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Temas relacionados con optimización de buscadores (SEO).

¿Cómo acomodarse a la inteligencia artificial?

Gracias a que el verano nos regala la idea de que hay más tiempo libre, me propuse ver cosas que había guardado. Es lo que hice con la charla sobre inteligencia artificial “¿ChatGPT nos robará la magia de la programación?” dictada por el profesor José Miguel Piquer, en el evento “Nerdearla” en noviembre pasado (en la imagen). 

“Jo” Piquer es uno de los fundadores de la Internet en Chile, gracias a su visión y a su trabajo como profesor del Departamento de Computación de la Universidad de Chile. Desde el DCC envió el primer mail en el país y, gracias a su gestión, logró que la administración de los dominios “punto CL” quedara en esa universidad. 

El profesor José Miguel Piquer en el escenario del evento Nerdearla, realizado en noviembre 2023 en Valdivia, Chile.

En su conferencia explicó cómo usó ChatGPT para programar un juego del gato (ese nombre se usa en Chile, Costa Rica y México). Detalló paso a paso su trabajo y llegó a algunas conclusiones que me interesa anotar, acerca de lo que aprendió de la aplicación. Entre paréntesis, el minuto en que lo dice:

  • Es impresionante lo bien que programa (21:08)
  • Es super flojo y además, es mentiroso (29:51)
  • ChatGPT no entiende lo que hace (38:10)
  • Es como tener un aprendiz trabajando con uno, úsalo con cuidado (39:55)
  • Las IA generativa no van a entender nunca lo que están haciendo, no fueron hechas para eso (42:01)

Lo interesante de todo lo que cuenta, es que el profesor da por hecho que este tipo de aplicaciones serán un estándar para trabajar en temas como la programación (y yo agrego creación de contenidos). Él cuenta que ayudará a hacer lo tedioso y liberará al programador para cumplir con la parte creativa, que es lo que se espera de su aporte.

Siguiendo con el paralelo a la creación de contenidos, yo puedo contar que he usado inteligencia artificial para traspasar audio a texto, para generar resúmenes de textos largos, para transformar información que aparece en párrafos para presentarla en tablas, para descubrir repeticiones de palabras. Es decir, lo tedioso. Y lo hace muy bien.

¿Qué más puede hacer?

Se ha visto que los modelos de lenguajes pueden trabajar con textos de manera muy eficiente, lo que hasta ahora ha generado situaciones problemáticas.

Por ejemplo, es capaz de reescribir contenidos con otras palabras (ayuda a copiar sin repetir), lo que ha sido muy usado en las tareas de SEO. De hecho en esa industria hay una gran queja de que Google no está a la altura del desafío de descubrir lo que se genera con IA respecto de lo que escribe una persona. Pese a que, durante años, ha puesto como norma para la indexación de los contenidos, que sean de calidad y escritos para (y se supone que por) humanos. 

También puede generar textos completos para ser presentados con otra cara, de manera de presentar un conjunto de ideas que no representa plagio pero que está basado en un trabajo existente. De hecho, la queja contra Amazon recién está partiendo. Lo mismo están experimentando las revistas científicas.

Por lo tanto y siguiendo lo que plantea el profesor Piquer, hay que aprender y entender lo que se puede hacer con este tipo de tecnologías. Es nuestro trabajo sacarle el provecho que se merecen.

Mi primera clase con IA

Varias veces he mencionado que hago clases y por eso aprovecho este espacio para contar que ya tuve la oportunidad de hacer la primera usando las herramientas de conversación que ofrecen los modelos grandes de lenguaje (en inglés LLM) cuyas versiones hemos conocido extensamente en el último año.

De hecho, con la aparición de Chat GPT hace un año, este tipo de aplicaciones se hicieron muy conocidas y fueron integradas muy rápido en los procesos productivos de quienes trabajan en el desarrollo de contenidos. 

Los casos más habituales que he visto, se producen en equipos que crean elementos para redes sociales (aunque decir “equipos” es aventurado, ya que habitualmente es una persona trabajando con varias cuentas). Pero bueno, lo interesante para ellos es que la capacidad que se ofrece a través de estas aplicaciones para resumir textos, detectar frases clave para optimización de buscadores y producir ideas a partir del material existente, se integra muy bien con la rapidez que se necesita para ese nivel de producción acelerada y permanente.

Mi clase abordó estos temas y se basó en una prevención: no usarlo para crear redacciones nuevas. ¿La razón? Se gasta más tiempo verificando que lo que se produce es real y efectivo, que la eficiencia que se consigue.

Como dijo un ingeniero de software, tener a tu disposición un modelo de lenguaje en la actualidad es similar a tener un alumno en práctica que sabe mucho, es muy rápido y activo, pero no tiene idea qué está haciendo. En sus palabras:

Uno de mis vecinos, ingeniero de software, admitió que la IA es mejor y más rápida programando que él. Sin embargo, describió el uso de la tecnología como «tener un becario educado en Harvard que es muy, muy malo en lo que hace». Aunque la IA es muy capaz de hacer el trabajo de mi vecino, su defecto es no saber lo que hace, por qué lo hace o si lo hace bien.

El marco de trabajo

Para efectos de la clase que comentaba, utilicé y comparé los servicios gratuitos de tres sistemas. ChatGPT versión 3.5 de OpenAI, Bard de Google y Claude versión 2 de Anthropic. 

Mi primera consulta fue si entendían español; sólo Claude admitió que “mi conocimiento del idioma español tiene limitaciones en comparación con el inglés”. A mi segunda pregunta, los tres respondieron que eran capaces de revisar lo escrito, identificar palabras repetidas y generar resúmenes e ideas a partir de la información que yo les entregara.

Lo relevante es que les puse dos condiciones: yo les entregaba el texto y sólo podían hacer las tres cosas que les pedí. En ese sentido, Bard y Claude son capaces de leer lo que le indiques desde Internet (la versión que usé de Chat GPT requiere que le copies lo que vaya a revisar).

Por último, para hacer las pruebas les di un marco de actividad que funcionó muy bien. Este consistió en hacer un prompt (petición) muy concreto, explicar qué necesitaba como respuesta de manera detallada, darles el contexto de lo que necesitaba revisar y pedirles no salirse de ese marco y finalmente, indicarles qué rol deberían asumir al responder. Vale decir, los traté tal como se trabaja con un estudiante en práctica. Casi funcionó.

¿Cuál lo hizo mejor? Para efectos de lo que pedí, Bard es muy seco (es decir, poco lírico), responde justo lo que se necesita, sin adornos. Chat GPT me pareció que se iba por las ramas y aunque hacía la tarea pedida, agregaba adjetivos para darle color al resultado. Claude fue el más simple y, para efectos de lo que estaba buscando, el que hizo mejor la tarea.

Sin embargo, eso no indica nada. En otras preguntas y con otros prompts, tuve comportamientos diferentes. Así que podemos decir que todo depende. Primero, de cómo consultes. Segundo, de la información que le entregues. Tercero, de lo que busques como formato de salida. Mientras más cerrada sea la formulación de la interrogante y el tipo de producto que busques, más seguro será lo que obtienes.

Si haces contenidos digitales, mi consejo es probar estas plataformas. Hay que incorporarlas al flujo de trabajo, tal como lo hemos hecho con otras tecnologías previas. A un año de su presentación, podemos afirmar que ya es tiempo de dar ese paso.

PD: una nota la final. Dije “casi funcionó” porque este mismo texto lo hice de la manera que relaté para mi clase. La IA le encontró fallas, claro. Pero mi editora humana fue mucho más certera. Por supuesto que la prefiero.

Aprender del buscador

Lo interesante no es el destino, sino el viaje. Esa frase, que muchas personas asocian con un poema de Kavafis, es la que quiero usar de partida para hablar respecto de algo que me obsesiona y que he mencionado antes en estas columnas, que es lo que se puede aprender a partir de lo que muestran las páginas de resultado de Google. Que pasaron de ser simples listados de diez enlaces, a un método de cautivar y dirigir la atención de quienes llegan al buscador.

La primera respuesta de Google es ofrecer alternativas de destino.

En esas páginas ya está establecido que una parte importante de la audiencia no sigue ninguno de los enlaces que se ofrecen (estrategia de cero clicks), sino que se queda revisando lo que aparece desplegado y se conforma con esa respuesta. Por ejemplo, si preguntas la hora, el tiempo o la fecha, Google va a responder de manera contextual con el dato concreto que corresponda. No hay para qué ir más allá.

Si preguntas algo más complejo, el buscador ha ido afinando la experiencia de usuario y hoy entrega una respuesta que se forma con dos elementos. Primero muestra un resumen que obtiene gracias a que rescata unas líneas provenientes del sitio que tiene la respuesta (lo que se conoce como snippet), pero agrega algo interesante. Un poco más abajo muestra lo que los demás buscaron en relación con lo que se busca. Muestra cada pregunta con una interacción que se activa con un click y que permite ver un párrafo y seguir el enlace respectivo; pero si no lo sigues y cierras esa zona interactiva, hay un premio: preguntas adicionales y sus respuestas, que te permiten profundizar.

Lo que enseña la interacción

Lo que empieza a ocurrir es que la pregunta inicial, sin importar cuál sea, se ve rodeada de atributos y descripciones que provienen de las palabras que se van agregando gracias a la capacidad del buscador de ofrecer contexto. 

En este sentido, lo atractivo del modelo es que Google va enriqueciendo la oferta de resultados, ya que te mueve desde la idea inicial, hacia los elementos relacionados y si tienes la paciencia necesaria, existe la posibilidad de mejorar tu primera consulta con los elementos necesarios para que de verdad veas el fondo de lo que quieres preguntar. Google se comporta como un creyente del método socrático, en el que a través de preguntas te ayuda avanzar en el conocimiento.

¿Qué podríamos aprender de esta capacidad del buscador? Creo que lo primero es que hay que partir desde la noción de que es necesario establecer la capacidad de ofrecer contexto cuando cualquier persona llega a un contenido. Si es una noticia, ofrecer explicar mediante una línea de tiempo de eventos (cada uno con su enlace) para entender cómo llegamos a la situación novedosa que se reporta o establecer, mediante un despliegue de rostros, una explicación convincente de quién es quién y de qué manera se relacionan con la historia que contamos. Si es un producto, explicar en simple para qué sirve, con qué se complementa, de qué manera se usa (además de lo básico como precio, dimensiones o colores, por ejemplo). Si es un servicio, en qué consiste, cómo se pide, con qué y para que se utiliza.

No se trata de considerar a las personas usuarias como poco conocedoras o incluso ignorantes, sino que lo que propongo es que todo contenido sea visto como parte de una experiencia, de un viaje hacia una mejor comprensión, Y que cada elemento que se muestre, sea parte de un aprendizaje en lugar de tratarse como un destino concreto y final con el que se cierra la búsqueda.

Google nos muestra que el aprendizaje es permanente y que siempre nos interesa saber un poco más; hay que aprovechar esa circunstancia a nuestro favor y ayudar a quienes nos visitan en su camino a entender mejor el mundo sobre el que quieren saber un poco más.

¿Cuánto contenido producir?

Si hay un grupo de personas relacionadas con los contenidos digitales que han visto su trabajo ampliamente impactado por la acción de los algoritmos, son los especialistas del SEO (en español, optimización de sitios web para buscadores).

Como contaba hace un tiempo, en los últimos meses ha habido muchos cambios que han significado que los interesados en el tema deban considerar muy bien lo que están haciendo porque lo que antes era bueno y funcionaba para hacer que un sitio apareciera primero en las búsquedas, ya no lo es tanto.

A eso se ha agregado el hecho de que cada vez es más frecuente que quienes visitan las páginas de resultados de Google, se queden sólo con la información que ven allí sin seguir ningún enlace ya que lo que se muestra es suficiente para responder la pregunta que motivó la búsqueda. A eso se le llama la estrategia de cero click y, de acuerdo a sitios especializados, es un problema que ya explica cerca del 30% de las visitas y que pone al buscador como el principal competidor de quienes le proporcionan contenidos a título gratuito, a cambio de la promesa de que les deriven algo de tráfico.

Reciclar envases

He visto varias estrategias para enfrentar lo que estamos describiendo, aunque la mayoría se enfoca en seguir con más cercanía lo que va haciendo Google en cada una de sus intervenciones. Aunque eso tiene un costo alto, ya que casi siempre consiste en adivinar qué efectos tiene cada cambio de algoritmo puesto que la información no siempre llega como se espera, y quienes viven del SEO sólo pueden intuir lo que pasa a partir de los resultados que consiguen en las búsquedas que realizan.

Quizás el método más ingenioso fue uno que descubrí al tratar de ver si había algo nuevo en un tema que me interesaba para mostrar en una clase, como es el porcentaje de conversión en diferentes industrias y zonas geográficas. 

Al visitar un sitio web que hablaba del tema hace dos años (del que tenía la dirección), lo que encontré fue la actualización realizada hace un par de meses. Es decir, usaron la misma URL y actualizaron en ese mismo espacio con nuevos datos. O sea, como esa dirección ya está indexada por Google y tiene buen posicionamiento, decidieron que es mejor reciclar ese envase y poner el nuevo contenido allí mismo, en lugar de tratar de que sea un nuevo contenido el que intenta abrirse espacio hacia una mejor posición en las páginas de resultados del buscador.

Esto también hace mucho sentido desde otra perspectiva, como es la que ofrece Tim Rich de Brain Traffic, al momento de explicar cuánto contenido hay que producir. Su respuesta es notable: “tan poco como sea posible y tanto como sea necesario”.

Tiempos difíciles requieren soluciones elegantes. Creo que la que comentamos, lo es.

¿Cuántas búsquedas terminan en Google?

Un trabajo realizado por Marcus Tober, especialista en SEO de Semrush, acaba de entregar un dato muy interesante: el 25% de las personas que buscan algo en Google no hace click en ningún resultado. Le llaman el zero-click.

A través del análisis de la navegación de clientes de la empresa en Estados Unidos en computador y celulares durante el mes de mayo pasado, lograron establecer que el 45% de los usuarios que llegan al buscador siguen un enlace de los que se ofrece en la página de resultados, lo que se conoce como resultados o clicks orgánicos.

El gráfico muestra las diferentes acciones que realizan las personas que ven los resultados de Google.
El gráfico muestra las diferentes acciones que realizan las personas que ven los resultados de Google.

La explicación del autor para el grupo de zero-click es que «puede tratarse de una situación en la que un usuario no haya podido encontrar la respuesta y haya decidido afinar aún más la petición, o haya encontrado una respuesta en algo como un featured snippet (párrafo destacado), por ejemplo».

Experiencia de uso en los resultados

El autor también destaca el número de personas que clasifica en el grupo «google keyword» del que explica: «Si combinamos el número de clics de Google con el número de cambios de palabras clave, vemos que casi el 30% de las personas están refinando o ampliando sus búsquedas de alguna manera». Vale decir, el buscador ha logrado capturar de buena manera la experiencia de las personas que utiliza el buscador.

La mayor parte de los usuarios toma decisiones rápidas cuando hace una búsqueda,
La mayor parte de los usuarios toma decisiones rápidas cuando hace una búsqueda,

Por último, vale la pena fijarse en la imagen previa, que muestra cuánto tiempo demoran las personas en hacer una decisión respecto de lo que buscan. Lo relevante a mirar aquí es la rapidez de la decisión: antes de 10 segundos, el 65% de las personas ya han hecho alguna acción. Prueba de lo efectiva que es la interfaz que se ofrece para los resultados.

En resumen, un estudio muy interesante (sugiero ver los resultados para móviles) que vale la pena revisar con detalle.

Un maestro del SEO habla sobre el Mundial

Pocas veces se da la oportunidad de que una persona que sabe mucho de un tema explique de manera clara, con datos y métodos, lo que hace en su trabajo. Así que vale mucho escuchar y ver lo que Claudio Cabrera tiene para decir acerca del próximo Mundial de Fútbol de Qatar 2022.

Claudio se hizo muy conocido por su trabajo en la optimización de buscadores (conocido como SEO) para The New York Times, aunque desde hace algunos meses está trabajando para The Athletic. Él es de origen dominicano así que habla en español e inglés y desde hace tiempo comparte generosamente lo que sabe vía Twitter.

Sin embargo, esta vez fue más allá y en una charla online describió con detalle el trabajo que está haciendo para su nuevo medio con miras al mundial de fútbol, que se jugará en noviembre y diciembre en Qatar.

Claudio Cabrera durante su charla en el seminario de SEO.
Claudio Cabrera durante su charla en el seminario de SEO.

La receta de Claudio

Lo primero a destacar es que su planteamiento demuestra que para estar bien ubicado en los resultados del buscador (es decir, aparecer en la primera página de Google) hay que tener una estrategia de contenidos que permita generar los textos e imágenes adecuados para ser indexados, ya que hay que comenzar temprano, pero con la información correcta.

Lo segundo es que hay que partir antes que los demás. Dado que los contenidos serán indexados por el buscador y gracias a ello, habrá gente que sin conocer el medio irá a Google a preguntar dónde hay información, hay que asegurarse de que haya tiempo para que te indexen. En el caso del contenido deportivo, su método ha sido partir antes que nadie (hasta 14 horas antes de que empiece un evento) con páginas de contenido útil.

Lo tercero, es ofrecer enlaces hacia el contenido. Hay que tener personas que lleguen a la audiencia (que en su caso son periodistas deportivos conocidos por la audiencia) que publiquen y den a conocer los contenidos para que las personas lleguen a ellos y que se interesen por seguir viéndolos.

Lo cuarto es ser consistentes en la publicación, ya que hay que mantener un ritmo de actualización y de contenidos que le dé a las personas y a Google, razones para entender que una determinada dirección web (es decir una URL), se va actualizando y va entregando información adecuada, correcta y a tiempo.

Y dejo al último lo que debería ir primero: el SEO se realiza para cumplir con un objetivo de negocios. En el caso de su medio, para aumentar las suscripciones. Y en la charla cuenta cómo y de qué manera lo cumplen.

Así que, en resumen, una gran charla y mucho para anotar y aprender.

¿Cómo seguirle el ritmo a los cambios de Google?

En los últimos meses ha habido mucho que hacer en el campo del SEO (en español, optimización de sitios web para buscadores) debido a las modificaciones que ha hecho Google a sus algoritmos.

Cada cambio ha significado que los interesados en el tema deban considerar muy bien lo que están haciendo porque lo que antes era bueno y funcionaba para hacer que un sitio apareciera primero en las búsquedas, ya no lo es tanto.

El problema es que Google avisa lo que hace con cierta anticipación pero no es todo lo claro que se espera, lo que lleva a ciertas sorpresas entre la comunidad y no queda más que ver los efectos que causa el cambio y luego explorar cómo enfrentar los cambios. Es lo que han hecho la mayor parte de los especialistas.

Dónde mirar

En mi caso, sigo este mundo con interés ya que he hecho SEO de manera habitual aunque sin ser especialista. Mi forma de acercarme ha sido a través de lo que van haciendo algunas personas que cuentan y explican lo que hacen (por ejemplo, Juan González Villa, Lily Ray y SEO Journal), además de seguir lo que va apareciendo en el blog del propio buscador.

Sin embargo, creo que la forma más útil es la del estudio sistemático de lo que Google muestra y enseña acerca de las tareas que permiten ser indexado por ellos mismos. La forma de hacerlo es a través de su documentación para desarrolladores que muestra todo lo que se necesita saber. Con tiempo y ganas, es el mejor punto de partida para trabajar en SEO.

¿Cómo se mide la calidad de un sitio web?

Cuando escribí mi libro sobre los 100 Elementos que debe tener un sitio web (2018), me obsesioné con buscar métodos y herramientas para medir diferentes aspectos de un sitio web con el fin de mejorar su desempeño en diferentes aspectos.

Si hubiera tenido a la mano el paper que publicó ayer Alejandro Morales (que va en camino a ser Doctor en Comunicaciones) en España, todo habría sido tan diferente y simple.

Con el título de «Calidad web en medios digitales: revisión bibliográfica sobre métodos e indicadores de evaluación general y atributos de confianza» hace una revisión por todos los autores relevantes del tema y enumera todas las dimensiones en las que se puede hacer la revisión, incluyendo una serie de indicadores a tener en cuenta. Gran trabajo que ya está disponible.

La imagen muestra un gráfico con una lista de los indicadores de calidad más citados en las publicaciones revisadas.
Lista de los indicadores con más citas en las publicaciones revisadas.

Google premia la experiencia del usuario

Esto está pasando mientras escribo así que hay que dejar un tiempo para ver las consecuencias. Se trata de los cambios que está haciendo Google para premiar/castigar a los sitios web que ofrecen una mejor/peor experiencia a los usuarios. El premio es que apareces más arriba en la página de resultados, respecto de los demás sitios que califican para esa búsqueda. En esta imagen se ve lo que están mirando:

La imagen muestra las diferentes señales que Google acumula de los sitios que indexa para ver su lugar en la página de resultados.
Las diferentes señales que Google acumula de los sitios que indexa para ver su lugar en la página de resultados.

¿Qué se mide? Según lo que anuncia Google en los dos posts que ha publicado del tema aquí y acá se incluye:

  • La velocidad de carga del grupo de contenidos más extenso o LCP, del que se informa: «Para brindar una buena experiencia de usuario, los sitios deben esforzarse por tener Largest Contentful Paint de 2.5 segundos o menos. Para asegurarse de que está alcanzando este objetivo para la mayoría de sus usuarios, un buen umbral para medir es el percentil 75 para cargar páginas, que se segmenta entre dispositivos móviles y equipos de escritorio».
  • La velocidad de interacción o FID «mide el tiempo desde que un usuario interactúa por primera vez con una página (es decir, cuando hace clic en un enlace, pulsa un botón o utiliza un control personalizado impulsado por JavaScript) hasta el momento en que el navegador puede comenzar a procesar controladores de eventos como respuesta a esa interacción». Google pretende que «los sitios deben esforzarse por tener una First Input Delay de 100 milisegundos o menos».
  • El Cambio Acumulativo del diseño o CLS ayuda a cuantificar la frecuencia con la que los usuarios experimentan cambios de diseño inesperados y lo explican así: «¿Alguna vez ha leído un artículo en línea cuando algo cambia repentinamente en la página? Sin previo aviso, el texto se mueve y perdiste tu lugar. O incluso peor: estás a punto de pulsar un enlace o un botón, pero en el instante antes de que aterrice su dedo, BOOM, ¡el enlace se mueve y termina haciendo clic en algo más! La mayoría de las veces, este tipo de experiencias son simplemente molestas, pero en algunos casos, pueden causar un daño real». Añaden que se produce un cambio de diseño cada vez que un elemento visible cambia su posición de un fotograma renderizado al siguiente y se espera que los sitios tengan una puntuación CLS de 0.1 o menos.
  • Que esté disponible para celulares o Mobile friendly.
  • Que sea un sitio seguro (con https)
  • Que no se muestren objetos que afecten la vista de la página (como los popups que uno cierra antes de ver de qué se tratan).

A cada uno de estos aspectos en Google les llaman «señales» y sirven para alimentar su algoritmo de posicionamiento. Así que a esperar y ver qué ocurre. Ya estamos avisados.

Arquitectura de información de verano

Aprovecho de dejar por acá registrado el evento que llevó a cabo el pasado viernes 20 de febrero acá en Santiago, con motivo de la celebración del Día Mundial de la Arquitectura de información, que como ya saben, forma parte de las cosas que hacemos.

El tuit que muestra el evento, con Javier Velasco a la cabeza.
El tuit que muestra el evento, con Javier Velasco a la cabeza.

Se trató de un evento simple y rápido, desarrollado en las instalaciones de la Corfo, en el que hablamos por un rato de AI. En el primer track estuvo Javier Velasco (@mantruc), el organizador, con Gustavo Soto (@gusoto) conversando conmigo acerca de los desafíos de aprender esta disciplina, dónde hacerlo, dónde especializarse y finalmente, cómo lograr subir a los clientes al carro. Desde París, donde andaba de paseo gracias a que está en Londres estudiando, Gustavo planteó la importancia de estar al día y especializarse, aunque indicó que el punto de partida de todo debe ser siempre entender al usuario y adquirir destrezas para hacerlo. Mientras, en Santiago, Javier comentó las vicisitudes de doctorararse (él tiene un Phd) y destacó que si es por conseguir trabajo, es mejor hacer un par de maestrías en lugar de emprender el largo camino de la investigación pura.

Luego apareció en escena Marius Ursache (@MariusUrsache) quien habló de la importancia de que los diseñadores escriban y sepan expresar lo que quieren decir. Aunque partió de esa manera, su presentación se dirigió a expandir la mente y avanzar en áreas que uno normalmente no domina. Si diseñas, escribe; si escribes, comienza a hacer bocetos y así en adelante, fue su consejo. Marius, quien es médico de profesión y desarrollador de proyectos digitales por gusto, está en Chile por el programa Startup Chile y fue muy interesante conocerlo y escuchar sus palabras, que se agradecen.

La jornada terminó con Javier explicando un proyecto muy complejo que utiliza la AI para resolver problemas. Pero, para comentarlo, pidió que nadie hablara de su contenido, así que nos limitamos a comentar que estuvo bueno. Otra razón más para estar atentos y participar en eventos de este tipo, ya que esperamos que en el año haya varios.

Saludos a todos los que me leen, les deseo un buen año y comenzamos de nuevo a darle vida al Usando.info.