Hace algunos días, revisando el rediseño de Clarin.com, explicaba que un diario del año 2010 debe convertirse en un centro multitarea, un espacio que sea digital por convicción e impulsor de la participación y la vida online de quienes llegan a visitarlo.
La misma vara es la que uso entonces para medir el rediseño que “La Tercera” presentó hoy, ya que por tratarse de uno de los dos diarios más importantes de Chile, la expectativa es muy alta. Se espera un avance y un “salto” respecto de lo que había. Debo decir también, que como dirigí al equipo que hizo la primera versión de ese diario digital en 1997, siempre me interesa lo que salga desde Vicuña Mackenna.
Pues bien, mi evaluación luego de mirar el diario impreso y usar el sitio por un rato, es que estamos frente a una detención en el proceso de innovación que significa el trabajo digital y a un retroceso en cuanto al trabajo de contextualizar la información (que es clave en periodismo digital) y en su relación con las redes sociales.
Para analizar desde lo general a lo particular, un diario como “centro multitarea” es el que me ayuda a ejecutar acciones a partir de lo que reviso. Por lo tanto, desde la perspectiva del usuario debe contar con una interfaz que permita ejecutar tareas desde de la información que presenta. ¿Cuáles? Enviar lo que veo a un amigo, imprimirlo, guardarlo para una revisión posterior, comentarlo, enviarlo a redes sociales, pedir correcciones si veo que tiene errores, relacionarlo con temas anteriores y tener acceso a navegar por todo aquello que tenga relación con lo que reviso, por citar algunas. Por ejemplo, si se habla de un país, una empresa, un club o una persona, que se entregue un enlace para profundizar en sus características principales (esto ya lo ofrecía La Tercera hace dos versiones pero lo quitaron en el rediseño anterior), y de esta manera cumplir con el estándar que ofrecen algunos de los mejores diarios digitales del momento.
Adicionalmente, el medio tiene que aprender a partir de lo que hace el lector que lo visita. Por ejemplo, si leo de política y hago click en uno o dos enlaces relacionados, el medio digital debería ofrecerme “algo” que se ajustara a las preferencias que voy marcando con mi navegación. La publicidad debería hacer otro tanto. ¿Quién lo hace así hoy? Amazon.com y gracias a eso es un éxito de ventas.
Si miramos esta versión 2010 de La Tercera Digital, la falta de contexto de las notas es lo normal. El “conocimiento” que el diario ha ido acumulando con el tiempo no se ve por ninguna parte; cada nota es presentada aislada del resto y en las contadas ocasiones en que se ofrece algo adicional, se trata de otra nota de la sección a la que pertenece lo que veo, sin que necesariamente tenga relación con el tema que estoy leyendo. Incluso, por ejemplo, al ver una nota de política se ofrece la columna de Patricio Navia; al hacer click sobre ella, me envían a su blog en el diario que, hasta el momento de escribir esto, sigue con la imagen y diseño anterior; no hay conexión entre uno y otro. Y eso, insisto, en el año 2010, es no haber entendido nada de lo que hemos avanzado. De más está decir que el diario no tiene idea de lo que voy haciendo por sus páginas y mi navegación es similar a la de todos los demás que pasan por allí.
Respecto de los elementos de actividad de cada página, se nota cierta mezquindad. Al pie de cada página hay un anuncio formal: “Se prohíbe expresamente la reproducción o copia de los contenidos de este sitio sin el expreso consentimiento del Grupo Copesa”. Estamos en la época de las redes sociales, en que compartir es la clave y vemos que este diario me dice que tengo que hacer un trámite formal para hacer algo que debía estar resuelto en dos clicks. ¿Querrán que les enviemos una carta por Correos? Es probable que cuando les llegue la primera carta pidiendo esto, ni siquiera exista el procedimiento administrativo para conceder dicha autorización. La velocidad es clave y con lo que vimos en este estreno, la están perdiendo.
Por último, lo que toda la comunidad de usuarios ha pedido por mucho tiempo es un sistema de búsqueda, que ahora aparece en el cabezal de cada página. Sin embargo, no funciona. Es decir, hace la operación de buscar pero falla en la de encontrar, porque devuelve resultados inútiles.
Sé que los inicios son difíciles y por ello les recomiendo hacer un test heurístico para resolver los detalles enojosos que tienen que ver con la partida del nuevo diseño y que se pueden resolver con ajustes menores. Por ejemplo, el interlineado de los títulos o la feble operación de su buscador.
Pero también creo que hace falta algo más: creer en lo digital. Lo que hoy tienen en pantalla está hecho para cuidar lo que tienen en papel. Por un rato, este tipo de estrategias funciona, pero en el largo plazo los medios serán digitales y cuando llegue ese tiempo, se darán cuenta que descuidaron la audiencia que por estos días deberían estar cultivando.