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Aplanar la curva: una tarea mundial

Escribo desde mi casa, gracias a que mi oficina está en modo remoto desde el martes pasado. Además de hacer lo que corresponde a mi trabajo, este tiempo me ha permitido avanzar en varios temas en los que he estado involucrado, en particular en temas de visualización de datos.

Por eso, me ha parecido fantástico que sea un gráfico nacido desde esta disciplina, lo que está dirigiendo el esfuerzo mundial en relación con cómo enfrentar la pandemia del Covid-19.

El gráfico que destaca la importancia de “aplanar la curva”, nace de un paper científico del año 2017 que se refiere a la importancia de las intervenciones no farmacéuticas en una epidemia. En simple, muestra que en una epidemia se debe retardar el número de infectados para evitar que colapsen la capacidad del sistema de salud del país en el que se produzca la enfermedad. No se trata de evitar que se contagien, sino que las medidas que se tomen ayuden a que lo hagan en números que puedan ser atendidos y que no queden personas sin atención.

Gráfico que muestra la primera versión del concepto
Gráfico original, incluido en el paper del año 2017 del CDC

Una nueva versión de este gráfico fue presentado a través del artículo “Covid-19 is now in 50 countries, and things will get worse” de The Economist el pasado 29 de febrero, en el que, entre otros temas, se destacó lo que el paper presentaba y la necesidad de tomar medidas para evitar que el contagio avanzara sin medidas para ser detenido en forma efectiva.

Esto ocurría mucho antes de que la Organización Mundial de la Salud declarara esta enfermedad como una pandemia, lo que ocurrió el día 11 de marzo.

Gráfico de The Economist que destacó la curva.
Gráfico presentado por The Economist en su edición del 29 de febrero.

Sin embargo, como suele ocurrir, el mismo día en que la edición de la revista mundial se daba a conocer, Drew Harris, profesor de Salud Pública en Philadelphia le hizo una modificación que es la que permitió que el gráfico cumpliera con mayor eficiencia su intención comunicativa.

A través de una publicación en Twitter, el gráfico apareció con una línea que muestra el límite de la capacidad del sistema de salud. Los que quedan fuera, explicaba, ya no pueden ser atendidos en el hospital: “Es la diferencia entre encontrar una cama y ventilados en la Unidad de Cuidados Intensivos o ser tratado en una carpa instalada en el estacionamiento”.

Gráfico con la línea que muestra la capacidad de atención del sistema de salud local.
Este es el gráfico que publicó en Twitter el profesor Drew Harris, con la línea demarcatoria.

Gracias a este esfuerzo colectivo (investigadores, divulgadores, analistas) este gráfico ha permitido que en todo el mundo se entienda cuál es la tarea que hay que realizar en estos días, en particular en los países de América Latina, en los que estamos viendo con espanto lo que pasa en Europa por no detener a tiempo la enfermedad. Varios diarios le han dedicado su atención, como en NYT y El País.

No hay mucho más que hacer que quedarse aislado y evitar los contactos: distancia social (en un próximo post hablaremos de eso) y tener el cuidado de ser portador del contagio. Lo grave es que, por las características del virus, nadie puede estar seguro de no ser la causa de más problemas. De hecho, nadie puede sentirse seguro, así que lo que corresponde es seguir las instrucciones que los especialistas de salud están entregando.

Sólo les deseo salud y que pasemos bien por esta experiencia.

Notas al pie y la importancia del contexto

Quería dejar anotados aquí dos ejemplos interesantes de divulgación de información, que ayudan a dar contexto al lector / usuario de un contenido y le permiten aumentar su confianza en la información que está recibiendo. Ambos ejemplos vienen del NYT, dado que es el diario que más frecuentemente leo (me suscribí hace algún tiempo).

Notas al margen

El primer ejemplo, es el uso de notas al margen del texto que sirven como apoyo para quien va escribiendo y para quien va leyendo, ya que contribuyen a dar más información acerca de lo que se está tratando, sin quitarle el ritmo al texto que se presenta. No había visto este tipo de intervenciones, hasta esto que encontré en la revista NYT Mag:

Imagen de una pantalla con texto y anotaciones en un color diferente a un costado.
Notas al margen durante una entrevista, apoyan y entregan contexto.

Revelar una relación

El segundo ejemplo tiene que ver con entregar información que no está relacionada con el texto en forma directa, pero muestra que sí hay algo que el usuario / lector debe saber para entender por qué se dice una cosa de una forma y no de otra. O por qué alguien es entrevistado.

Muestra un texto entre paréntesis donde se explica que el entrevistado está casado con una editora del diario.
Entre paréntesis se explica que un entrevistado está relacionado con el medio de una manera directa.

Con soluciones de ambos tipos, gana la experiencia del usuario y aumenta la credibilidad del medio. Ambos son puntos a favor en la relación entre el diario y sus lectores.

Una historia digital antigua

Algo que hago habitualmente en clases de Periodismo Digital es preguntarle a las/los alumnos qué estaban haciendo en 1995. Eso lo hago cuando me estoy presentando y sirve para contarles algo de mi experiencia y para que se den cuenta cómo ha evolucionado la tecnología y para que se imagen cómo lo hará en el futuro.

La respuesta habitual que obtengo es “no había nacido en esa fecha, profe“. Son personas nacidas en el 98, 99 y más adelante.

En estos días, La Tercera me ayudó a recordar una de las historias digitales que recuerdo con más ganas por el vértigo, el compromiso y la novedad que generó. Fue en junio de 1997, cuando nos saltamos una prohibición judicial de informar en Chile creando un sitio web en Estados Unidos. Fue la primera vez que se hacía y tuve la oportunidad de aprovechar todas las capacidades del periodismo digital de la época para hacerlo.

Foto de un aviso de La Tercera anunciando un servicio de noticias en Estados Unidos.
Con este aviso en el diario de papel, La Tercera publicitó la edición en Internet en Estados Unidos.

Los invito a leer el reportaje de Sebastián Rivas, publicado con motivo de los 70 años del diario: La prohibición de informar que dio origen a latercera.com

Cómo escribir para la web en tiempos en que no te leen

Hay que ser francos: estamos en un tiempo en que la lectura es breve. Hay que pelear por la atención del usuario. Por lo que capturar su tiempo es clave.

Sin embargo, he leído dos largos textos de The New York Times y gastado más de media hora en participar de lo que me ofrecen.

¿Seré yo? O, ¿será que lograron interesarme?

Interactivo y personal

En el artículo sobre los efectos del cambio climático, el artículo pide al lector entregar un par de datos personales antes de comenzar. Se titula algo así como ¿Cuánto más cálida es tu ciudad natal desde el tiempo en que naciste? y te pide ingresar la ciudad y el año de nacimiento. Tras hacer scroll, muestra cuántos días con más de 32 grados había entonces en tu ciudad; luego, avanza para mostrar cuántos hay ahora y, con un avance más, cuántos habrá más adelante (en mi caso, cuando cumpla 80 años).

Todo eso, ilustrado bellamente:

El gráfico muestra la situación de Santiago, con el año de mi nacimiento.
El gráfico muestra la situación de Santiago, con el año de mi nacimiento.

Más abajo, en la misma crónica, usa el dato de mi ciudad para entregar información personalizada a la localidad y sigue abundando en detalles referidos a la selección realizada. Es una crónica hecha a mi medida, combinada con datos generales.

Guiños al detalle

La otra crónica interesante y que leí más allá de lo que esperaba, fue una en la que varios autores explicaban por qué les gustaba un detalle de una obra en particular: una banda de sonido, escultura o un video, por citar algunos. ¿Por qué amo …? (los puntos suspensivos se rellenan con una imagen).

En la zona superior, se puede elegir la crónica que se quiera leer, entre los diferentes tipos de obras destacadas.
En la zona superior, se puede elegir la crónica que se quiera leer, entre los diferentes tipos de obras destacadas.

La gracia de este texto, está en lo que comienza en el título. Hay una relación muy directa entre la cantidad de texto y las imágenes, que se ofrecen como fotos, gif animados, pequeños videos con o sin audio y otros elementos gráficos que hacen guiños al espectador e impiden que se aburra o escape. No hay monotonía en el relato, sino que por el contrario, hay una permanente sorpresa, haciendo que uno vaya buscando la forma en que quien escribe va dirigiendo el relato hacia partes de la obra, hacia detalles cuya visión es apoyada por una imagen.

En la interacción está la clave

Qué simple forma de contar una historia, pero a la vez, qué compleja la producción que eso significa.

Probablemente, en la primera como en la segunda historia, lo que conquista al lector es que lo transforma en el operador de la historia. La persona que lee tiene que activar el relato y no sólo leer. Se consigue algo parecido a esos antiguos libros de cuentos, en que al abrir las páginas, se creaban dioramas que daban una sensación de introducción en la historia, que se desenvolvía frente a nuestros ojos, generando sorpresa e interés en el relato.

Por lo mismo, la clave está en la interacción que propone y en la forma simple de llevarla a cabo. No se trata de elementos complejos de activar para el usuario, lo que ayuda a que no haya barreras de uso y que conquisten el espacio y permitan que se mantenga la atención mucho más allá de lo que se espera.

Y que incluso terminen recomendando a otros pasar por la experiencia y relatando lo bien que lo pasaron al hacerlo (como yo ahora con ustedes). ¿A qué más podría aspirar un buen contador de historias?

¿Cómo se mueven los usuarios en el sitio web?

En las dos semanas anteriores he estado escribiendo acerca de los temas en los que me ha tocado trabajar en las últimas semanas, vale decir, cómo conseguir que los usuarios puedan sacar mas provecho del contenido que se ofrece, a través de la entrega de contenidos que sean lo más cercano a lo que está viendo. Esto se logra primero mediante la generación de un espacio fácil de usar y luego, con la oferta de actividades a partir de lo que se está mirando.

Lo que sigue, por lo tanto, es comenzar a generar el contenido, plantearse estrategias en relación con lo que se espera que hagan los usuarios, medir los resultados y esperar que todo resulte como uno se lo plantea. En el siguiente gráfico, tomado de Google Analytics, se puede ver cómo fluyen los visitantes dentro de un sitio (en este caso en el sitio de mi primer libro) para entender si el comportamiento es el esperado.

El flujo de las visitas muestra cómo van pasando entre páginas y ayuda a comprobar si ocurre lo que uno espera.
El flujo de las visitas muestra cómo van pasando entre páginas y ayuda a comprobar si ocurre lo que uno espera.

En el caso de este diagrama, lo que es espera es que un usuario que llegue a la portada, acceda a la sección “Libro” y dentro de ella le haga click al enlace de descarga del libro (gratuito, por cierto). Los números a la vista indican que la conversión está un poco más arriba del 10% de las visitas (1.3K terminan en 176 descargas). Para tener una comparación, la tasa de conversión en comercio electronico en Chile, alcanza al orden del 2%.

Hace muchos años que no voy de pesca, pero creo que es lo más parecido a ese deporte/pasatiempo. Ir a un lugar, ofrecer una recompensa, ver si hay interesados y capturarlos. Si ocurre como uno espera, se devuelve el ejemplar al río y se vuelve a intentar. Lo interesante es cuando eso no ocurre, ya que allí hay que ponerse a trabajar y mejorar en todo, desde la técnica hasta la hora en que se intenta.

Sólo queda seguir el ciclo del software, es decir, crear-probar-mejorar hasta llegar al mejor resultado posible. Aunque suene complejo, con el contenido se debe hacer lo mismo.

Los enlaces relacionados como guía para extender la experiencia de usuario

Terminé el post anterior anotando que para que la experiencia de informarse sea completa, hay que avanzar más allá de que una historia nos dé a conocer ¿qué pasó? y ¿quiénes participaron?

Por lo mismo, aparece como un elemento importante para la experiencia de informarse, la capacidad que ofrezca la interfaz en la que se muestre el contenido a fin de integrar en el mismo espacio algunos elementos que permitan responder a más preguntas y ofrecer un apoyo que ayude a entender la relevancia de lo que se lee.

Entonces, el desafío es cómo hacer todo esto en el espacio limitado de la información, las imágenes, la publicidad y otros elementos que hacen de la distracción, una de las partes fuertes de la experiencia. ¿Es posible guiar al usuario en el camino de la información?

La respuesta que entrega la Arquitectura de Información (desde Richard S. Wurman en adelante) es que sí, efectivamente se puede hacer. Hay que crear mapas de la información para que quienes vengan después, puedan guiarse y avanzar por los nuevos espacios que se va abriendo con la oferta de los nuevos contenidos. Asimismo, siguiendo los conceptos de la experiencia de usuario, se debe avanzar en la capacidad de entender las necesidades de los usuarios y crear acciones que ayuden en esa tarea.

Entonces, basado en lo que se plantea desde la teoría, la tarea que sigue es cómo encontrar la forma de ofrecer a los visitantes de los contenidos, los elementos necesarios para que continúen navegando una vez que hayan revisado lo que se les ofrece en la página que miran. Si pensamos en el recorrido que nace de una noticia actualmente, la oferta habitual es “más de lo mismo”. Es decir, mostrarles más elementos de la misma sección asumiendo que la persona que ve un dato está interesada en la “familia” del dato, más que en el contenido del mismo.

La semana pasada anotaba que las preguntas que nacen tras ver alguna información tienen que ver con temas tales como ¿por qué pasó esto?, ¿qué puede pasar ahora?, ¿tengo algo que hacer o decir al respecto? y ¿quiero saber qué dijo alguien al respecto? Es decir, profundizar y ganar en contexto.

Yendo al ejemplo más básico, si la noticia es el resultado de un partido de fútbol, lo que me interesa saber luego de entender los pormenores, es ver la Tabla de Posiciones, saber con quién juega el equipo en la semana que sigue, cómo están los lesionados o suspendidos. En algún momento llamé a esto el “click trigger“, definido como la habilidad que tiene un sitio web para ofrecerle enlaces en cada página al visitante, a partir de los cuales pueda participar de manera más concreta en los contenidos del sitio web.

Probablemente quien lo está haciendo mejor en este aspecto hoy, es la Wikipedia. ¿Ya vieron su forma de mostrar nuevos contenidos al expendir los enlaces en a navegación de escritorio? Creo que hay que seguir explorando ese camino.

La imagen de Wikipedia muestra la manera en que se expande el contenido de un enlace, dando razones al usuario para visitar la página y el contenido que ofrece.
La imagen de Wikipedia muestra la manera en que se expande el contenido de un enlace, dando razones al usuario para visitar la página y el contenido que ofrece.

Los cambios que esperamos en las pantallas que muestran noticias

The New York Times está llevando adelante un rediseño que forma parte de su trabajo por ofrecer una mejor forma de contar lo que está pasando en todo el mundo.

Antes hemos hablado de este tema y lo que vemos ahora forma parte de lo que hace para potenciar las características que le han permitido aumentar el número de sus suscriptores a un nivel tal, que esos ingresos ya han superado a los que recibe por publicidad, que es su fuente original de ingresos.

El diario ha ido comunicando estos cambios a sus suscriptores, quienes además, ya pueden verlos al ingresar al diario mediante un enlace especial. Los sustenta en tres características:

  • Experiencia similar, que se explica en que sin importar el dispositivo que se use, la interfaz funciona de la misma manera aunque se muestre de forma diferente. Para ello usan el concepto de “seamless experience” que de acuerdo a lo que plantea NNGroup, es lo que se debe conseguir cuando se trabaja en múltiples canales (lo que se conoce como omnicanalidad).
  • Facilidad de uso, que se refiere a que los editores tendrán más capacidades de agrupar temas similares, para ayudar a entregar contexto en tópicos que sean relevantes para cada persona.
  • Ayuda para tus intereses: recomendaciones, cada vez mejores de acuerdo a los intereses de quien visita el diario.

La diferencia en la diagramación del medio se pueden ver en las imágenes que se muestran en este post, los que se caracterizan, visualmente hablando, por contar con mayor espacio para las noticias (ocupando toda la pantalla disponible); más zonas vacías que generan descanso y resaltan la relevancia de ciertos contenidos y por último, mayor despliegue de elementos de apoyo al contenido que se revisa.

Esta es la portada del diario antes del cambio.
Esta es la portada del diario antes del cambio.
Así queda la portada luego del cambio.
Así queda la portada luego del cambio.

Lo que falta

Aunque lo que se está mostrando es un avance muy interesante y esperado, queda la sensación de que es la primera parte de los cambio que se deben hacer a la experiencia de informarse.

Sigo creyendo que para que ésta sea completa, más allá de que nos cuenten una historia que se refiera a ¿qué pasó? y ¿quiénes participaron?, hay espacios para hacer más y responder a más preguntas. Por citar algunas, ¿por qué pasó esto?, ¿qué puede pasar ahora?, ¿tengo algo que hacer o decir al respecto? y ¿quiero saber qué dijo alguien al respecto?

Creo que las respuestas a estas preguntas comenzarán a ser secciones de las interfaces de noticias en los próximos tiempos.

Cómo te cambia lo que aprendes

Este post tiene que ver con algo que leí hace un rato, pero que vuelvo a revisar cada cierto tiempo. Se trata de las reflexiones que hizo la periodista española María Ramírez, a la que sigo en Twitter y que ha hecho cosas muy entretenidas (como Politibot), una vez que terminó un año de estudios en Harvard en junio pasado.

Llegó con una beca de la Fundación Nieman y tras permanecer un año, siguió con su carrera y actividades. Pero al partir, tras estudiar herramientas que ayudan a recobrar la confianza en los medios, dejó también en Medium un listado de cosas que aprendió.

Son 43 cosas. Algunas interesantes, como que China tiene una sola zona horaria (pese a su tamaño) y que no hay que tratar de imitar a The New York Times. Pero lo que me cautivó, es ver puesto como consejo lo relevante que es la interacción con otras personas, otros conocimientos y la posibilidad de simplemente seguir aprendiendo a partir de escuchar a los demás.

Aprender siempre

Sin querer, la lista me llevó a recordar mi propia experiencia queriendo ser un becado para un postgrado fuera de Chile. Lo intenté en Navarra en el 84 pero no quedé. Luego, tuve que trabajar, pagar la Universidad, me casé y llegaron mis lindos hijos y, todo eso quedó fuera del alcance. Han pasado un par de años, ¿no? Ya el año que viene mis hijos salen de la U y volveré a estudiar (eso espero).

Porque como dice el último consejo de María al terminar su año en Harvard, si quieres tener éxito en tu carrera, sigue aprendiendo. Tomando las palabras de un profesor, anota: “Pregúntate, cada cierto tiempo, qué estoy aprendiendo, de quién estoy aprendiendo y cuánto estoy aprendiendo. Si la respuesta es ‘no mucho’, entonces muévete de alli“.

En breve partiré como profesor con un nuevo curso en la U, cambiando lo que he estado haciendo en los últimos seis años. De nuevo sigo aprendiendo, para seguir enseñando y buscando nuevas preguntas. Eso es lo que hace entretenida la vida.

NYT: jugando en Rusia 2018

En casi todos los medios ha habido una cobertura interesante del Mundial de Fútbol que se desarrolla en Rusia durante este mes. Por eso, me interesó mirar lo que se estaba haciendo en un medio ubicado en un país donde el fútbol no es el deporte principal y que, incluso, tiene un nombre alternativo (soccer, le llaman), debido a que el nombre del juego con balón y pie, lo usa otra actividad deportiva (FIFA vs NFL).

Elegí The New York Times, porque es el medio que más leo actualmente y encontré algo muy entretenido para hacer. A propósito, como Chile no llegó a Rusia y lo nuestro ha sido seguir todo por televisión sin demasiado apego (además de ir siempre por los latinoamericanos en juego), ha habido tiempo para mirar algo más que resultados.

Así llegue a “Spot the ball“, que podría traducir libremente como “Adivina dónde está la pelota“, que permite ver muy buenas fotos y dedicarse a ver justo eso: dónde está el balón que los jugadores luchan por tocar.

Spot the ball, un juego de adivinanzas gráficas propuesto por The New York Times durante la Copa Mundial Rusia 2018.
Spot the ball, un juego de adivinanzas gráficas propuesto por The New York Times durante la Copa Mundial Rusia 2018.

En el juego, se usa el indicador circular para señalar dónde debería estar el balón. Luego de ubicarlo y decidir que esa es la mejor ubicación, la interfaz muestra qué tan cerca estuvimos y cómo lo hicimos respecto de los demás.

La zona verde indica dónde se eligió ubicar el balón y luego en la foto aparece la pelota. Luego hay una nueva oferta para seguir jugando.
La zona verde indica dónde se eligió ubicar el balón y luego en la foto aparece la pelota. Luego hay una nueva oferta para seguir jugando.

En resumen, fácil de usar, reglas simples para jugar y usuarios felices, recomendando el juego a más lectores. Una solución sencilla que atrae miradas, clicks y genera una experiencia interesante. Todo lo que se debe pedir de los buenos contenidos digitales.

Los números están, lo que faltan son acciones

Han sido interesantes los últimos meses en el ámbito del desarrollo de productos digitales, debido a que cada vez con más frecuencia, nos vamos encontrando con información de calidad que ayuda a la toma de decisiones.

Se podría decir que la transición hacia el mundo digital está terminando y que lo que sigue, de ahora en más, es todo digital con repercusiones en el mundo real. Eso implica que los clientes siempre esperarán soluciones digitales primero y que luego, si no queda otra, optarán por las físicas.

Vayamos a las señales que demuestran este nuevo ámbito. Primero, partiendo por el Gobierno en Chile, que anunció esta semana su “Transformación Digital” vía un proyecto de ley “para reducir la carga de trámites administrativos e impulsar el uso de documentos digitales”, que impicará diversos cambios. Lo explican así:

La primera medida que tomaremos para modernizar el Estado será realizar una completa transformación digital de los certificados que deben presentar los ciudadanos al momento de realizar un trámite. Queremos terminar con la peregrinación del ciudadano de una institución pública a otra para obtener un beneficio. Queremos menos papeleo y más tiempo libre para los chilenos.

Como he tenido experiencias en el Estado y sus regulaciones, sé que por aquí parte todo. Si hay un buen uso de las herramientas, lo demás (en el ámbito privado) seguirá por buen camino. Queda tiempo, así que esperemos cosas buenas.

Hay números para mirar

Pero más allá de este anuncio que sólo puede quedar como señal por ahora, hay buenos datos que se han ido conociendo mediante diferentes estudios, que ayudan a entender cómo está cambiando todo.

Cadem, una empresa es estudios de opinión, está desarrollando la encuesta El Chile que Viene, mediante la cual está auscultando lo que ocurre con los chilenos y su mirada hacia lo digital. Ya hay dos estudios (abril y mayo 2018) que ayudan a entender varias cosas. Por ejemplo, nos hemos hechos adictos a nuestros celulares y gran parte de lo que hacemos, pasa por allí.

El gráfico de la encuesta de Cadem: somos adictos a los celulares.
El gráfico de la encuesta de Cadem: somos adictos a los celulares.

Por otro lado, Reuters Institute, con el apoyo local de la Facultad de Comunicaciónes de la PUC, presentó su reciente reporte sobre la situación de los medios. Las noticias no son alentadoras: se mantiene la confianza en los medios, pero las personas se están volcando a las alternativas para informarse y entretenerse. En una frase breve: Netflix va ganando y nadie quiere pagar por noticias.

Lo triste de todo esto, es que se produce en un entorno donde la gente está comprando y gastando en los canales online, de acuerdo a las cifras de la Cámara Nacional de Comercio entregadas a comienzo de año.

Dado que la audiencia ya está preparada, el tema de fondo parece ser el producto, ¿no? Por lo tanto, lo que falta es decisión y volverse digital para retomar la posición que alguna vez se tuvo en el mundo físico. Algunos, como el canal Mega, ya lo están considerando en serio.