La semana pasada dicté una clase sobre habilidades digitales para un grupo de alumnos de primer año de Periodismo. A partir de lo que preparé, más las preguntas y reflexiones que emergieron, podría decir que llegué a una conclusión en relación con las habilidades que habrá que desarrollar para sacarle provecho a las herramientas de inteligencia artificial (IA) que han surgido y que lo seguirán haciendo.
El tema va por aquí: hasta ahora los robots con los que estamos interactuando dependen del lenguaje para recibir las instrucciones de lo que queremos que hagan. Por lo tanto, existe una directa relación entre la calidad de lo que planteamos a través de nuestras palabras y los resultados que se obtienen.
En las nuevas versiones de ChatGPT, Dalle-E 2 y Midjourney (que he probado), como en las de Bing (que estoy probando) y Stable Difussion, mientras más detallada sea la solicitud, más certera será la respuesta que se entregue. Como las peticiones se llaman «prompt» en inglés -que podríamos traducir como instrucciones- ha surgido una verdadera área de especialización llamada prompt engeenering que se refiere a la capacidad de hacer peticiones a un software de este tipo, para que complete una tarea. De hecho, ya hay incluso «torpedos» (busca el nombre adecuado según tu país) para preguntarle mejor a ChatGPT.
Google también lo hace
Si bien Google echó a andar sólo ayer su participación en los chat con IA en Estados Unidos y Reino Unido, la empresa no es nueva en el uso de sistemas automatizados que aprenden. De hecho, desde el 2015 hay registro de que la está usando para apoyar la búsqueda y los resultados.
Esto me llevó a recordar que el uso de las palabras (es decir, saber preguntar) es una habilidad requerida para lograr que Google llegue a donde uno lo necesita. De hecho su modo de búsqueda avanzada consiste en un formulario en el que se pueden incluir o excluir palabras, además de usar filtros para hacer la búsqueda dentro de un mismo dominio, región geográfica, idioma o tipo de documento, por dar un par de ejemplos. Es decir, el propio buscador ofrece las herramientas para ayudar a preguntar mejor.
Incluso, uno de los consejos habituales es buscar la respuesta en lugar de escribir una pregunta. Así se conseguirá que Google ofrezca entre sus hallazgos, aquellos documentos que tengan escrita la frase a la que se necesita llegar (lo que se conoce), con la esperanza de que irá acompañada por el resto que se quiere obtener (lo que se desconoce). A eso el buscador, gracias a la IA, sumó capacidades como el apoyo contextual, las repuestas directas sin visitar el sitio que tiene la información y la revisión de lo que busca la comunidad que se interesa en el mismo tipo de consultas.
Palabras que dibujan
De acuerdo a lo que he visto, la mayor parte de los prompts se está aplicando en el caso de los modelos que generan imágenes a partir de instrucciones escritas. De allí que haya libros que recogen los mejores textos y las mejores formas para mejorar la interacción con Midjourney v5, Dalle-E 2 y Stable Diffusion.
Siguiendo esta misma línea de pensamiento, ¿se podría usar algo parecido para definir, por ejemplo, los mejores colores en torno a una emoción o una sensación, que de esa manera se conectara mejor con una audiencia? ¿Pedirle apoyo para elegir las palabras correctas para motivar a una audiencia específica y aumentar la conversión? ¿Sería una buena estrategia para producir una experiencia de usuario que ayudara a que las personas usuarias tuvieran mayor confianza en lo que se le muestra en un espacio digital?
Y dado que ya se hizo el experimento de pasar desde un wireframe a que ChatGPT-4 genere un sitio web, ¿será otra cosa que dejaremos de hacer a la antigua? ¿Estamos cerca de pasar de un concepto emocional a un producto funcional a través de la IA y que nuestro papel sólo sea hacer retoques y enmendar los errores visibles?
Para terminar, debo decir que las respuestas a estas preguntas llegarán a su debido tiempo. Estamos recién comenzando este camino y hay que darle tiempo para ver cuál es el mejor uso de estas herramientas. Pero que prometen, prometen.