Bienvenidos a la Prehistoria

Hay pocas cosas claras por estos días en el negocio de la publicación de noticias por Internet. Hay varios modelos corriendo una carrera para intentar definir cuál será el ganador, el que se imponga sobre los otros. ¿Dejar todo gratis? ¿Cobrar por algunas noticias? ¿Cobrar por todas las noticias? ¿Privilegiar la interacción?

Por ejemplo, desde este lunes 18, “El País” de España comenzó a cobrar por sus contenidos. Durante un mes continuará ofreciendo acceso gratuito, pero la idea es que sea sólo para probar. Tras ese período, si se quiere ver el diario, hay que pagar 80 euros por año. Lo mismo han anunciado en ese país “El Mundo” y “ABC”, aunque en esos casos la decisión no es tan dramática, sino que se cobrará sólo por partes de la producción de noticias en línea, mientras el resto sigue gratis.

Otro ejemplo, llega desde más cerca. “Clarín” de Argentina comenzó la semana pasada a ofrecer un servicio novedoso. Se trata de entregar por Internet imágenes de cada una de las páginas su diario, tal como aparece impreso. Es decir, una edición electrónica del impreso. No es gratis, por supuesto. Cuesta 55 dólares al año. Por ahora se puede ver el sistema funcionando, sin pagar. Como indican ellos en su portada, “para empezar a experimentar las ventajas de la edición electrónica”.

Un ejemplo en otra área entrega la sección de noticias del buscador Google. Utilizando el mismo sistema computacional que emplea para indexar la red, genera una página con un resumen de los principales titulares de 4 mil fuentes de noticias tomadas de medios en inglés en todo el mundo. La “gracia” de este sistema, es que no hay humanos involucrados: todo el proceso de selección y creación del sitio de noticias, lo hacen computadores.

Y por último, no hay que dejar fuera los “weblogs”, que son páginas de Internet en que cualquier persona puede escribir un diario personal y publicar lo que quiera, con la periodicidad que desee. Blogger.com es una de las compañías que ofrece estos servicios –gratuitos, por cierto- y anuncia por estos días que ya hay 750 mil de estos “diarios” funcionando.

Para entender todos estos experimentos es bueno comparar los medios digitales con los impresos.

El web comenzó hace 10 años y los primeros “diarios digitales” datan de 1994, con lo cual el uso de la Internet por parte del periodismo mundial, lleva alrededor de 8 años. En tanto, los medios impresos han recorrido un largo camino, puesto que el primer periódico impreso data de 1457.

Por lo mismo, sus diferencias son importantes. Los impresos funcionan en una industria consolidada, donde hay poca experimentación y está claro cuál es el modelo: conseguir audiencia y luego vender publicidad a quienes deseen llegar a dicha audiencia.

Los digitales han intentado eso y mucho más, porque de hecho, por varios años se han tratado de emular diferentes modelos de negocio, sin éxito.

Por lo mismo, esto nos deja con la sensación de que ni siquiera hemos llegado al período de la “historia” en el uso del web en periodismo; en realidad vivimos la “prehistoria”. Y eso significa que aún quedan intentos por hacer y experimentos por desarrollar. Y que, naturalmente, mucho de lo que vemos por estos días, probablemente no resistirá el paso del tiempo.

Se siente que aún nadie ha llegado a una solución definitiva para el negocio. Está claro que hay una tecnología para ser usada como es el web y la Internet. Pero también queda en evidencia que no hemos sabido aprovecharla como corresponde.

Es, finalmente, un buen tiempo para la creatividad y la tecnología, dos áreas en las que podemos ser tan buenos aquí como cualquiera en el mundo, ya que contamos con la Internet y podemos mostrar nuestro trabajo en todo el mundo. Todas éstas son ventajas que el web le ha dado al periodismo, pero a las que aún –entre varias otras- no les hemos sacado provecho. Es el problema de ser prehistóricos, ¿no?

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