En la última semana de febrero y mientras en la Alameda santiaguina reinaba el caos, en el que cada conductor “se salvaba” por sí mismo y los peatones debían cruzar más atentos que nunca la calle porque nadie se iba a detener para cuidar su integridad, se desarrolló un simposio en la capital dedicado a un tema que sonaba hasta esotérico en ese marco: la protección de datos personales.
El evento se desarrolló en el marco de las reuniones de la APEC (Asian Pacific Economic Cooperation) que tendrá como sede a Chile durante todo el año y que irán abordando diferentes materias a medida que pasan los meses, hasta llegar a la cita final, en el próximo mes de noviembre.
Lo interesante de este evento, es que fue organizado desde Estados Unidos y que reunió de una vez a todos los encargados de proteger la seguridad de datos personales de las economías ribereñas del Pacífico. De esa manera fue posible conocer la experiencia de Australia, Nueva Zelanda, Hong Kong, Estados Unidos y Canadá en apretadas presentaciones, que revelaron, sin lugar a dudas, que Chile y América Latina, en general, está muy lejos del mundo en estas materias.
De los chilenos que salieron al estrado, destacó la presencia del CIO del Gobierno, el subsecretario de Economía Álvaro Díaz, quien incluso llegó a plantear la posibilidad de que en Chile se cree una agencia del Estado dedicada a proteger los datos personales de los chilenos. En la versión oficial que recoge el sitio web del evento, se explica que Díaz “delineó las estrategias que se requieren para garantizar cada vez más la privacidad y la seguridad; entre ellas mencionó la necesidad de contar con leyes eficientes en materia de protección al consumidor, privacidad y propiedad intelectual, y a la vez mejorar las prácticas empresariales. Además, agregó que es imprescindible que exista una conciencia internacional respecto a estos temas, como también estándares comunes. Como parte de esta estrategia, planteó la posibilidad de crear agencias para proteger la información y privacidad.”
Quedó claro, en este sentido, el gran abismo que separa a las economías desarrolladas y la chilena en lo referido (entre varias otras cosas) a la protección de los datos personales. Incluso, dentro de la conferencia se hizo popular un argentino avecindado en Chile, Antonino Serra, quien para hacer más claro su alegato por la defensa de los derechos de los consumidores, explicó cómo un sábado de madrugada lo habían llamado por teléfono de parte de una compañía telefónica, para ofrecerle un mejor plan para llamadas de larga distancia. No sólo lo despertaron, relató, sino que además le dijeron quién era, su número de carné, hacia dónde llamaba y cuánto gastaba. Eso, planteó, no debería ocurrir.
– ¿Acaso no te gustan las ofertas? preguntó un australiano.
– No es el tema, replicó Serra. Lo importante es que nadie sin mi autorización puede tener mis datos.
Y desde allí, el tema del llamado a Serra rondó por el simposio e hizo patente la necesidad de contar con un marco de acción claro que permita proteger los datos personales.
Esa será una de las tareas a las que se abocará la APEC y que permitirá que todos sus países miembros se pongan de acuerdo para establecer el mismo grado de protección. Claro está que ese marco deberá ser bien parecido al que tienen los que ya están allá –por ejemplo, Hong Kong cuenta con una agencia que lleva a los tribunales a los infractores de este tipo de leyes-, mientras que otros como Chile deberán apurar el tranco y generar los instrumentos para asegurar esos derechos.
Cuando le correspondió hablar, Serra, que representa a Consumers International, manifestó que esperan conseguir que los datos personales sean un derecho humano más y que su protección tenga ese rango.
Probablemente no se llegará tan lejos ahora, pero esta APEC en Chile permitirá avanzar en esos temas y hacer que los llamados telefónicos de quienes no conocemos pero que saben todo sobre nosotros… no sean tan frecuentes.