No es algo que esté pasando todos los días y de manera habitual, pero sí hay señales que llevan a pensar que llegaremos a un momento en que se logre distinguir lo que está hecho por humanos respecto de aquello que es producto de un software.
Pero esto no va a ocurrir gracias a nuestras habilidades, sino que porque creo que avanzamos a un espacio en que el contenido sintético tendrá marcas distintivas.
Hay que reconocer que pasamos hace mucho rato la barrera de pensar en que podemos distinguir lo artificial con solo verlo.
De hecho, en el NYT hay una prueba para distinguir rostros de personas (ver imagen siguiente). Te muestran 10 imágenes y debes adivinar si estás frente a una foto hecha por una persona o por un software. No acerté en 7 casos. Y eso que traté de agudizar todos los sentidos posibles.
Por ese motivo están comenzado este tipo de acciones que buscan un cambio. Por ejemplo, a comienzos de mes se anunció en Japón que Nikon, Sony Group y Canon (90% del mercado) están desarrollando una tecnología para cámaras fotográficas que incrusta una firma digital en las imágenes, con el objetivo de que puedan ser distinguidas de otras creadas sólo por software, sin intervención humana. En la misma noticia se indicaba que Google comenzó a hacer algo parecido con las imágenes que genera su inteligencia artificial.
Soy humano y lo muestro
En este mismo camino se puede leer lo que presentó ayer el diario The New York Times, que se suma a lo que han hecho otros en el pasado. Destacar que las personas que escriben sus noticias son humanos, con historias y experiencias propias, que han recorrido el mundo y que llegan a contarlo.
Para eso desarrollaron un sistema que permite mostrar el curriculum de quien escribe. Eso se destaca de manera amplia junto a las noticias y se apoya con una página para cada autor, con detalles interesantes, la forma de tomar contacto, sus redes sociales y el listado de noticias previas que haya publicado. Por ejemplo, Motoko Rich, la jefa de la oficina en Japón (varias de sus notas están en español).
Hay quienes comentan que esta nueva característica busca estar en línea con las nuevas directrices de SEO de Google (llamadas EEAT), que premia el contenido original y a los creadores especializados. Puede ser, pero también quiero creer que este gesto de relevar lo humano es importante.
Sigo en esto con la idea de que es mejor destacar el trabajo de las personas y que los medios, especialistas en adaptarse a las circunstancias de un mercado que le es adverso, van a surgir si logran contar historias que las personas de la audiencia quieran seguir.
Creo que allí está el desafío. Todo lo demás que se genere por medios automáticos será producción amplia y vacía, como ese scroll infinito que vas a ver hoy en tu red social favorita y que luego de mantenerte muchos minutos muy ocupado, no te dejará más que la sensación de perder el tiempo. Allí es donde hay que trabajar. Hay tiempo disponible en las audiencias; sólo hay que provocar el interés para ofrecerles algo que valga la pena mirar e interactuar.
Para cerrar, espero que a futuro las notas que veamos tengan marcas claras. Esto fue hecho por fulano o mengana, humanos. Esto por la máquina “aquella”. A cada uno su mérito, su atención y el tiempo que merece.