Hay que ponerle límite a las redes sociales

Si has seguido estos boletines por algún tiempo, lo más probable es que te hayas fijado que uno de los temas en los que he puesto énfasis ha sido en la importancia de ponerle límite a las redes sociales. En particular, para públicos de cierta edad.

Hay evidencia del efecto real que tienen sobre los menores, en particular a partir de la denuncia de Frances Haugen en contra de Meta en 2021. Seguimos con la presencia del Sr. Zuckerberg ante el Senado de Estados Unidos en enero de este año, donde pidió disculpas por los efectos que producen sus redes sociales. «Usted tiene un producto que está matando gente», le dijeron en su cara, escribí entonces.

Y terminamos, con la opinión del Cirujano General de Estados Unidos en el sentido de proponer que las redes sociales lleven una etiqueta de advertencia acerca del daño que producen. Tal como los cigarrillos y el alcohol.

Ahora, Australia

La última parada en este camino se produjo en Australia, que aprobó una ley (34 votos contra 19) que prohíbe el uso de redes sociales a menores de 16 años. De acuerdo con lo que publica The Guardian, “la nueva ley se redactó en respuesta a lo que el primer ministro laborista, Anthony Albanese, afirma que es una «clara relación causal entre el auge de las redes sociales y el daño [a] la salud mental de los jóvenes australianos»”.

El artículo de The Guardian que informa sobre la nueva ley en Australia

Lo interesante es que la prohibición afecta a las empresas y según otro político local, incluye a Snapchat, TikTok, X, Instagram, Reddit y Facebook. Pero no a YouTube, por su contenido educacional. No hay claridad sobre cómo se pondrá en práctica y hay un período de 3 años para hacerlo. Así que hay tiempo aún para eso.

No está de más decir que el proyecto fue atacado desde todos lados, incluyendo Elon Musk y Amnistía Internacional. Entre los argumentos en contra, se dijo que esto llevará a los niños hacia lugares peores que los que se busca prohibir. Pero, igual fue promulgado.

Queda tiempo para ver cuáles serán sus efectos. Desde mi perspectiva, creo que es el primer paso formal para hacerse cargo de un problema real. Y es que las redes sociales no son neutras, tienen algoritmos que afectan a todos los que participan y que generan presiones que muchas personas y en particular los más pequeños, no deben soportar. Dejarlas allí sin contrapeso, produce efectos que hasta ahora se han ignorado y que es necesario cautelar.

No queda claro si éste es el mecanismo. Pero es bueno que haya un paso para atender la situación. Veamos cómo se seguirá desarrollando.