Sigo en la tarea de estudiar cómo se cuentan las historias en los nuevos medios digitales que vamos utilizando por estos días.
Pero, debido a un par de ejemplos que me llegaron durante la época de la Navidad, creo que vale la pena hacer una detención para pensar un poco en las palabras que usamos para contar esas historias.
Comencemos por este gráfico que doy por verdadero, que muestra que sólo en Chile se le llama con el nombre de “Viejito Pascuero” a Papá Noel. Es decir, somos únicos en el mundo en esta denominación, que según reviso, viene de una mención comercial:
¿Por qué se le llama Viejito Pascuero en Chile? Según historiadores nacionales, el nombre tiene su origen en 1905, tras una campaña realizada por una juguetería llamada Bazar Alemán. La figura del personaje de barba blanca y traje rojo estaba en las vitrinas del local, uno de los primeros en hacerlo en aquella época. Debido a que en Chile la Navidad también es conocida como Pascua, el personaje recibió el apodo de «Pascuero», lo que sumado con su avanzada edad, le significó el apodo de «Viejito Pascuero».
Sigamos por los chilenismos. Como desde hace algunos días he vuelto a escuchar 31 minutos, me hizo sentido que hace algún tiempo ese gran medio que es Pictoline publicara un verdadero homenaje a los 20 años del programa infantil, con esta imagen que desmenuza las palabras que se usan en las canciones (como taco, curao o pololo) y que, por un tiempo, sólo los chilenos podían entender.
En todo caso, el completo sitio web de 31 minutos ya se había hecho cargo del tema, con su propio diccionario de chilenismos, disponible desde 2021. Aunque allí se explica que, por supuesto, “no son necesariamente son todas las acepciones que existen de cada expresión, así que tenga cuidado”. O sea, use con precaución.
Usabilidad internacional
¿Por qué me interesa el tema? Pues porque desde hace mucho tiempo (por ejemplo,este artículo publicado por Nielsen en 1996) hay una preocupación general por hacer que los contenidos que se publican puedan ser entendidos por personas de otras áreas del mundo. Es decir, quienes no comparten el contexto de obviedad que representa compartir el lugar de origen del autor.
Por ejemplo, para acercarlo a un medio que utilizo habitualmente como ejemplo, como es el diario The New York Times, en esta época suele ofrecer una gran cantidad de datos de todo tipo para personas que deben enfrentar el frío del invierno del hemisferio norte. Pero, si parte de la audiencia ya no está en el país de origen del medio, ¿sigue siendo válido usar esa referencia de temparatura para todo?
El idioma del autor
Otro caso para darle más fuerza a este concepto es que en muchos casos hay libros, sitios web o incluso newsletters, escritos en el idioma local del autor, lo que obliga a buscar explicaciones más allá de lo que uno está leyendo. Sí, aumenta el léxico de quien se esfuerza, pero pone a prueba la paciencia de quien busca la información.
Esta semana, por citar tres ejemplos latinoamericanos, encontré en un libro esta frase:
…aunque el libro sea malo desde el principio hasta el final, solo dará la tabarra un ratito…
Me perdí en tabarra. Tuve que salirme del papel y pasar a un diccionario online para entender y seguir.
Luego en un newsletter literario al que estoy suscrito, venía esto:
Sí, era una buena novela, pero comparada con [otro título de novela] era chancay de a medio.
Tal cual, no conocía esa unidad de medida.
Por último, en otro envío de un newsletter leí este dato:
La prepaga te arranca una libra de carne todos los meses, siempre que tengas una prepaga.
Sí, se trata de un término relacionado con la salud.
En fin, ejemplos abundan. Se entienden y si no, se buscan. Pero me da la sensación de que cuando se trabaja en un medio digital, ofrecer la explicación en un enlace o mediante algún artilugio tipo tooltip, sería parte de lo que hay que diseñar teniendo en mente a la persona que usa el contenido que publicamos.
Quien lo lea estará agradecida y entenderá que nuestra preocupación es sumar a su experiencia. Con eso, el esfuerzo queda recompensado.
PD: Termina el año, por lo que aprovecho de desearles lo mejor para todo lo que sigue. Un abrazo.