Hace algunos días hicieron el lanzamiento en YouTube y recién pusieron a disposición para descarga el PDF, el libro «Nuevas Narrativas en Periodismo» producido por el equipo de investigación en periodismo digital de la Universidad Nacional del Comahue, en la Patagonia Argentina.
Se trata de una compilación de producciones de integrantes de este grupo de trabajo que lleva 20 años de trabajo y abarca una mirada muy interesante al quehacer en periodismo digital al otro lado de la cordillera. Debo indicar que de ellos conozco personalmente a Alejandro Rost y Alvaro Liuzzi y he seguido su trabajo por años, siempre con aportes muy interesantes.
En la presentación del libro explican que «se trata de una producción que se enmarca en el convulsionado escenario en el que se desarrolla el periodismo actual, en un contexto de dificultades por hallar modelos de financiamiento sustentables, la creciente precarización laboral en el periodismo, el impacto del aislamiento que impuso la pandemia del Covid-19 y el constante y atractivo desarrollo de los sitios de noticias en la web, las innovaciones en el campo de las narrativas y las herramientas nacidas para contar historias».
Recomiendo revisarlo y quiero aprovechar la oportunidad de comentar el artículo «Experiencias periodísticas nacionales en Twitch y TikTok» que aborda lo más nuevo, que es el uso periodístico de las plataformas Twitch (streaming) y Tik Tok (red social de video), escrito por Ezequiel Apesteguía. En su caso se refiere a lo que se está haciendo en el país en ambas, ya que en el sur no hay exponentes.
Además de dar a conocer interesantes ejemplos, me interesan mucho sus conclusiones (p.128), donde indica que «de los 21 casos analizados en Twitch y TikTok, 11 trabajan con un enfoque multiplataforma (volcado o adaptación de la información), mientras que 10 utilizan alguna forma de producción nativa y en consecuencia aplican una perspectiva crossmedia o transmedia (expansión de la historia) a sus contenidos. El análisis de estos últimos muestra un momento de innovación alrededor de los relatos audiovisuales periodísticos, con ejemplos concretos que exploran nuevos formatos, lenguajes y relaciones con los usuarios que rompen los moldes tradicionales y amplían las posibilidades narrativas del periodismo en internet».
Lo que me parece interesante es que descubre que quienes usan esos espacio no llevan esas plataformas hacia los métodos habituales de cobertura medial, sino que adaptan al periodismo a lo que allí se puede hacer: «todos abrazan la cultura del remix: hacen uso de filtros, memes, stickers, emojis, recortes culturales y cualquier otro elemento visual que ayude a capturar la atención de los usuarios. En este sentido, las fronteras entre la ficción y la no ficción se siguen desdibujando».
Muy interesante, deja con ganas de seguir estudiando las nuevas plataformas.