Desde el nacimiento de la Internet comercial, cuya partida podríamos situar en la aparición de Mosaic hace 10 años, que muchos han visto en la creación de dominios con nombres sugerentes, un negocio extraordinariamente lucrativo.
El esquema es simple: se decide que un nombre es interesante y se lo transforma en dominio de Internet. Es decir, se inscribe antes que nadie en una institución encargada de registrar este tipo de denominaciones. Por ejemplo, NIC.cl en Chile.
Luego, se espera pacientemente hasta que algún interesado en usar ese nombre aparezca y lo compre en un valor superior al que se pagó inicialmente. Que a la tarifa actual en Chile es de 20 mil pesos por dos años. Es decir, un negocio lucrativo.
Si se toma el reciente ejemplo mexicano, la noticia entregada por este propio medio anuncia que el Gobierno de ese país está dispuesto a pagar medio millón de dólares, por hacerse del dominio Mexico.com, con la idea de que allí podrá crear un portal para apoyar las inversiones locales. Según el diario “El Universal” de donde proviene la noticia, ” a través de un fondo y con apoyo de empresarios líderes, las autoridades mexicanas esperan poder crear un portal de promoción del país, donde se lo pueda presentar como una “potencia intermedia clave” y atractiva para las inversiones”.
Si se visita Mexico.com actualmente se puede encontrar un trabajo serio, en el que es posible hacerse una idea acabada del país, gracias a que la información está organizada como un gran directorio, lleno de información relevante. Por lo mismo, uno podría especular que además del nombre, adentro de ese sitio hay bastante tecnología que se puede reutilizar y por lo tanto “hay algo” que comprar.
Eso no queda tan claro, por ejemplo, si se revisa los sitios que se han generado en torno a Alvaro Ballero, el ganador del reality show. De acuerdo a la información que ofrece Terra.cl, no tienen ninguna relación con él sino que sólo se trata de terceras personas que por así decirlo… llegaron primero y registraron los nombres. Y no son pocos. Ya existe aballero, balleroalvaro, balleroreality y alvaroballero en .cl aunque ninguno de ellos lleva a algún sitio que tenga relación con el personaje.
Es decir, estamos frente a un caso en que un tercero está utilizando una oportunidad que ofrece la tecnología, sin preocuparse demasiado de los derechos que puedan existir y que de seguro serán presentados en el caso. Porque ya la familia declaró que se registró la marca y por ello, “quien inscriba cualquier nombre de Álvaro Ballero está condenado, porque la marca está registrada. Nadie puede usar nuestra marca en ningún medio sin nuestra autorización”.
La pregunta que queda en el aire, es por qué nadie se preocupó de “cuidar” el nombre en Internet. ¿No ha pasado ya suficiente tiempo como para considerar que este es un medio al que hay que estar atento?
Tarea para la casa.