Archivo de la etiqueta: Instagram

Temas relacionados con la red social Instagram de Meta.

¿Cuál es la mejor hora para publicar?

Una de las preguntas que habitualmente aparecen en las clases acerca de contenidos digitales, se refiere a ¿cuál es la mejor hora para publicar en redes sociales?

Habitualmente uso como respuesta una historia de una conversación con un amigo, cazador de aves silvestres. Dado que siempre contaba su aventuras en el campo, la mayoría de ellas en la madrugada, le consulté cuál era la mejor hora para salir a cazar. Y su respuesta, rápida, fue: «cuando haya pájaros». Luego se lanzaba en una explicación larga sobre los hábitos de sus presas, que solían moverse cuando salía y se ponía el sol: en ambos horarios había mucho tráfico y por lo tanto, buen momento para cazar.

Volvamos a la clase. mi respuesta luego de la historia es que hay que publicar cuando la audiencia esté disponible a escuchar e interactuar. Para ello, nada mejor que revisar las estadísticas de la propia cuenta en la que se está publicando, puesto que allí hay información específica y directa que se puede utilizar. En este mismo sentido, también vale la pena mirar los datos que ofrecen entidades dedicadas a las métricas (por ejemplo, Comscore) ya que en forma habitual están entregando datos.

Instagram según Comscore: muestra las mejores horas para publicar (quitar una hora, para Chile)

En las clases de este mes he estado comparando estos datos con la realidad y, sin sorpresa, puedo decir que el promedio general no se acerca a cada caso en particular. De hecho hay perfiles específicos en que las horas de mayor tracción para las publicaciones ocurren después entre las 10 de la noche y la medianoche, franjas que aparecen casi sin actividad en la imagen.

Por lo tanto, el mejor consejo es mirar las analíticas del perfil, probar y ver. Cada caso tendrá su propia historia para contar.

Otra forma de contar historias

Varias veces en este blog hemos hablado de cómo aparecen y se desarrollan nuevas formas de contar historias que generan experiencia entretenidas para quienes consumen esos contenidos.

Volvemos a ese camino con una publicación hecha la semana pasada por The New York Times (requiere suscripción) que usa texto, fotos e imágenes animadas (casi videos) para dar cuenta de una característica que la crítica de espectáculos Amanda Hess descubrió a través de hacer un recuento de las películas de Meryl Streep: su uso dramático de los lentes. Sí, lentes, de sol, ópticos, de cualquier tipo. Con ellos actúa, revela, esconde y presenta más de lo que cabe en la pantalla.

Para ello va entregando argumentos y gracias a un acertado uso del CSS (en particular flexbox), se van desplegando imágenes que van apoyando su historia. El texto no son más de 5 mil caracteres (o sea, dos carillas tamaño carta) que son presentadas en pequeños fragmentos de no más de 250 caracteres, que aparecen rodeados de cuadros con imágenes relativas a lo que se va contando.

Naturalmente, se hace un uso muy interesante del tamaño de pantalla, por lo que la historia se va adaptando al dispositivo que tenga la persona que lo está mirando y por ello pasa de tres columnas de imágenes en tamaño escritorio, a dos columnas en tamaño móvil.

La pantalla de inicio de la historia que une texto e imágenes, vista en el computador.
La pantalla de inicio de la historia que une texto e imágenes, vista en el computador.
La pantalla de inicio de la historia que une texto e imágenes, vista en un celular.
La pantalla de inicio de la historia que une texto e imágenes, vista en un celular.
El relato se presenta en una caja con un fragmento de la historia, no más de 200 caracteres.
El relato se presenta en una caja con un fragmento de la historia, no más de 200 caracteres.

Lo que me parece más atractivo de este formato es que la autora no escribe menos, sino que una cantidad equivalente a lo que ha hecho en columnas anteriores y la diferencia está en la presentación y la manera en que se van presentando los fragmentos, ayudando a lectores acostumbrados a una cantidad de texto estilo Twitter o Instagram. En este sentido, la adaptación es clave y hace que la entrega de información gane y ofrezca una mejor experiencia.

Es decir, todo lo que un escritor quiere respecto de sus textos.

Datos y herramientas para ser un influencer

En los últimos meses he visto cómo los influencers (personas destacadas por su trabajo en redes sociales) han sido destacados en algunos reportes —Jelly y Comscore— como actores destacados en campañas de marketing digital, por su efectividad en la entrega de mensajes a quienes les siguen.

Eso me ha llevado a volver a pensar en su rol y en los espacios y herramientas que deben utilizar para cumplir adecuadamente su papel. Buscando información del tema llegué a este artículo publicado por Signal Fire que logra poner en un solo espacio todo lo que hay que saber para entender lo complejo de este trabajo. Dado que SignalFire es una empresa de capital de riesgo que invierte en marcas de diversos mercados usando una plataforma de datos en tiempo real, promueve además el trabajo con influencers para que las apoyen. Un círculo virtuoso, podríamos decir.

Ellos hablan de que existe una «economía de los creadores» de la que participan «la clase de empresas creadas por más de 50 millones de creadores de contenidos independientes, curadores y creadores de comunidades, incluidos los influenciadores de las redes sociales, los blogueros y los videógrafos, además de las herramientas de software y financieras diseñadas para ayudarles en su crecimiento y monetización».

El gráfico muestra los tipos de creadores de contenido de acuerdo a la plataforma en que se desempeñan.
El gráfico muestra los tipos de creadores de contenido de acuerdo a la plataforma en que se desempeñan.

Agregan que en esa economía hay una tendencia fuerte en marcha: «Los creadores han pasado de ser pagados por plataformas como YouTube con cuotas de ingresos publicitarios a cambio de llevar una audiencia a las plataformas, a ser pagados por patrocinadores de marcas en Instagram y Snapchat a cambio de su alcance a una audiencia a la que acceden a través de las plataformas, a ser pagados por los fans a través del mecenazgo o las propinas o el comercio electrónico a cambio de entretenimiento y comunidad más allá de las plataformas».

Pero, probablemente la parte más interesante del artículo es cuando se refiere a las herramientas, ya que se hace cargo de detallar los diferentes tipos de software para todo lo que alguien que publique contenidos puede necesitar. Desde la edición hasta la publicación, pásando por analíticas, monetización, y marketing, entre otras. De verdad, hasta que no leí este artículo no estaba consciente de todo lo que hay en este ámbito.

Por último, el aŕtículo se refiere a lo que los creadores de contenidos pueden vender. Va la lista:

  • Acceso a sus seguidores gracias a algún tipo de interacción.
  • Venta de cursos online
  • Venta de suscripciones a boletines o e-books
  • Venta de objetos relacionados al influencer (merchandise).

Aunque el artículo está muy orientado a los propios servicios de quien publica, creo que vale la pena darle una vuelta a la diversidad de marcas, servicios, productos y plataformas que ha nacido para apoyar a quienes desean crear contenidos.

Redes sociales: así vamos

Siempre es interesante conocer los números actualizados de la actividad que hacen las personas en redes sociales en nuestros países de acá abajo (el sur del sur) en Latinoamérica. Y qué mejor que escucharlo de quienes están habitualmente midiendo el comportamiento de estas audiencias, como es Comscore, una empresa dedicada al tema.

Por ello que me gustó asistir a la charla que dictó Fernando Vega, Social Manager para América Latina de la empresa y que hizo un recorrido por lo que está pasando. Esta empresa que en 2019 ya había adquirido a Certifica, una empresa chilena de medición de audiencias en sitios web, y que a fines de 2021 compró Shareablee ya tiene a su haber las herramientas más completas para acceder a esa información.

¿Qué presentó? Que las redes sociales son los espacios de comunicación con mayor alcance (82,5% de la población); que hay un aumento sostenido del uso de esas plataformas (de 40 a 100 publicaciones anuales) y que Instagram aparece como el espacio con mayor audiencia, duplicando a Facebook en Argentina, Brasil y Chile. Lo otro interesante es el rol de los influencers, cuyas publicaciones representaron el 8.7% del total en América Latina pero son responsables del 49% de todas las interacciones en la región.

La imagen muestra un gráfico con datos de la interacción en redes sociales para cada país según Comscore.
Datos de la interacción en redes sociales para cada país según Comscore.

Recomiendo pedir su presentación (hay que dejar los datos a cambio) porque entrega una serie de recomendaciones para el uso de las diferentes plataformas de redes, que hay que tener en cuenta.

The facebook papers: sabían pero no hicieron nada

Un nuevo escándalo remece a Facebook. Esta vez y usando sus propios documentos, la empresa ha sido acusada de que pese a que sabía acerca de los múltiples problemas que estaba ocasionando su plataforma en diversos países debido a sus propias investigaciones internas, no hizo nada para remediarlos.

La imagen muestra la noticia en The Guardian, con la foto de Frances Haugen hablando en 60 minutes.

La acusación fue hecha formalmente por Frances Haugen, una científica de datos que trabaja en Facebook hasta mayo pasado y que, al ver esta situación, decidió hacer copias de todos los reportes y hacer una presentación formal ante un organismo fiscalizador en Estados Unidos: la Securities Exchange Comission (SEC), que es el regulador de todas las compañías abiertas. Su acusación presentada inicialmente por un estudio de abogados y sin dar su nombre, sostenía que «nuestro cliente anónimo está revelando pruebas originales que demuestran que Facebook … ha violado, durante años pasados y en curso, las leyes de valores de Estados Unidos al hacer tergiversaciones y omisiones materiales en las declaraciones a los inversores y posibles inversores» y las realizadas ante la SEC, testimonios ante el Congreso, declaraciones en línea e historias de los medios de comunicación.

La historia completa fue entregada a través del diario The Wall Street Journal que desarrolló un reportaje en varias entregas y luego, la propia Frances dio a conocer su identidad en una entrevista en el programa 60 Minutos que se transmite a nivel nacional. Entre los temas que la empresa sabía pero ante los que no hizo algo significativo se refiere al uso de la plataforma para fomentar discursos de odio (controla solo el 3-5% del total); no se preocupa de los efectos de la salud mental (en especial en adolescentes que usan Instagram); no tiene control sobre publicaciones que ayudan al tráfico de personas o la promoción de la violencia étnica y, pór último, que se les da un tratamiento especial para celebridades, a las que no se les controla nada de lo que dicen o muestran.

En su presentación explica que «durante años, Facebook ha falseado las métricas principales a los inversores y anunciantes, incluyendo la cantidad de contenido producido en sus plataformas y el crecimiento de los usuarios individuales».

La publicación ha tenido el trato habitual de parte de la empresa, que ha informado que estará lista para responder ante el regulador.

La confianza (y la audiencia) de los medios se desvanece

Acaba de salir la versión en español del Digital News Report 2020 realizado por el Reuters Institute y que se ha consolidado como el mejor informe acerca del periodismo y su industria en el mundo. Con miradas específicas por cada país, permite tener una idea imparcial de lo que hacen las personas para conseguir sus noticias diarias. Podemos indicar que para el periodismo no trae buenas noticias.

Lo primero que queda claro es que las personas abandonaron los medios y eligieron las redes sociales como su espacio de información habitual. Aún cuando el Covid ha hecho que muchas personas aumenten su interés por entender cuáles son las fuentes de las noticias y en eso el periodismo sigue siendo clave, aún se vuelcan a las redes para conseguir lo que quieren saber. Y allí está el problema, porque esas mismas plataformas aparecen como las culpables (para los mismos encuestados) como la mayor fuente de desinformación.

Al respecto, el reporte anota:

En nuestro sondeo de enero, menos de cuatro de cada diez personas (38%) dijeron confiar en la mayoría de las noticias la mayor parte del tiempo: se trata de una caída de cuatro puntos porcentuales desde 2019. Menos de la mitad (46%) dijeron confiar en las noticias que consumían.

Asimismo, en el reporte se indica que «desde 2018 el uso de Instagram como fuente de noticias se ha duplicado entre todos los grupos de edad y parece probable que supere a Twitter en el próximo año».

La imagen muestra una comparación entre Instagram y Twitter como fuente de noticias.
Los datos del reporte acerca de la fuente preferida para obtener noticias.

En el caso de Chile, el reporte anota que el principal espacio de desinformación está dado por los grupos de Whatsapp, fenómeno que se repite en Brasil; en Argentina, en cambio, Facebook ocupa ese rol.

El gráfico muestra un mapa del mundo con algunos países destacados, indicando qué plataforma se usa para distribuir información falsa. En Chile y Brasil es WhatsApp; en Argentina es Facebook.
WhatsApp aparece como la plataforma que más se usa para distribuir información falsa en Chile.

En resumen, un buen reporte para entender qué le pasa a los medios, a la industria y a la manera en que nos informamos.

El examen de grado de Zuckerberg

Ante un grupo de congresistas que lo doblaban en edad, Mark Zuckerberg, parecía más un estudiante dando un examen de grado que lo que es: un ejecutivo de una de las empresas más poderosas del mundo.

La otra diferencia, es que en un examen, quien pregunta, siempre sabe. En este caso, muchos de los políticos se estaban informando acerca de lo que la red podía hacer, sin llegar a entender plenamente las respuestas que recibía. De allí que muchas veces no pudieran hacer nada con los “ladrillos” que les devolvía Mark (ver coberturas de WSJ, NYT y C-SPAN).

Incluso hubo quienes actuaron de fans, como el senador que le envió saludos a su hijo y mencionó su cuenta de Instagram.

Mark Zuckerberg enfrenta a los fotógrafos, poco antes de comenzar su presentación en el Congreso (Imagen de C-Span)
Mark Zuckerberg enfrenta a los fotógrafos, poco antes de comenzar su presentación en el Congreso (Imagen de C-Span).

Lo que está en juego

Pero, ¿qué está en juego en las sesiones de los comités del Congreso de Estados Unidos ayer, además de la segunda sesión que sigue hoy miércoles?

Probablemente, Mark trata a toda costa de evitar que se legisle en torno a lo que puede o no, hacer su compañía. Algo similar a lo que han tratado de hacer otras empresas, de muchos otros diversos rubros que han tenido que ir a Washington a dar explicaciones.

Facebook es una gran empresa de exhibición de publicidad, un espacio de contenidos donde quienes participan pueden ver información que les interesa, junto a avisos contextuales, que unidos en una experiencia simple y entretenida, logran adicción y tracción. Mientras más datos le da cada usuario a la empresa, mejor respuesta recibe de la red social y por eso se hace tan atractivo participar en ella.

¿Qué se puede legislar? Pues, los límites de lo que la empresa puede hacer con los datos de los usuarios. También, que tenga auditorías externas para demostrar lo que declara (por ejemplo, que borra los datos de quienes borran su cuenta). Por último, que se le impida recolectar datos fuera de su espacio, como lo hace hoy.

¿Qué no se puede legislar? Su alcance: ayer Zuckerberg al hablar acerca de la forma en que se ha usado Facebook por terceros para intervenir en política, mencionó cinco países en cuyas elecciones se está haciendo algo parecido a lo que pasó en la de Estados Unidos. Facebook ya es muy grande como para enfrentarla.

¿Significa entonces que ya es muy tarde y que hay que rendirse por su tamaño? Mi respuesta es lo que dije antes: debemos valorar el concepto de la privacidad y compartir con cuidado en esos espacios. No hay que darle herramientas a un sistema que ya ha demostrado lo que puede hacer con los datos ajenos.

El plan de Facebook merece una mirada más profunda

Con motivo de la conferencia de Facebook para su desarrolladores, Mark Zuckerberg (MZ) hizo el pasado 12 de abril su habitual presentación en la que mostró lo que viene para la red social. Más allá de los regalos que hizo y de los anuncios de lo que se iba a lanzar, me gustó y me impactó la entrega de su mapa de ruta (roadmap) para los próximos diez años.

Es lo que aparece en esta imagen:

El roadmap de Facebook para los próximos diez años
El roadmap de Facebook para los próximos diez años.

En simple, hay dos objetivos: por un lado, potenciar Messenger como herramienta total de información y conexión y por el otro, ampliar la perspectiva de lo que puede hacer un sistema de computación, creando un nuevo dispositivo para llevar y usa: los lentes que aumentan la información que nos entrega la realidad. Para el primero se dan cinco años y luego de eso, otros cinco años. Obviamente, para ambos la tecnología de Facebook es el objetivo.

Es decir, tal como hizo Microsoft en los 90 y Google en los 00 y 10, la empresa de MZ quiere hacerlo en los años que vienen.

Mark Zuckerberg en el escenario presentando su charla
Mark Zuckerberg en el escenario presentando su charla.

Sin importar los afanes de dominar el mercado que tiene cualquier empresa, Zuckerberg está haciendo ahora lo que en su momento hicieron Gates y Jobs, que es creer con firmeza en que hay un objeto que puede estar en manos de todos y ser muy necesario.

La respuesta es el teléfono y por eso hay tanto esfuerzo por apoderarse del tiempo en dicho aparato. Facebook lo ha hecho con su propio trabajo y vía adquisiciones como la de Instagram (2012) y Whatsapp (2014) que le dieron una potencia mayor en ese ámbito y que llevaron a la empresa a aumentar su expertise en el mundo móvil. Tanto, que su estrategia para lo que viene sea móvil, es decir, darle elementos a las personas para que puedan hacer todo lo que quieran desde dichas plataformas.

De allí que se entienda que las soluciones que está ofreciendo tengan mucho que ver con el mundo móvil y que tal como se ve en su presentación (disponible aquí en video), estén pensando hasta solucionar el tema de las compras mediante ese método.

De más está decir que quienes hacen contenidos deberían preocuparse. Si el mensaje que da MZ logra hacerse realidad (y hasta ahora le ha resultado), queda claro que hay que prepararse para un mundo que estará mediado por ese tipo de tecnologías.

En este sentido, hay que considerar que en este espacio no cabe un medio de comunicación como lo conocemos hoy, ni tampoco una tienda: sólo hay datos estructurados que pueden ser llamados y consultados mediante un sistema de mensajería. Es cierto que falta tiempo, pero es importante considerarlo porque si este futuro es real de acá a cinco años, allí sólo podrán obtener resultados positivos quienes se hayan preparado con información muy bien clasificada y con metadatos adecuados, cuestión que toma tiempo y dedicación. Entonces, queda dicho: hay un par de años para prepararse, pero no mucho más.

Para el final, el mensaje con que partió MZ su conferencia y que es el lema de lo que estarán haciendo con su tecnología: Dar a cualquiera el poder de compartir lo que sea con quien sea. Como para asustarse si no se toman las precauciones de preparase para lo que viene.

La visión de facebook en un verbo: conectar
La visión de facebook en un verbo: conectar.

Nota: Debí publicar esto antes, por supuesto, pero varios temas me demoraron, pero al final salió del borrador y se transformó en este post.

Tres lecciones sobre interacción y storytelling desde España

La semana pasada se realizó en Pamplona, España, la edición 24 de los Premios Malofiej que se consideran como los más importantes en el mundo de la infografía. Dado que juntan a lo más granado del mundo en el área, son una oportunidad única para ver y aprender.

En esta ocasión, entre muchos momentos importantes, estuvo la charla de Archie Tse, subdirector de Infografía del diario The New York Times, quien en su charla “Why We Are Doing Fewer Interactives” (Por qué estamos haciendo menos gráficos interactivos) sorprendió a todos señalando que “a medida que maduramos nos damos cuenta que la mejor forma de visualizar datos, a veces es estática”.

Además, planteó las tres reglas que deben tener los elementos usados para entregar información visual y que son los que se muestran en la imagen (gentileza de koponenhilden):

Las tres reglas presentadas por Archie Tse para las infografías y visualizaciones de datos en su charla
Las tres reglas presentadas por Archie Tse para las infografías y visualizaciones de datos en su charla

Lo que plantea es lo siguiente (con mi traducción):

  • Si quieres que el lector haga click o algo más que avanzar en la página (scroll), debe ocurrir algo espectacular.
  • Si se incluye un elemento que se despliega al poner el mouse encima (tooltip o rollover), se debe asumir que nadie lo verá. Si es importante que los lectores vean un contenido, no debe estar escondido.
  • Cuando hay que decidir si se debe hacer algo interactivo, se debe recordar que lograr que funcione en todas las plataformas es caro.

Hora de premios

La reunión de Navarra entregó además, como es tradicional, los premios a lo mejor del año en este campo.

En el apartado online, el premio mayor se lo llevó una solución gráfica muy interesante del “The New York Times”, que lleva al usuario a hacer competir sus conocimientos contra realidad, al pedirle “dibujar” un gráfico que presenta la forma en que el ingreso familiar afecta la asistencia de los niños al colegio.

En el apartado de gráfica ganó el diario “La Nación” de Argentina, con una presentación sobre las últimas elecciones presidenciales en ese país.

Y por último, aunque no menos importante que lo anterior, en algo que no se ha destacado mucho, hubo también un premio para Chile. Esto ocurrió gracias al trabajo editorial de la empresa GRFK, para el libro “El factor geológico” que incluyó sus infografías acerca del rescate de los mineros en la Mina San José.

Desde aquí felicitamos a Jorge Cortés, quien estuvo a cargo de ese proyecto y anunció el premio vía Twitter:

#Malofiej24 Specials Bronze medal as GRFK visual agency. Infographics for a book Geological Factor. Check this out! https://t.co/Al472TygId

— Jorge Cortés (@jorgelcortes) March 13, 2016

En el CMS está la clave del futuro de los medios

Una de las tareas a las que he dedicado tiempo este año, ha sido pensar acerca de hacia dónde deben evolucionar los medios de comunicación para seguir cumpliendo su papel. Sé que no se ha notado demasiado porque he escrito poco, pero hasta que no tenga claro lo que tengo que decir, pues, prefiero seguir pensando.

Sin embargo, ya tengo algunas conclusiones, que ya harán su camino hacia una publicación mayor.

La primera y más importante es la del título de este post. En el sistema de administración de contenidos (CMS) está la clave de lo que un medio puede o no hacer. El CMS es el software que permite publicar un sitio web y tal como lo han visto en primera persona un par de amigos que trabajan en esta industria, no hay uno solo que sea perfecto, siempre falta algo.

Por ejemplo, leía temprano en el NYT una nota de deportes y al medio del texto había una invitación a suscribirse al boletín de noticias de su sección de deportes.

Imagen con la Oferta de suscripción al boletín de deportes del diario The New York Times
Oferta de suscripción al boletín de deportes del diario The New York Times.

Con todo respeto por ese diario, varios de los deportes que cubren no son de mi real interés, por lo que no quiero ese producto. Pero sí quiero seguir la noticia, por lo que la oferta que habría tomado de inmediato -y en algunos casos hasta pagaría por ello- es que me avisen cada vez que haya algo nuevo y relevante que contar. Y que me permitan elegir a través de qué medios quiero ser avisado (mail, redes sociales, celular, etc).

¿Qué implica eso? Que el CMS debe tener la potencia para hacerlo, e incluso más, subiendo el nivel del mismo, ese software debería estar integrado a otro, a un Customer Relationship Manager (CRM) con el objetivo de que se guarden de inmediato las preferencias del usuario y luego eso permita procesar productos individuales por cliente, basado en lo que el medio publica. Es decir, ya no más un producto igual para todos, sino que por el contrario, muchos productos diferentes hechos a la medida de cada cliente. Eso da valor. Por eso ya se puede empezar a cobrar.

Y aún hay más

Pero no hay por qué detenerse allí. Leía ayer un interesante texto publicado por Cony Sturm en Medium acerca de “Por qué los periodistas ya no podemos trabajar como antes” y ella mostraba un diagrama muy interesante, que (sin su permiso, aunque espero, con su comprensión) voy a copiar aquí:

Imagen del modelo del proceso de publicación visto por Cony Sturm
Modelo del proceso de publicación visto por Cony Sturm.

Ella explica el modelo señalando que “el periodista ahora hace el mismo trabajo de pauta y reporteo, pero la publicación puede ser montones de cosas. Es una serie de mensajes en Facebook, varias publicaciones en Twitter, un video en YouTube, un newsletter y una foto en Instagram, y todo es el mismo tema”.

Vale decir, no sólo hay que publicar, sino también difundir, que es una de las conclusiones del trabajo sobre innovación que hizo el NYT el año pasado, que lo llevó a crear una área de desarrollo de audiencias, que ha hecho mucho por la circulación social de sus contenidos.

Por lo mismo, es claro que debe ser desde el software de publicación, donde se deben ofrecer las herramientas para la difusión y de allí la urgencia por contar con una batería e acciones que haga al creador de la información, el responsable de su flujo. ¿Y qué tal si le agregamos información de visitas (analítica web) y de repercusión en redes sociales a cada elemento que escribimos?

Volviendo al título, se adivina que en esa herramienta que imaginamos, están muchas de las respuestas. Aunque claramente, esa herramienta siempre obedecerá a lo que la mente de quien la usa quiera llevar a cabo. Pero por algo hay que partir.