Hay una pregunta que no tiene respuesta aún en el mundo occidental y es ¿cuándo aparecerán las verdaderas superapps en este lado del mundo? Ya existen en China desde comienzos de la década pasada con WeChat Pay y Alipay; de hecho se pueden encontrar muy buenas comparaciones entre ambas aplicaciones que permiten entender su alcance en esa parte del mundo.
Las superapps son aplicaciones móviles que concentran una serie de servicios propios, entre los que se cuenta la red social, la mensajería y, lo más importante, el dinero para pagar lo que se vende (o transfiere) en ellas. Es decir, está todo lo que necesitas para cumplir con las tareas de cada día, sin necesidad de recurrir a terceras partes o mecanismos complicados para pagar y cobrar.
Lo más parecido a esto fueron los portales en los años 90s, que incluían correo electrónico, mensajería instantánea, blogs y espacios para comprar. Pero para pagar había que recurrir a un tercero que no formaba parte del entorno y que, muchas veces, sólo estaba interesado en su negocio, que era cobrar.
En el caso de las superapps hay ventajas que parten desde la experiencia: la integración del canal de pago explica que el proceso sea simple y esté integrado de tal forma, que no constituya un problema o un riesgo hacerlo. De hecho, WeChat Pay y Alipay compiten entre ellas porque incluyen grandes sitios propios de comercio electrónico que facilitan esa integración.
Vamos ahora a las señales
La primera es lo que está haciendo en esta semana el Sr. Musk con Twitter: fusionar la compañía con X Corp. tiene que ver con algo que dijo en octubre del año pasado, acerca de transformar la aplicación en una superapp, una «aplicación para todo». Él mismo ha citado varias veces a WeChat como el referente ¿Qué tiene para lograrlo? La visión, pero no mucho más.
Una señal más fuerte es la que ofreció Whatsapp en Brasil, ya que la empresa Meta consiguió, luego de un trabajo de tres años, que el Banco Central le autorizara la realización de pagos a través de la aplicación. Vale decir, por fin llegó a la parte más interesante, que es el manejo del dinero. Esto ya lo estaba probando en India, donde obtuvo un permiso similar y se supone que debería transformarse en una suerte de estándar para el resto de la región. ¿Está en camino de ser una superapp? Aparentemente, está más cerca.
La gran pregunta a responder es ¿qué falta para que haya superapps en nuestra región? Tengo la sensación de que muy poco. En la mayoría de los mercados ya se está trabajando con pagos desde el celular (por ejemplo, Argentina con el sistema QR) y hay confianza en la forma en que están trabajando los pequeños vendedores con este tipo de sistemas.
Da la sensación de que quien juegue mejor sus cartas será el que haga cambiar el mercado, ya que gran parte de la infraestructura ya está lista (es decir, número de personas con móviles, roaming gratuito entre países) pero, lo que siento que falta, tiene que ver con la logística y, a propósito de ella, la confianza. Por allí hay que trabajar.
Pero recordemos que la experiencia de comprar adquiere una velocidad especial si la fricción de pagar se reduce. ¿Será que pasará todo en todas partes y al mismo tiempo? (como el nombre la película). ¿O soy muy optimista?