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Artículos que se refieren a temas de redes sociales.

Spotify, ¿puedes agrandar el botón?

Gracias a un regalo de mi bella hija, desde hace un tiempo tengo Spotify en mi celular. ¡Qué cosa más interesante! Me he propuesto no quedarme en la música de siempre e investigar y leer acerca de lo que escucho y abrir los oídos y la mente a lo que llega de manera inesperada a mi pantalla.

Por ejemplo, leí un cuento del Señor Murakami y me enteré (y escuché) que en los primeros dos discos de The Beatles, la mitad de los temas eran covers. O que Elis Regina y Antonio Carlos Jobim grabaron juntos en un momento complejo para ambos, quienes no necesariamente querían estar juntos, pero terminaron creando la mejor versión de Aguas de Março. Y así.

La interfaz de Spotify con sus botones mínimos
La interfaz de Spotify con sus botones mínimos.

Mi único problema es la interfaz de la aplicación en mi celular, que no tiene una pantalla chica (Samsung J6 de hace dos años), debido a que sin importar lo que esté escuchando, insiste en dejar la zona interactiva en un espacio mínimo y guardar el mayor espacio para mostrarme lo que ya sé, es decir, la carátula y el nombre del disco. En términos reales, alrededor de 10% lo ocupa la zona de interacción y 90% lo ocupa la zona de información.

¿Qué espero en esta circunstancia? Simple: un botón más grande, que ofrezca la operación más usada de acuerdo a la situación en que estés. Aunque creo firmemente en que la interfaz de una aplicación debe ser consistente a lo largo de su uso, creo que vale la pena aplicar una regla que modifica este concepto: la interfaz debería cambiar cada vez que exista la oportunidad de cumplir con el objetivo de apoyar la acción del usuario.

Lo dejo anotado.

El enemigo conoce el sistema

Terminé el año pasado leyendo ” El enemigo conoce el sistema” el libro de Marta Peirano.

Nada fue lo mismo después. Me convenció e hizo consciente de algo que sabía: si participas en una red social, das permiso para que te manipulen. ¿Quién? Pues, la red te manipula para que reacciones ya que cualquier red se mantiene y extiende gracias de las interacciones entre los participantes.

He hecho varios experimentos. El más interesante consiste en revisar cuáles son los mensajes que encabezan tu muro en la red social al comienzo de la jornada, cuando la abres para ver lo que pasó en la noche. Me ha ocurrido con gran frecuencia que casi todos los mensajes que aparecen me “obligan” a responder porque son muy polémicos o muy interesantes. Luego, tras esos, vienen mensajes normales que no generan mayor interés.

Es como si la red se hubiera preparado para hacerme actuar. El libro de Marta anota esto (Pág.48):

“La indignación es la heroína de las redes sociales. Es más viral que los gatitos, más potente que el chocolate, más veloz que el olor a galletas, más intoxicante que el alcohol. Genera más dopamina que ninguna otra cosa porque nos convence que somos nbuenas personas y, encima, de que tenemos razón. (…) Es un sentimiento que nos define como personas buenas y que demanda justicia, venganza y mucha atención. Queremos compartir la llama con todas las persoas del mundo para que sus sentimientos validen los nuestros con comentarios, likes y retuits”.

El libro tiene la gracias de que va analizando lo que las redes sociales van provocando en sus usuarios y la manera en que las empresas que están detrás van usando la información que les entregamos para hacernos cada vez más dependientes de ellas. A puro golpe de dopamina. Y lo bueno es que en ninguna parte hace un llamado a no participar, sino que por el contrario y siguiendo el título, invita a conocer el sistema y entenderlo para usarlo adecuadamente.

Creo que es un libro que hay que leer antes de que comience de verdad este año agitado, porque es una ayuda concreta para analizar la información que aparecerá en redes sociales en los meses que vienen.

La importancia de fomentar la comunidad

Este martes 25 de septiembre se celebró en todo el mundo el Día de la Interacción (#ixdd en Twitter) como una forma de recordar la relevancia que está tomando este tema que es vital para los contenidos digitales.

En Chile tuvimos dos eventos relevantes en Santiago y Viña del Mar, organizados por los capítulos locales de IxDA.

Ambos se desarrollaron en torno al tema de la diversidad e inclusión y en el caso de la capital, se habló de Lazarillo, que se presenta como “la aplicación de orientación inteligente para personas ciegas y con baja visión, que te guía por mensajes de voz en la ciudad” y de “TodoMejora“, que es una organización que busca “promover el Bienestar de niños, niñas y adolescentes que sufren de discriminación, bullying y comportamiento suicida, producto de su orientación sexual, identidad y expresión de género”.

En el segundo caso, se presentó la aplicación del mismo nombre que se enfoca en fomentar la conversación “confidencial, en un espacio seguro y con especialistas preparadxs para guiarte y apoyarte”.

Aunque no pude asistir, quedé contento por sentir que la comunidad está en movimiento y muy activa y por ver lo que se fue contando de las presentaciones vía Twitter. Qué bueno que el mundo sea un poco mejor cada día gracias a que hay gente que se preocupa de mejorar haciendo de la interacción su preocupación (y de paso celebrarlo un día al año) y, además, que tengan la visión de hacer estos nuevos productos digitales que realmente ayudan a quienes los usan.

Para todos, mis respetos y felicitaciones.

Escribir para la web: más y nuevos formatos

Desde que me puse a explorar en nuevos formatos de redacción para espacios digitales, ha sido interesante notar cómo la aparición de nuevos elementos de trabajo ha aumentado la capacidad de los redactores para sacarles provecho para contar historias.

En esta ocasión, van tres ejemplos que vale la pena estar mirando.

Ensayo y error

El primero, es investigación (o ensayo y error, si se quiere) en estado puro. Viene del diario The Washington Post, que abre la puerta a nuevas formas de contar historias. Todos formatos cortos, con diferentes expresiones que van desde audio y poemas, hasta comics, incluyendo un juego.

La imagen muestra una de las historias, que muestra un cómic acerca de una cita a ciegas.
Una de las historias es un cómic acerca de una cita a ciegas.

Lo interesante tiene que ver con que, en cada caso, se logra contar muy bien una historia que se lee de inicio a fin y, quien la cuenta, consigue su objetivo: comunicar y llegar al usuario. Además de dar la sensación de que debe haber otras historias parecidas en el mismo medio, que sería bueno conocer, fomentando la relación más permanente.

Múltiples formatos

El segundo ejemplo viene del diario The New York Times, que se hace cargo de algo que ha venido contando hace ya mas de un año, que es la forma en que fue afectada la elección presidencial en Estados Unidos, a través de la redes sociales y la manipulación que se hizo de ellas desde rusia (aún falta descubrir partes de la trama).

Como es tanto lo que hay que contar, la historia usa herramientas especiales. Una línea de tiempo, un “glosario de caras” que permite saber quién es quién, y formatos abreviados para entender todos los hilos que se cruzan en la historia.

La imagen muestra una línea de tiempo que permite seguir lo que está ocurriendo en las diferentes partes de la trama relacionada con la interferencia en las elecciones de EE.UU.
Una línea de tiempo permite seguir lo que está ocurriendo en las diferentes partes de la trama relacionada con la interferencia en las elecciones de EE.UU.

La posibilidad de usar múltiples formas de narrar, da cuenta de lo interesante que debe ser el administrador de contenidos (CMS, por la sigla en inglés) que hay tras esa publicación. Lo habitual es que los periodistas y diseñadores cuenten con pocas herramientas automatizadas, por lo que cada vez que quieren hacer algo distinto, hay límites que lo impiden. No está mal recordar (y tratar de escapar) este dogma de los entornos digitales: haces aquello que tu CMS permite.

Abro hilo

El ejemplo final tiene que ver con un reportaje publicado hace unos días en El Periódico de España. El periodista Juan Fernández usa el concepto de los hilos de Twitter, para explicar qué son y para qué se usan, explicando de paso qué es la “twitteratura”.

Publicado como tal en la red social y en el diario impreso, muestra las ventajas de esta forma de trabajo que ayuda a una interacción rápida, multimedial y con feedback inmediato con el usuario.

Un consejo que viene en el reportaje y que se puede usar en cualquier medio: siempre escribir entendiendo la plataforma y adaptando los contenidos a lo que se puede hacer en ella.

La imagen muestra el reportaje de El Periódico acerca de la twitteratura, puede ser leído impreso o seguido como hilo en Twitter.
El reportaje de El Periódico acerca de la twitteratura, puede ser leído impreso o seguido como hilo en Twitter.

Un ejercicio de memoria a propósito de nuestro 11

Quiero hablar de algo diferente de lo habitual en este blog por esta semana, a propósito de la fecha.

En marzo del ’80 entré a estudiar Periodismo en la PUC, en Santiago. En junio, tras vivir los primeros meses en una escuela que intentaba guiarnos por el camino de ser comunicadores, nos estremeció una noticia terrible. Uno de nuestros compañeros de los años superiores, había fallecido. José Eduardo Jara, era su nombre.

Creo haberlo visto una vez, no lo conocía. Su muerte, no obstante, abrió ante nosotros la realidad que en esa escuela y en la propia universidad no se trataba. Lo habían torturado y la causa de muerte fue un paro cardiaco producido debido a los golpes recibidos. Pero, lo que nos dijeron entonces, era otra historia. No había nada claro, no se sabía mucho y era mejor no preguntar.

Hoy, 11 de septiembre de 2018, en la entrada de la Facultad de Comunicaciones de la UC y gracias a un trabajo apoyado por la FEUC, se instaló una placa en su recuerdo y en el de otros ex compañeros de estudios, víctimas de la dictadura.

La placa que recuerda a José Eduardo Jara en Periodismo UC.
La placa que recuerda a José Eduardo Jara en Periodismo UC.

Es bueno que haya memoria, que recordemos, que volvamos y entendamos lo que pasó, por qué pasó, cuándo, dónde y quienes participaron. Saber quiénes reaccionaron bien, mal, indolentemente. Porque siempre hay que buscar la forma de aprender de lo vivido. La memoria hace bien.

Por eso, creo que también es bueno replicar acá la Carta Abierta que entonces firmaron tres alumnos y un profesor (nuestro maestro de fotografía), en recuerdo de José Eduardo Jara. Dice:

Carta abierta a José Eduardo Jara

Ciertamente no podríamos decir, Eduardo, que eras el mejor alumno de la Escuela… pero sí el con mayor ilusión y el de mayor esfuerzo. Y casi nos acostumbramos, Eduardo, a verte de repente en esa dulzura que pocas miradas pueden transmitir. Llegabas a la escuela sembrando pan entre quienes te rodeábamos. Y luego de ibas con apenas unos pesos y un pan en el bolsillo para visitar Villarrica en lo álgido de tu triste enfermedad. Con un apretón de manos te sabíamos de nuevo cerca. Hoy no podemos conformarnos. Tu viaje es demasiado trágico, tu partida demasiado injusta. El dolor que hoy nos une a tus profesores y compañeros es tu propio dolor que ahora es nuestro, amigo de la mirada tan dulce.

Encerando, haciendo pequeñas clases, fotografíando, mantuviste a tu mujer y a tu hijo con la ilusión de un título que te alejaría de los vidrios y cera. Y nos duele a los que te quisimos, Eduardo, que te traten de “mujeriego” ya sabemos que le duele a tu esposa y algún día le dolerá a tu hijo. Y tú que vivías y estudiabas para ellos. Nos duele que digan que siempre llegabas tarde. ¿Cómo no hacerlo cuando se anda a pie y no quedan todos los vidrios limpios? A tu muerte llegaste tan temprano. Nos duele que se te trate de extremista porque jamás hubo en tu boca palabras de odio. No fue fácil tu vida, Eduardo; y a un semestre de terminar, un monstruoso equívoco, uno más de la violencia, la segó para siempre.

Tu muerte, Eduardo, que no sea en vano, que nos aclare la conciencia, que el mensaje escrito con ella sea el editorial más profundo que nos despierte a la paz. Porque no puede ser, porque el silencio y la palabra que se quiebra nos invita este oscuro amanecer de invierno a gritar por la vida, simplemente por la vida, la misma que te quitaron.

Es tan profunda la huella que deja tu herida porque pareciera que tu bondad causó menosprecio; y tus gritos, golpes. Y una vez más los hombres nos equivocamos. Para Eduardo no habrá vengadores porque tu vida no se paga con la de nadie.

Andrea Vial

Cecilia Serrano

Juan Domingo Marinello

Liliana Martínez  

La instalación fue destacada además por la publicación de la Facultad de Comunicaciones, a través de su red social:

Anoche, alumnos de @fcomuc y @feuc, inauguraron una placa que recuerda a Diana Arón, Carmen Bueno y José Jara, todos víctimas de la dictadura y exalumnos de esta Facultad. Sala COM 104, frente al patio de Comunicaciones. pic.twitter.com/3iJtaAjYKA

— Comunicaciones (@fcomuc) September 11, 2018

Finalmente, más información de esta historia se puede ver en Memoria Viva, Wikipedia y el Colectivo Memoria UC.

¿De qué tamaño es África?

Desde la semana pasada el servicio de Google Maps dejó de representar la Tierra como un plano (o planisferio) y comenzó a mostrarla como lo que es: un cuerpo esférico dando vueltas por el espacio.

Lo interesante de esto, es que finalmente comienzan a quedar claro algunos asuntos que de otra manera pueden ser sujetos de alguna duda. Como por ejemplo, que la tierra no es plana. El real tamaño de los diferentes territorios. La ubicación de los continentes. Lo ancho que es el Oceáno Pacífico, tanto que incluso se puede ver que hay partes en que ocupa más de la mitad del ancho del globo. Que bajo la línea del Ecuador y con la excepción de Australia, parte de África y Sudamerica, casi sólo hay agua.

Pero, probablemente, lo más interesante de este cambio, es que por fin África se ve grande. Es decir, se ve del tamaño que tiene. Por ejemplo si la comparamos con Sudamérica (17,84 millones de km2) o Norteamérica (que incluye a Canada, EE.UU. y México y suma 24,72 km2), África tiene 30, 37 millones de km2.

Sin embargo, en el mapa anterior, se veía más chico. Incluso Groenlandia se veía grande, en comparación. Y esa isla es grande (2,1 millones de km2), pero nunca tanto.

Los ejemplos gráficos, se ven a continuación:

la imagen muestra la versión de planisferio de Google Maps, con los tamaños distorsionados.
La versión de planisferio de Google Maps, con los tamaños distorsionados. Abajo, la versión actual.
La imagen muestra la versión actual de Google Maps: el mundo como un globo.
La versión actual de Google Maps: el mundo tal como es.

El mapa con el mundo plano fue un invento relevante en su momento. Lo hizo en 1569 el alemán Gerardus Mercator y sirvió para que los navegantes surcaran el mar con la seguridad de saber a dónde llegarían.

No importaba tanto el tamaño, sí la ubicación y eso llevó a que en nuestra mente quedara grabajo el tamaño de algunas partes del mapa: el norte, es decir, la parte de arriba del mapa siempre es enorme; el sur, lo contrario.

Por eso es útil leer este artículo, donde se explica el feonómeno y se muestra el verdadero tamaño de Groenlandia y, también, mirar este sitio, donde se invita a jugar con un mapa y ver los tamaños reales de los territorios.

Una reflexión final: conviene revisar lo que creemos desde siempre; más de una sorpresa aparece al revisar lo que creemos sólido y establecido.

PD1: Como se ve, me gustan los mapas.

PD2: Todo lo anterior tiene que ver con el efecto que tiene el cambio de la interfaz de un software.

Cómo te cambia lo que aprendes

Este post tiene que ver con algo que leí hace un rato, pero que vuelvo a revisar cada cierto tiempo. Se trata de las reflexiones que hizo la periodista española María Ramírez, a la que sigo en Twitter y que ha hecho cosas muy entretenidas (como Politibot), una vez que terminó un año de estudios en Harvard en junio pasado.

Llegó con una beca de la Fundación Nieman y tras permanecer un año, siguió con su carrera y actividades. Pero al partir, tras estudiar herramientas que ayudan a recobrar la confianza en los medios, dejó también en Medium un listado de cosas que aprendió.

Son 43 cosas. Algunas interesantes, como que China tiene una sola zona horaria (pese a su tamaño) y que no hay que tratar de imitar a The New York Times. Pero lo que me cautivó, es ver puesto como consejo lo relevante que es la interacción con otras personas, otros conocimientos y la posibilidad de simplemente seguir aprendiendo a partir de escuchar a los demás.

Aprender siempre

Sin querer, la lista me llevó a recordar mi propia experiencia queriendo ser un becado para un postgrado fuera de Chile. Lo intenté en Navarra en el 84 pero no quedé. Luego, tuve que trabajar, pagar la Universidad, me casé y llegaron mis lindos hijos y, todo eso quedó fuera del alcance. Han pasado un par de años, ¿no? Ya el año que viene mis hijos salen de la U y volveré a estudiar (eso espero).

Porque como dice el último consejo de María al terminar su año en Harvard, si quieres tener éxito en tu carrera, sigue aprendiendo. Tomando las palabras de un profesor, anota: “Pregúntate, cada cierto tiempo, qué estoy aprendiendo, de quién estoy aprendiendo y cuánto estoy aprendiendo. Si la respuesta es ‘no mucho’, entonces muévete de alli“.

En breve partiré como profesor con un nuevo curso en la U, cambiando lo que he estado haciendo en los últimos seis años. De nuevo sigo aprendiendo, para seguir enseñando y buscando nuevas preguntas. Eso es lo que hace entretenida la vida.

El efecto de tener menos diarios

Leí un tweet hoy que conecté de inmediato con un paper al que llegué hace algún tiempo y en el que he estado pensando luego de ver los cierres de medios de comunicación en Chile de los últimos meses.

Primero, el paper, que permite dar contexto. Se trata de un trabajo publicado en el año 2011 que analizó el efecto en las elecciones del cierre del “The Cincinnati Post” en el año 2007, un diario de carácter local que cubría el sur de Ohio y norte de Kentucky, en torno a la ciudad de Cincinnati y cuyo origen databa de 1890.

Los autores elaboran una serie de mediciones con el objetivo de evaluar el efecto del cierre en los procesos democráticos, tales como la participación de votantes, aparición de candidatos, gasto en publicidad y mantención en el cargo de quienes van a la reelección. Sus resultados son claros y aunque, como siempre en este tipo de investigaciones generan prevenciones para no tomar los resultados como algo exacto, indican que:

El Cincinnati Post era un periódico relativamente pequeño, con una circulación de solo 27,000 cuando cerró. Sin embargo, su ausencia parece haber hecho que las elecciones locales fueran menos competitivas en varias dimensiones: ventaja de los incumbentes, participación de votantes, gastos de campaña y el número de candidatos para el cargo. El efecto sobre la participación electoral persistió durante varios años después de que el periódico cerrara.

Usando diversas métricas, ambos investigadores evalúan cada aspecto y ven el efecto que tiene la desaparición del medio en el acceso que tienen los ciudadanos a la información que antes estaba disponible en sus páginas y que, aunque no la vieran directamente allí, sí la podían acceder a través de las reproducciones que se ofrecían en redes sociales de dichos contenidos.

Asimismo, destacan como un hallazgo el hecho de que el logotipo de Scripps, la compañía editora del diario era un faro (ver imagen), con un lema que indica “Dale luz y la gente encontrará su camino”.

La imagen muestra el logotipo de la compañía Scripps
El faro en el logotipo de Scripps, junto al lema: Dale luz y la gente encontrará su camino.

Justo lo opuesto pareció ocurrir con el cierre.

Debió ser portada

Como comentaba al comienzo, este paper lo conecté con un tweet que destaca la editorial de un medio dedicado a las finanzas, revelando que hubo un tema que no fue portada, pero debería serlo: se refería a la “lapidaria estadística” generada por el ICE que demuestra que “dos tercios de los trabajadores en Chile ganan, aproximadamente, dos sueldos mínimos o menos”.

Mi preocupación es que cada vez hay menos medios, lo que (como en el caso analizado más arriba) produce el efecto de que menos temas lleguen a las portadas. Hay menos miradas a la sociedad y menos puntos de vista interesantes, que aborden la realidad con ópticas diferentes a las tradicionales y, en muchos casos por efecto de la competencia y la necesidad de llegar primero o con coberturas más efectistas, todos hablan de lo mismo de la misma manera.

Incluso, como opina la profesora Esther Vargas, en un post publicado en el sitio del Programa de Ética Periodística de FNPI, el viral va ganando espacio y transformándose en el vehículo de información con el que cuenta la audiencia, en especial los jóvenes. Desde su punto de vista, “lo que menos necesita el periodismo hoy es a estos falsos mediáticos que con el traje de periodista transgreden formas, buenas prácticas y hacen de la noticia un espectáculo chirriante que se acerca más al ‘talk show’ que al periodismo responsable”.

Como he planteado antes aquí, los medios están en un cruce de caminos complejo que debe ser abordado con bastante pasión, considerando que lo que se juega no es sólo una empresa, sino formas diversas de entender la sociedad, cuya desaparición tiene efectos que van más allá de lo lamentable que es que un grupo de personas pierda su trabajo. Con la evidencia a la vista, incluso de puede hablar de que hay una forma de vida social en juego.

La importancia del derecho al olvido

En simple, el derecho al olvido es la posibilidad de que algo que está publicado en algún lugar de acceso abierto a todo el mundo, sea borrado porque existen razones (normalmente, a partir de una sentencia judicial) para ello.

En Chile aún no existe como ley, pero de tanto en tanto, se dan situaciones para que el tema sea debatido y pueda ser fallado a favor o en contra, dependiendo de las situaciones que los tribunales hayan tenido a la vista.

Este derecho existe en otras legislaciones como la de España, donde la Agencia Española de Protección de Datos lo define de la siguiente manera:

Es la manifestación del derecho de supresión aplicado a los buscadores de internet. El derecho de supresión (‘derecho al olvido’) hace referencia al derecho a impedir la difusión de información personal a través de internet cuando su publicación no cumple los requisitos de adecuación y pertinencia previstos en la normativa. En concreto, incluye el derecho a limitar la difusión universal e indiscriminada de datos personales en los buscadores generales cuando la información es obsoleta o ya no tiene relevancia ni interés público, aunque la publicación original sea legítima (en el caso de boletines oficiales o informaciones amparadas por las libertades de expresión o de información).

Este tema seguirá siendo relevante en Chile, en la medida que vayamos haciendo que lo digital tenga más presencia y que haya cada vez más situaciones en que la información sea controversial.

El último caso

Un ejemplo en este sentido es un fallo dado a conocer ayer en el sitio del Poder Judicial, en el que se decidió que ciertos medios de comunicación deberán publicar la información completa acerca de un fallo, ya que sólo se estaba divulgando la acusación inicial (en el año 2012) pero no se había dado cuenta cómo fue resuelto en la Corte (en el año 2018).

En la situación que la Corte revisó, una persona fue afectada por un hecho y debido a que finalmente se dictó su sobreseimiento, el afectado aprovechó de pedir que se borrara la noticia inicial, invocando el derecho al olvido:

… luego de un año de investigación por el Ministerio Público, se acordó una salida alternativa de suspensión condicional del procedimiento, agregando que nunca fue condenado por delito alguno, no se estableció responsabilidad penal y que es completamente inocente de los cargos que inicialmente se le imputaron, en tal sentido, habiendo ya trascurrido más de cinco años de los hechos, solicita la eliminación de todas las publicaciones teniendo como fundamento para ello el derecho al olvido.

La Corte explicó en el fallo que tal derecho no existe, sino que se resuelve teniendo en vista otros que pudieran verse afectados (como libertad de información, derecho a la honra, derecho a la vida privada), como también otros temas, como que lo publicado fue verídico y calificado de delito e investigado en su momento.

Por lo tanto, la Corte decidió que los medios contra los que la persona recurrió, están obligados a publicar el fallo completo, para que la persona que reclama pueda lograr que su situación personal actual sea conocida.

Para leer

Algo interesante, al examinar el fallo, es que los jueces referencian un artículo del profesor Hernán Corral (@hcorralt en Twitter) del año 2017 en la Revista Jurídica Digital UANDES, que vale la pena leer con detalle, porque explica de manera clara en qué estamos y cómo podría evolucionar este tema.

Por lo tanto, les recomiendo leerlo y empezar desde ya a pensar que el olvido puede ser parte de la ecuación del mundo digital al que avanzamos.

Las lecciones de Ismael Nafria

Ismael Nafria pasó por Santiago, dejando una estela de comentarios y buenas sensaciones acerca del futuro de los medios digitales periodísticos. Este periodista, autor, consultor, profesor y conferenciante especializado en medios digitales, autor de “La reinvención de The New York Times“, fue invitado por la Universidad del Desarrollo en el marco de la III Cumbre del Periodismo, un seminario anual dedicado a debatir sobre la actualidad y futuro de esta industria.

Como comentaristas de su charla hubo representantes de nivel ejecutivo de los principales medios chilenos, lo que permitió saber de primera mano lo que piensan acerca de lo que Nafria descubrió en su investigación sobre el diario estadounidense y, de paso, acerca de lo que viene en términos de innovación en esta área.

Ismael Nafria durante su charla en la UDD (Foto Periodismo UDD).
Ismael Nafria durante su charla en la UDD (Foto Periodismo UDD).

Conclusiones y preguntas

Usando como base su libro, que puede obtenerse en PDF y papel, Nafria dio cuenta a partir de lo que está haciendo el NYT, acerca de las lecciones que deben ser aprendidas por toda la industria, ya que representan pasos necesarios para enfrentar la realidad de todos los que conocen la industria: la publicidad está dejando de llegar y por lo tanto no hay inversión y las audiencias se están diseminando hacia diferentes espacios, alejándose de los medios.

Apoyándose en gráficos que dan cuenta de los altos y bajos de la industria, el presentados destacó que el problema no es que las personas no estén usando los medios, sino que por el contrario, entendiendo que la necesidad de información es cada vez mayor, el problema radica en la forma en que los medios llegan a esa audiencia cuando son necesarios.

Por lo mismo, varias veces destacó que el rol de los medios es ser imprescindibles en la vida de las personas y por lo tanto la tarea principal, es conseguirlo, día a día.

Entre las conclusiones que entregó, recopiladas en un hilo de Twitter por el profesor Patricio Contreras (@pfcontrerasv), se encuentran las siguientes:

  • Los medios deben buscar el modo de seguir siendo imprescindibles para su audiencia.
  • Importa más la calidad que la cantidad.
  • La publicidad no será suficiente para pagar por el periodismo de calidad.
  • Conocer muy bien a los usuarios.
  • Los medios deben acelerar la generación de ingresos digitales.
  • ¿Sabemos qué valor aporta nuestro medio a la audiencia?
  • Fijar objetivos claros y públicos.
  • Formar permanentemente a los profesionales.
  • Prioridad: lo móvil.

Reacciones locales

Como anotaba al comienzo, hubo un panel posterior, donde los ejecutivos locales comentaron la presentación. Luego de escuchar todo lo que ha hecho el NYT, queda claro que estamos lejos.

Nafria lo explicó de esta manera: no todos pueden ser el New York Times, pero al menos pueden aspirar a ser el New York Times del área geográfica en la que están ubicados. Es decir, es muy probable que no sea posible pensar en el nivel de inversión e innovación que tiene el diario investigado por Nafria. Pero, sí es interesante ver un medio que tiene claridad acerca de cómo viene el futuro.

Sin embargo, eso no fue lo que se vio en el seminario.

Varias de las conclusiones locales escuchadas en el panel, demuestran que seguimos anclados en una forma de negocio que se basa en la publicidad y que sigue pensando que el modelo seguirá dependiendo de esa variable.

Asimismo, quedó claro no hay capacidad de inversión para hacer algo diferente y, tampoco, de apostar acerca de qué se puede hacer para tener alternativas a futuro. De hecho, uno de los presentes señaló que en un directorio comparó su situación a la del Titanic, cuya orquesta seguía tocando la misma música pese a que se hundía el barco. En esa ocasión pidió recursos para tener muchos “botecitos” que permitieran salvar a los futuros náufragos, pero tampoco se los otorgaron.

Por último, que aunque el diagnóstico de crisis es compartido, al menos en público no hay luces de cómo salir de él, como no sea recortando presupuesto, achicando medios, pidiendo a los profesionales hacer más por menos paga y tratando de aguantar por más tiempo para ver qué pasa.

No hay mucho más, lo que deja una mirada preocupante acerca de cómo sigue esta industria.