Ideas millonarias

Imagen generada opr Dall-e2 con la instrucción: a painting of a fox sitting in a field at sunrise in the style of Claude Monet

Hablamos de AI no porque sea un tema especialmente entretenido (aunque lo es) sino porque su aparición y el análisis de lo que representa nos ayuda a arrojar luz sobre cómo la tecnología nos afecta y deja huella en nuestras vidas.

Lo primero que hay que decir es que todas las grandes corporaciones tecnológicas tienen sistemas basados en IA. TikTok la usa para recomendar videos y basa allí su éxito, que la llevó a superar a YouTube en número de visualizaciones. Meta la usa para generar videos, hacer traducciones y ofrecer mejores recomendaciones en Facebook e Instagram. Google ha mejorado permanentemente su buscador usando ese tipo de algoritmos. Microsoft la incluye en todos sus productos y desde 2019 es inversionista en OpenAI.

Por lo tanto, digamos que casi todo el mundo que usa un computador, ya usa la IA.

Miremos ahora al “nuevo” en este mundo que es la empresa OpenAI. Gracias a Dall-E, Whisper y ChatGPT ha llegado a estar en boca de todos por la simpleza de activar el sistema y llegar a resultados mediante un par de instrucciones entregadas en lenguaje natural, es decir, de la manera en que hablamos con “alguien”. Como si dentro del sistema hubiera una persona escuchando.

OpenAi es una empresa sin fines de lucro que se creó en 2015 para crear productos basados en inteligencia artificial de código abierto que permitieran que cualquier persona pudiera usarlos. Sin embargo, en 2019 decidieron crear un área de negocios para generar ingresos que les permitieran seguir invirtiendo en las plataformas que han presentado en los últimos años. Las mismas que ahora pretenden licenciar y vender.

Este cambio obliga a mirar hacia el pasado y preguntarse si antes hubo tecnologías relevantes que se entregaran sin cobrar algo a cambio. La respuesta es sí. La Web y el GPS son buenos ejemplos.

Volvamos: ¿existe riesgo al usar tecnologías como las que estamos comentando? Prefiero responder con las razones que se dieron para crear OpenAI: “Si todos tienen los poderes de la IA, entonces no habrá una sola persona o grupo de personas que puedan tener el superpoder de la AI”.

Y aquí es donde me preocupo. Estamos en ese momento. Imaginen esto: si la AI se incluye en un buscador, lo más seguro es que en lugar de recibir un grupo de enlaces entre los cuales elegir la mejor respuesta a la búsqueda (como es Google ahora), tendremos un párrafo con información en la que creeremos (al estilo de lo que hace ChatGPT). ¿Cómo saber si ese texto es la mejor respuesta o incluso, si es la correcta?

No es que haya que evitar la AI, pero creo que hay que revisar cómo estamos usando la tecnología. Como siempre, los avances tecnológicos son buenos pero hay cosas que es mejor no inventar. 

Así que a poner ojo en las novedades que surjan de mano de la AI.