejemplos

Por último, Shishkin explica que esta forma de trabajo ha trascendido su propia influencia en la BBC y ha llegado a otros medios, por lo que muestra los ejemplos en dos de ellos:

Lo que "The Atlantic" considera las necesidades de sus usuarios.
Lo que «The Atlantic» considera las necesidades de sus usuarios.
Esto es lo que "The Conversation" plantea como necesidades de sus usuarios.
Esto es lo que «The Conversation» plantea como necesidades de sus usuarios.

¿Dónde incluir IA en sitios web de contenidos?

Me interesa de verdad la forma en que la inteligencia artificial puede combinarse con los contenidos y por eso me he pasado los últimos meses leyendo e investigando acerca de este tema, sólo para darme cuenta que hay diferentes formas y métodos para trabajar en el área.

Lo primero es decir que el uso de la IA puede ir desde lo más simple —un generador de textos a partir de datos estructurados— hasta lo más esotérico, como sería el uso de GPT-3 para escribir textos de manera automatizada.

Sin embargo, hay mucho más que se puede mirar, desarrollar y poner en práctica.

En ese sentido, me interesó mucho un artículo que describe la experiencia de Bavarian Broadcasting (BR), un grupo medial de Alemania, que usando herramientas para etiquetar el contenido han sido capaces de segmentarlo y reutilizarlo de maneras que no eran posibles antes.

En sus palabras:

«La publicación basada en datos nos ayuda a hacer más accesibles nuestros contenidos. Cuanto más segmentemos y etiquetemos nuestros contenidos, mejor se podrán encontrar y reutilizar. Esto es válido tanto para nuestros usuarios como para nuestros propios reporteros y editores que investigan en nuestros archivos. Nuestros colegas de los archivos de la BR son especialistas en etiquetado que utilizan algoritmos de reconocimiento facial para etiquetar los contenidos de vídeo o métodos de conversión de voz a texto para hacer que las grabaciones de audio y vídeo sean buscables. La integración de estas tecnologías en nuestros flujos de trabajo proporcionará un mejor servicio a nuestra audiencia y permitirá un mejor periodismo».

Incluso en una publicación (en alemán) le llaman el «principio de Lego en el periodismo» porque «gracias a los metadatos, los bloques de información pueden volver a montarse una y otra vez como ladrillos de Lego, por ejemplo para formar series temporales, agrupar contenidos sobre un tema concreto o incluso centrarse en un lugar específico».

A partir de ese artículo llegué a otro que explora nuevas formas de contar noticias y desde allí, a uno más entretenido aún que consiste en el desarrollo de un sistema basado en versiones, a partir del hecho de que los contenidos se pueden transformar en módulos, con el fin de reutilizarlos de acuerdo a las necesidades de las personas que buscan la información.

La máquina de citas

Por último, me pareció muy atractivo este proyecto de The Guardian y la agencia AFP, presentado a fines de 2021, para la extracción de citas desde noticias publicadas, basado en lo que se puede enseñar a un algoritmo para identificarlas dentro del texto. Con eso crearon «QuoteMachine» que permite hacer búsquedas más precisas de lo que alguien ha dicho acerca de un tema y de esa manera apoyar el trabajo de los periodistas en terreno cuando hacen entrevistas o deben confrontar una fuente que está hablando.

En una primera etapa trabajaron para determinar cómo se presenta una cita en el texto.
En una primera etapa trabajaron para determinar cómo se presenta una cita en el texto.
En la segunda etapa hicieron una revisión manual para determinar el grado de certeza. Usaron un software llamado Prodigy.
En la segunda etapa hicieron una revisión manual para determinar el grado de certeza.
Los creadores de la aplicación QuoteMachine la presentan durante un seminario.
Finalmente, llegaron a la aplicación QuoteMachine en la que era posible hacer búsquedas.

Datos y herramientas para ser un influencer

En los últimos meses he visto cómo los influencers (personas destacadas por su trabajo en redes sociales) han sido destacados en algunos reportes —Jelly y Comscore— como actores destacados en campañas de marketing digital, por su efectividad en la entrega de mensajes a quienes les siguen.

Eso me ha llevado a volver a pensar en su rol y en los espacios y herramientas que deben utilizar para cumplir adecuadamente su papel. Buscando información del tema llegué a este artículo publicado por Signal Fire que logra poner en un solo espacio todo lo que hay que saber para entender lo complejo de este trabajo. Dado que SignalFire es una empresa de capital de riesgo que invierte en marcas de diversos mercados usando una plataforma de datos en tiempo real, promueve además el trabajo con influencers para que las apoyen. Un círculo virtuoso, podríamos decir.

Ellos hablan de que existe una «economía de los creadores» de la que participan «la clase de empresas creadas por más de 50 millones de creadores de contenidos independientes, curadores y creadores de comunidades, incluidos los influenciadores de las redes sociales, los blogueros y los videógrafos, además de las herramientas de software y financieras diseñadas para ayudarles en su crecimiento y monetización».

El gráfico muestra los tipos de creadores de contenido de acuerdo a la plataforma en que se desempeñan.
El gráfico muestra los tipos de creadores de contenido de acuerdo a la plataforma en que se desempeñan.

Agregan que en esa economía hay una tendencia fuerte en marcha: «Los creadores han pasado de ser pagados por plataformas como YouTube con cuotas de ingresos publicitarios a cambio de llevar una audiencia a las plataformas, a ser pagados por patrocinadores de marcas en Instagram y Snapchat a cambio de su alcance a una audiencia a la que acceden a través de las plataformas, a ser pagados por los fans a través del mecenazgo o las propinas o el comercio electrónico a cambio de entretenimiento y comunidad más allá de las plataformas».

Pero, probablemente la parte más interesante del artículo es cuando se refiere a las herramientas, ya que se hace cargo de detallar los diferentes tipos de software para todo lo que alguien que publique contenidos puede necesitar. Desde la edición hasta la publicación, pásando por analíticas, monetización, y marketing, entre otras. De verdad, hasta que no leí este artículo no estaba consciente de todo lo que hay en este ámbito.

Por último, el aŕtículo se refiere a lo que los creadores de contenidos pueden vender. Va la lista:

  • Acceso a sus seguidores gracias a algún tipo de interacción.
  • Venta de cursos online
  • Venta de suscripciones a boletines o e-books
  • Venta de objetos relacionados al influencer (merchandise).

Aunque el artículo está muy orientado a los propios servicios de quien publica, creo que vale la pena darle una vuelta a la diversidad de marcas, servicios, productos y plataformas que ha nacido para apoyar a quienes desean crear contenidos.

¿De dónde sacar ideas para el periodismo de datos?

Una de las actividades más entretenidas que llevo a cabo como profesor en el primer semestre de cada año, es ser parte del Diplomado de Periodismo Económico que desarrolla la PUC en conjunto con AIPEF, la agrupación de periodistas que cubren temas de economía y finanzas.

Cada año adapto los contenidos para que sean lo más contingentes posibles y que les permita a quienes llegan a estudiar, generar nuevos contenidos que le saquen provecho a la información a la que tienen la oportunidad de acceder.

Uno de los principales temas que hay que atender es cómo pasar de los datos a la historia, es decir, cómo transformar los números que se logra obtener en una noticias que a las personas les interese y les importe. Creo que ese es el mayor desafío, además del hecho de que tienen que procesar muchos números y luego definir cómo presentarlos.

Por todo lo anterior, me pareció realmente asombroso lo que acaba de publicar el periodista de la BBC y profesor Paul Bradshaw en el sitio web de Data Journalism. ¡Es que está muy bueno! Se trata de un listado de métodos para generar ideas que lleven a crear historias que usen periodismo y datos.

Aunque los animo a ver el contenido original (en inglés), dejo anotados acá los métodos que propone:

  • Ideas que surgen de nuevas entregas de datos
  • Eventos noticiosos de los que surge una idea novedosa
  • Un ejemplo que se usa como formato para una idea
  • Una pregunta que inspira una idea.
  • Un dato interno que usa como fuente de una idea
  • Ideas que nacen de una exclusiva
  • Ideas que surgen de probar una tecnología

Gracias, Paul! Por supuesto que tu propuesta irá derecho a los contenidos del próximo curso 🙂

Los mejores trabajos periodísticos digitales

Esta semana se dieron a conocer los trabajos ganadores del Premio Periodismo de Excelencia 2021 de la Universidad Alberto Hurtado, que fueron dirimidos por un jurado en el que tuve el honor de participar.

Una de las externalidades positivas que tiene esta labor es que es posible llegar a trabajos que de otra manera no habría tenido la posibilidad de conocer. Además, es invaluable la posibilidad de conversar con colegas del área e intercambiar puntos de vista acerca de la calidad que exhibieron los trabajos en esta área.

Una de las características que me motivaron a votar por los trabajos que me parecieron mejores (no daré a conocer mis preferencias) es el uso de los datos, la calidad técnica que le saca provecho a la tecnología pero, sobre todo, la capacidad de contar buenas historias usando las herramientas digitales.

Los ganadores anunciados este martes fueron:

La portada del sitio que ganó el Premio Periodismo de Excelencia Digital 2021.
La portada del sitio que ganó el Premio Periodismo de Excelencia Digital 2021.

¿Cómo se aplica la inteligencia artificial al periodismo?

Estoy siguiendo este tema con mucho interés porque creo que aquí hay un área de desarrollo real y efectiva para quienes desde el periodismo tienen interés en temas como análisis de datos, automatización de tareas y otras actividades en los que la tecnología puede hacer un aporte.

Como soy un firme creyente de que quienes estudiaron Periodismo pueden desarrollar software y resolver problemas relativos a esta área de las comunicaciones, siento que en las herramientas y métodos de la Inteligencia Artificial (IA) se van a encontrar a gusto.

Dicho eso, debo manifestar mi alegría por ver que cada vez aparecen más recursos del tema en español y que en varios países del nuestra región ya se está trabajando y hay amplio interés en estos conceptos. Antes había destacado lo que se ha hecho en inglés, así que me parece muy bueno, poder destacar dos en nuestro idioma.

El primero es este conjunto de cuatro videos con charlas de creadores de contenidos de España, quienes narran sus proyectos en IA. José Carlos Sánchez, responsable de Inteligencia en Prodigioso Volcán, quien introduce las tecnologías que hay detrás de este concepto. Luego, Borja Andrino, analista de datos de El País, muestra proyectos en los que han utilizado diferentes herramientas y, finalmente, Nelly Luna, editora general y fundadora de Ojo Público de Perú, cuenta el caso de Funes, algortimo contra la corrupción en la contratación de obra pública en su país. Por último, Patricia Ventura, experta en inteligencia artificial y ética periodística y David Torres, director de Hiberus Media Labs, hablan de ética y periodismo.

Y antes de que vayan a verlos, aprovecho de quedarme con una frase de José Carlos Sánchez, quien dice: «queremos pensar en el periodista aumentado, no en el periodista sustituido».

El segundo viene de la misma empresa de José Carlos, que dio a conocer la guía «Inteligencia artificial para periodistas» que busca aclarar algunos de los conceptos básicos sobre la tecnología y su aplicación a periodistas y cualquier otra persona con curiosidad por el tema e interés en incorporarla a su trabajo diario. Incluye referencia, historia, ejemplos, recursos, es decir, todo lo necesario para comenzar.

Una página de la Guía IA para Periodistas.

Redes sociales: así vamos

Siempre es interesante conocer los números actualizados de la actividad que hacen las personas en redes sociales en nuestros países de acá abajo (el sur del sur) en Latinoamérica. Y qué mejor que escucharlo de quienes están habitualmente midiendo el comportamiento de estas audiencias, como es Comscore, una empresa dedicada al tema.

Por ello que me gustó asistir a la charla que dictó Fernando Vega, Social Manager para América Latina de la empresa y que hizo un recorrido por lo que está pasando. Esta empresa que en 2019 ya había adquirido a Certifica, una empresa chilena de medición de audiencias en sitios web, y que a fines de 2021 compró Shareablee ya tiene a su haber las herramientas más completas para acceder a esa información.

¿Qué presentó? Que las redes sociales son los espacios de comunicación con mayor alcance (82,5% de la población); que hay un aumento sostenido del uso de esas plataformas (de 40 a 100 publicaciones anuales) y que Instagram aparece como el espacio con mayor audiencia, duplicando a Facebook en Argentina, Brasil y Chile. Lo otro interesante es el rol de los influencers, cuyas publicaciones representaron el 8.7% del total en América Latina pero son responsables del 49% de todas las interacciones en la región.

La imagen muestra un gráfico con datos de la interacción en redes sociales para cada país según Comscore.
Datos de la interacción en redes sociales para cada país según Comscore.

Recomiendo pedir su presentación (hay que dejar los datos a cambio) porque entrega una serie de recomendaciones para el uso de las diferentes plataformas de redes, que hay que tener en cuenta.

Una luz de esperanza sobre el futuro de las noticias y de quienes las consumen

Esta semana fue presentado el informe final del trabajo realizado por el profesor Arturo Arriagada de la UAI acerca del consumo de noticias por parte de adolescentes chilenos. Con el título de «Flujos de curatoría informativa en adolescentes«, su objetivo fue investigar lo que conoce como «flujos de curatoria» que se define como aquellos «procesos de producción, selección, filtro, relevancia y enmarcamiento de contenidos» realizados por diferentes grupos que van desde medios y redes sociales hasta familia y amigos de las personas estudiadas.

En un trabajo realizado mediante entrevistas y conversaciones en las que participaron 2.684 estudiantes de 1° a 3° medio (pertenecientes a 29 establecimientos de todas las dependencias del Gran Santiago y la conurbación Valparaíso – Viña del Mar), se logra tener una mirada completa sobre cómo consumen las noticias y qué hacen con ellas.

Entre los hallazgos se encuentran temas desalentadores desde la perspectiva de los medios, ya que los encuestados declaran un bajo uso de los medios como fuente de información, lo que se refleja en este gráfico:

La imagen muestra un gráfico que compara el grado de confianza en diferentes canales para recibir información. Muestra que los medios tradicionales son los menos usados por los adolescentes para informarse.
Los medios tradicionales son los menos usados por los adolescentes para informarse.

Sin embargo, la buena noticia viene más adelante ya que declaran que las noticias que vienen de los medios son las que les merecen la mayor confianza: «La confianza en las noticias de medios tradicionales (radios, revistas y diarios) tiende a ser más alta que en las plataformas digitales, pero el consumo de las primeras tiende a ser más bajo que en éstas últimas. La excepción es la televisión que, pese a no ser la fuente preferida de noticias, sigue siendo importante en frecuencia de consumo y en confianza».

Pese a ello, declaran que el escepticismo es su forma de enfrentarse a toda información que reciben, sin importar el medio: «se evidencia una actitud crítica sistemática hacia los contenidos noticiosos que se extiende tanto a medios tradicionales como a sus redes sociales. Esta actitud se traduce en un comportamiento de triangulación de fuentes ampliamente descrito por los participantes de los grupos focales».

De allí que como conclusión del trabajo, el investigador se ofrezca lo siguiente: «los resultados cualitativos y cuantitativos muestran desconfianza de los escolares hacia casi todos los actores y medios. Por eso creen necesaria la triangulación, pero esta práctica puede ser agotadora si se debe estar realizando de forma constante – quizás por lo mismo, las y los jóvenes declaran que les faltan recursos y formación para hacerlo. En suma, estos resultados señalan posibles vías de intervención en cuanto a la alfabetización digital y mediática de las y los jóvenes en Chile».