Lo urgente, lo importante y lo influyente

Las voces de alerta acerca de los problemas que estaba teniendo la industria del periodismo se levantaron en los países del hemisferio norte hace más de una década. Como tardaron en pasar hacia el sur del mundo, se creyó que mágicamente estábamos inmunes. Incluso recuerdo un evento de editores donde se destacaba a un medio chileno que estaba aumentando su tirada impresa y se lo destacaba como ejemplo de resiliencia.

Pero no fue el caso. Pronto nos pusimos al día y hoy la crisis de los medios de comunicación afecta cada día más a quienes trabajan en ellos.

Este año haré clases sobre cómo hacer productos periodísticos sustentables, así que me he dedicado a mirar ejemplos, levantar ideas y considerar nuevas formas de desarrollar y mantener medios.

Evitar las noticias

Lo primero es considerar que quienes trabajan en medios suelen decir (yo lo suscribo) que lo que está en crisis es la industria y no la necesidad de estar informado, que es al fin de cuentas lo que da vida a la tarea del periodismo y sus actores. Pero los datos parecen decir algo diferente.

El reporte del Reuters Institute de junio de 2022 afirma: “El porcentaje de gente que dice evitar las noticias, a menudo o a veces, ha aumentado bruscamente en todos los países. Este tipo de evasión selectiva se ha duplicado tanto en Brasil (54%) como en el Reino Unido (46%) en los últimos cinco años, y mucha gente comenta que las noticias le producen un efecto negativo en su estado de ánimo”. No hay números para Chile, aunque sí se detectó que la confianza en los medios bajó del 47% al 38% al comparar 2017 con 2022.

Aprender de los que saben

Lo segundo es resolver ¿cómo salir adelante? No dejo de pensar en otras industrias que han logrado desarrollar nuevos productos que sí han conquistado a las audiencias. Hablo, por ejemplo, de Apple, cuyo gráfico acompaña esta nota. Esa empresa se la ha jugado por competir contra sí misma, dejando obsoletos sus propios dispositivos, reemplazando lo actual que funciona bien, por otros aparatos que lo hacen mejor. Si se miran los gastos operativos del gráfico, se puede observar que invierte en investigación y desarrollo casi lo mismo que en gastos administrativos para vender.

Una mirada a los números de Apple en 2022, preparada por @EconomyApp

Si pensamos en un medio de comunicación, lo más seguro es que todos estaríamos disponibles para pagar por un medio con menos noticias (aunque más relevantes) y con menos publicidad; incluso yo invertiría en un medio que me ayudara a elegir ofertas comerciales: en lugar de mostrarme anuncios para tentarme de algo que no necesito, esperaría que me preguntara qué ando buscando y con ese punto de partida me ayudara a llegar a productos que calcen con lo que que quiero, en calidad y precio. Es decir, que fuera mi socio de negocios, por así decirlo.

¿Qué tenemos en cambio? Medios en los que hay que desplegar una gran habilidad para cerrar avisos sin verlos ni cliquear su contenido. Todos usan la misma forma de conseguir ingresos y nos dejan sin ganas de ver el contenido. Además que ofrecen mucho dato urgente y poca información importante. 

Urgente, importante e influyente

Creo que en estas tres palabras hay una clave. Lo urgente es lo que está pasando y hay muchas personas haciendo periodismo para que nos enteremos de lo último. Es una tarea relevante, cansadora y que cuesta llevar a cabo. Recuerdo a los periodistas que hace unos días esperaron tres horas, a pleno sol de enero en el centro de Santiago (31 grados a la sombra), para que apareciera un nuevo ministro y obtener sus declaraciones. Era urgente saber su opinión.

¿Era importante? Eso no lo podríamos afirmar hasta evaluar lo que dijo. Hasta ahora parece ser que la respuesta es que no. Falta tiempo incluso ahora para saberlo, ya que lo importante se juzga con más tiempo.

Y eso nos lleva a una reflexión final: necesitamos medios que se ocupen de las tres etapas. De lo urgente que requiere renovación constante; de lo importante que se revela con algo de tiempo y de lo influyente, porque son las tendencias que van emergiendo y a las que hay que prestar atención. De eso, en Chile hay poco aún. Pero las necesitamos, porque avanzamos sobre un estado del mundo diferente respecto del que no hay pistas, porque se trata de problemas parecidos a los antiguos pero con desarrollos más rápidos y más globales, a los que habrá que dar respuestas nuevas, que no se han intentado aún.

Los medios y nosotros, sus lectores, televidentes y usuarios, necesitamos que hagan este experimento.