Las penas de ser líder

Un reciente reportaje en un periódico de circulación nacional daba cuenta de las maravillas que estaba haciendo Google.com, el sitio que ha destronado a todos los buscadores y se ha ubicado como el sitio clave para encontrar lo que se necesita a lo ancho y largo de Internet.

Es fácil entusiasmarse con este buscador, porque además de su rapidez y efectividad, sus capacidades lindan en lo increíble. Por ejemplo, permite buscar en los archivos de los grupos de noticias que tienen más de 10 años en línea; o buscar en el contenido de los archivos de Adobe PDF o bien, dentro de los más variados documentos. Incluso, permite hacer búsquedas alternas de fotografías relacionadas con el tema que se busca. En fin, queda claro que su éxito como herramienta es concreto.

Además, como su tecnología de búsqueda se basa en la relación de enlaces entre las páginas (muestra primero la página que recibe más enlaces desde Internet y por ello, es más importante), permite que cualquier hallazgo esté validado por el uso que se le da a la página que contiene lo que se está buscando. Y funciona tan bien, que incluso Yahoo! lo tiene incluido en su sitio, para efectuar búsquedas en el web.

Y por último, si nos vamos por el lado de las visitas a la página, encontramos que Google ocupa una extraordinaria ubicación, apareciendo sexto en Estados Unidos y quinto a nivel mundial, de acuerdo a los números de diciembre 2001 mostrados por MediaMetrix, una empresa dedicada a medir audiencias en Internet. Además, si sólo se comparan las cifras de buscadores, en febrero de 2002 estaba ocupando el tercer puesto en Estados Unidos, tras MSN y Yahoo!

Entonces, ¿por qué hay quienes se preguntan y dudan por el futuro de Google?

Lo primero que se debe tener en cuenta es que la compañía, fundada en 1999 por dos estudiantes de doctorado de Stanford, aún es privada. Vale decir, no ha salido a la bolsa y aunque se ha propuesto internamente la idea, aún no fructifica. Se supone que sólo en 2003 lo haría. Por lo mismo, su financiamiento depende de lo que deseen aportar sus inversionistas iniciales y actuales.

Lo segundo que destacan los observadores de este mercado, es que la compañía no tiene una fórmula de negocios que le provea de un flujo abundante de recursos. Sus ingresos radican en la venta de sus servicios (a Yahoo! le cobra 6 millones de dólares al año, en un contrato que vence en dos meses) y en la venta de publicidad. El periódico The New York Times cita que los competidores de Google estiman sus ingresos entre 15 y 20 millones de dólares por trimestre.

Lo tercero es que a medida que crece, la compañía es víctima de su propio éxito, ya que además de encarecer su operación, aparece como una competencia para quienes están en el negocio de los portales de Internet y que podrían comprar sus servicios, como MSN o Yahoo! que compran las tecnologías de terceros para buscar en Internet… siempre y cuando ellos no sean competidores directos, como sí es Google. Por ejemplo, Overture (que antes se llamaba GoTo.com y ahora trabaja para AOL) e Inktomi (aliado de MSN) pagan por estar presentes en esos sitios de alto tráfico, debido a que ambos obtienen recursos de los sitios que están indexados en sus bases de datos. Y es de allí de donde provienen sus ingresos más importantes.

El cuarto aspecto es que en el área de los buscadores, nadie se puede sentir que el éxito alcanzado garantiza que terminó su tarea. Por ejemplo, a comienzos de abril llegó Teoma.com haciendo ruido gracias a una tecnología de dar relevancia a las páginas, que aparece tan interesante como la que en un momento le dio fama a Google.

Por lo mismo, para éste vienen días de decisiones interesantes que habrá que mirar de cerca, puesto que deberá mirar con cuidado cuál es el camino que deberá seguir. Puede optar por mantener su independencia y no cobrar por indexar sitios y ubicarlos en lugares de privilegio. O, por el contrario, puede elegir la vía de ser sólo un gran proveedor de terceros y no tener sitios propios. O, por último, puede cobrar por sus servicios, al estilo Yahoo!

Se trata de una decisión tan difícil como contar desde cero hasta llegar al número 1 seguido por cien ceros, que es lo que en inglés se llama “googol” y de la cual se tomó la palabra “Google” para significar la gran cantidad de información disponible en el web.

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