Escribir un libro es una tarea solitaria y obsesiva. Uno se lo pasa pensando en el tema, buscando ejemplos, anotando ideas y planteando formas de enfrentar lo que se quiere contar. En eso he estado.
De acuerdo con un hilo publicado en 2022 por Jorge Carrión, escritor y podcaster español, la etapa de escribir es la más interesante y la que más alegrías depara. Las siguientes representan mucho trabajo y requieren cada vez más actividad y deparan menos alegrías.
Aunque parezca extraño, cada una de las cuatro fases del proceso de escribir y publicar un libro (concepción, escritura, edición y difusión) es más ardua que la anterior.
Múltiples versiones de uno
El tiempo es siempre un desafío, en particular porque en mi caso las veces que he estado en esta tarea, he tenido que “crear” tiempo de manera artificial para conseguir que aparezcan esos minutos en los que uno puede dedicarse sólo a esta tarea.
El gran problema que se enfrenta es que si la demora es muy larga y pasa demasiado tiempo en la redacción (me refiero a un par de años), ocurre que no todas las partes son coherentes.
Muchas veces lo que dices al comienzo se contradice con lo que vas aprendiendo y sostienes al final. Sí, ya me pasó eso. Allí tienes que decidir con cuál de tus versiones estás de acuerdo (al estilo Caszely).
Hagámoslo juntos
Así que mi propuesta, que se inicia en esta entrega, es ir avanzando con ustedes, los lectores de este boletín. Mi intención es ir comentando elementos en los que haya estado trabajando, que permitan dar algunas ideas acerca de lo que estoy trabajando. Y, cuando la ocasión aparezca, mostrarles partes listas para recibir feedback.
Mi plan inicial es trabajar para que la primera versión del texto aparezca dentro de 6 a 9 meses. Es decir, por marzo de 2025 ya tener algo concreto para que mi editora lea y arregle. Porque no escribo solo, siempre tengo a Andrea como mi socia escritora al lado, lo que me ayuda y motiva. Luego de eso, salir a la calle a buscar editorial, para ver cómo lo pasamos al papel. Porque quienes escriben hacen textos. Los libros se hacen en grupo.
Primeras ideas
Dicho lo anterior, les cuento que el índice comienza por definir qué es contenido, luego hablar de contenido interactivo y desde allí avanzar hacia las etapas de trabajo para terminar con los contenidos mínimos que todo proyecto digital debe comprender.
Aunque comencé con una planificación completa, en este último mes he trabajado en buscar fuentes, recopilar conceptos y trabajar en los aspectos que no pueden quedar fuera. De allí que artículos como el que publicó Álvaro Liuzzi sobre formatos de noticias, o las historias de Poynter sobre el reloj de arena como alternativa a la pirámide invertida sean de utilidad (porque hay otras versiones y figuras a mirar), aunque también estoy explorando este método con post-it para evitar que se me extravíen ideas que deberían estar presentes.
Lo que tengo claro es que es un libro acerca de cómo aprovechar las características de las plataformas digitales para contar historias, de allí que ese tema haya aparecido tantas veces en los últimos envíos. Y seguirá haciéndolo, por supuesto. Ustedes estarán en la primera fila para ver cómo avanza. Con esta publicación, alea iacta est.
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