La respuesta corta es: sí.
La respuesta larga es la misma, pero va con una historia. Soy periodista, pero no alcancé a usar computadores en la universidad porque me titulé en 1984, cuando aún no eran usados en las salas de clases (ni casi en ninguna otra parte). Aprendí a programar a fines de esa década. Cosas mínimas, realmente mínimas, pero que funcionaban a nivel de texto. Por ejemplo, trabajando en una empresa que hacía software, yo me encargaba de los manuales de usuario. Allí, entre programadores, aprendí a hacer el trabajo que se requería para que un texto apareciera en la pantalla correcta de cada aplicación (incluía programar y luego compilar).
¿Cómo aprendí? Leyendo manuales de usuario en inglés y dedicando tiempo a probar, con mucho ensayo y error. A mediados de los 90s, esas mismas dos habilidades (más tener acceso a Internet) me permitieron hacer páginas y luego sitios web, usando editores de texto (incluso vi).
Gracias a todo lo anterior, salté a hacer otras cosas, aprendí a leer código, a entender y trabajar con bases de datos y a contar historias usando herramientas digitales, de manera bastante autónoma. Aunque (todavía) no sé programar de cero, tengo los elementos suficientes como para hacer lo que necesito, amigos a los cuales preguntar y toda la Internet que se pueda para aprender.
Sin embargo, aunque lo he considerado, hasta ahora no he tomado un curso para aprender formalmente a programar. Puede ser porque, aunque puedo programar algunas cosas, no quiero reemplazar a la persona que trabaja en equipo conmigo dedicado a construir software. Esa persona siempre me ofrecerá algo que complementará lo que quiero hacer y, por lo mismo, me parece que su aporte es crucial.
Pese a ello, a los periodistas (y diseñadores y otras profesiones que trabajan con contenidos) debo decirles que ustedes deben saber lo suficiente como para explicar qué necesitan, cómo lo necesitan y cuáles son los elementos de entrada y de salida, de lo que hay que programar. Si tienen eso claro, además sabrán a qué atenerse cuando reciban la respuesta habitual que da un programador ante una petición fuera de lo habitual: “eso no se puede hacer“.
Sí, siempre se puede. Claro, que depende de cuánto tiempo y de cuántos recursos estemos hablando.
Resumiendo: un periodista debe saber programar. De lo contrario, perderá oportunidades porque la tecnología permite hacer cosas, pero si se la conoce bien, las posibilidades de su uso se multiplican.
A propósito
En el horizonte hay una buena oportunidad para aprender algo interesante que mezcla programación y periodismo.
Es el curso “Building Bots for Journalism: Software You Talk With” que comienza el 12 de febrero y dura un mes (gratis y en inglés). Lo dictará John Keefe, de Quartz y quien ya ha trabajado en ese entorno y tiene el cargo de “Bot developer and product manager“. Su objetivo es enseñar a los alumnos a crear robots que “conversen de noticias” usando la voz, o sea, software que conversa. Es decir, y guardando las proporciones, la misma oportunidad que tuve hace casi 25 años cuando empezaba una tecnología nueva y que luego sería popular y conocida como “la web”.
Así que, a puro darle. Yo, al menos, estoy inscrito.