La semana pasada se pasó la meta de 100 millones de usuarios en Twitter, lo que permitió que desde muchos lugares se generaran datos para destacar lo que está pasando con esta plataforma de comunicaciones.
Entre otros, me interesó lo que mostró el sitio acortador de direcciones bit.ly, que dio a conocer un gráfico que muestra durante cuánto tiempo se sigue repitiendo un enlace a través de las diferentes plataformas de contenidos digitales, una vez que son publicadas.
Lo interesante de esta imagen, es que pone en imágenes algo que ya se estaba investigando a nivel académico. En este sentido, dos papers emanados de Yahoo! Research en abril de este año, habían explorado en este ámbito. El primero se titula “Who Says What to Whom on Twitter” (Quién le dice qué a quién en Twitter) y se enfoca en que la conversación se da entre élites y además, descubre que el contenido de calidad es redescubierto muchas veces, en particular el de video. El segundo, en tanto, se titula “Information Credibility on Twitter” (Credibilidad de la Información en Twitter) y tiene por autores a tres chilenos, quienes se preocuparon de investigar qué hace creíble a este medio.
Lo que deja en claro lo que se está produciendo en torno a Twitter, es que permite una comunicación masiva y permanente que no deja de intrigar, ya que no es sólo una red; también es un medio y además, un espacio que genera, no pocas veces, dudas acerca de su contenido.
Comencé a usarlo en 2007 y creo que, además de utilizarlo, no he parado de leer acerca de su alcance y de las posibilidades que tiene y representa. Con esa convicción, sé que no se detendrá y que su capacidad de generar información y relación entre sus participantes, seguirá aumentando.
Mi consejo entonces, es participar. Usarlo, experimentar y entender qué hace y cómo lo consigue. La gracia es que su contenido depende de la calidad que tengan quienes sigamos; aquí todos somos curadores (coleccionadores y clasificadores) de contenidos.