Para quienes han seguido estas publicaciones recordarán que me pasé casi todo el último año hablando de un libro que estaba escribiendo. Se trata de “El viaje del contenido” del que fui contando, casi paso a paso, lo que le iba incluyendo, revisando y preparando.
De ese trabajo puedo comentar que ya está terminada la edición y corrección y esta semana saldrán algunos borradores para lecturas y primeras impresiones. Si te interesa, avísame en los comentarios.
El libro de la UX
Sin embargo, antes de eso ya había escrito otro acerca de principios, herramientas y conceptos para la UX, es decir, el diseño de experiencias para las personas usuarias. Ese ha sido mi tema en los últimos 20 años de clases, por lo que este libro condensa mucho de lo que tanto yo como muchas de las personas que enseñamos del tema, queremos ofrecer a quienes van a nuestros cursos.
Como el título de “El dolor del usuario” presenta en poco más de 200 páginas todo lo que me interesaba dar a conocer. Incluye a las principales autoras y autores, practicantes y participantes de esta disciplina. Tiene además algo de mi experiencia haciendo proyectos y, por cierto, despliega una edición muy bella que fue ideada por Shigui Medel, un maestro en la gráfica (además de un increíble pizzaiolo).

En las próximas semanas estaré hablando del libro, presentándolo y contando de su contenido. Sepan perdonar el entusiasmo por querer “moverlo” por todos lados, pero es lo que toca hacer cuando la tarea de llevar a cabo proyectos de libros también incluye la promoción.
Cómo conseguirlo
El dolor fue desarrollado gracias al apoyo de la Escuela de Periodismo de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, que emplea ese volumen como inicio de una colección para celebrar su 30° aniversario. Tengo que destacar que al alero de esa escuela ha estado el programa de UX en el que junto a un grupo de pacientes y dedicadas amigas y amigos, hemos formado a varias generaciones de cultores de esta disciplina.
El director de la Escuela, Claudio Elórtegui, me dio la alegría de participar en la obra con el prólogo, en el que anotó bellas cosas, como la frase que cierra su texto:
Habrá que señalar, por tanto, que el único dolor que el libro provoca en el usuario es cuando ya no hay más páginas para seguir leyendo.
¿No les dije que este septiembre era un tiempo feliz? Bueno, para cerrar, quedaré con la deuda de que apenas la editorial ponga el libro en circulación, les ofreceré el enlace para que lo examinen.