Este fin de semana en clases, les mostré a mis alumnos dos objetos que están en el centro de mi interés, porque representan lo que yo creo será parte de lo que será normal a futuro, aunque por ahora sólo son la demostración de una tendencia que está partiendo.
Dichos objetos son una cerradura y una ampolleta. Su gracia es que ambos se “conectan” a la Internet y abren el camino de lo que a futuro será normal y que conoceremos como la “Internet de las Cosas“.
La ampolleta
Se llama Hue y es de Phillips. Su gracia es que está construida con leds y permite iluminar en todos los colores, los que se fijan utilizando mecanismos ya conocidos, como una paleta de colores o bien, los tonos de una foto. Se puede programar mediante un poco de hardware más una aplicación del celular (ver en Apple Store) para que funcione con otros elementos: por ejemplo, si el día está nublado (y lo sabe porque se conecta a Internet), que ilumine más fuerte.
La cerradura
Por lo que sé, aún no sale a la venta, pero está por hacerlo. Se llama August Smart Lock y es una cerradura que se puede controlar a distancia porque está conectada a Internet.
¿Qué puede hacer? Abrirse a distancia, programarse para que reconozca ciertos aparatos (la cercanía de un celular, por ejemplo) y llevar un recuento de cómo ha funcionado a lo largo del tiempo.
Las cosas
Como se ve, se vienen objetos o “cosas” que van a trabajar conectadas y que nos van a facilitar / enredar la vida. Nuestro desafío será generar experiencias de usuario que van a estar en ambos mundos: el digital y también el físico.
Por último, no puedo dejar de citar una columna de Collin Fletcher en Medium, quien plantea que Apple no hará un reloj ni nada parecido como objeto innovador a futuro. Sí hará un objeto. Una “cosa” que se conecte. Veremos. Sería lo natural, de parte de una empresa que se precia de ser innovadora.