Archivo de la categoría: Desarrollo web

Artículos que se refieren a diferentes aspectos del desarrollo de sitios web.

Los números están, lo que faltan son acciones

Han sido interesantes los últimos meses en el ámbito del desarrollo de productos digitales, debido a que cada vez con más frecuencia, nos vamos encontrando con información de calidad que ayuda a la toma de decisiones.

Se podría decir que la transición hacia el mundo digital está terminando y que lo que sigue, de ahora en más, es todo digital con repercusiones en el mundo real. Eso implica que los clientes siempre esperarán soluciones digitales primero y que luego, si no queda otra, optarán por las físicas.

Vayamos a las señales que demuestran este nuevo ámbito. Primero, partiendo por el Gobierno en Chile, que anunció esta semana su “Transformación Digital” vía un proyecto de ley “para reducir la carga de trámites administrativos e impulsar el uso de documentos digitales”, que impicará diversos cambios. Lo explican así:

La primera medida que tomaremos para modernizar el Estado será realizar una completa transformación digital de los certificados que deben presentar los ciudadanos al momento de realizar un trámite. Queremos terminar con la peregrinación del ciudadano de una institución pública a otra para obtener un beneficio. Queremos menos papeleo y más tiempo libre para los chilenos.

Como he tenido experiencias en el Estado y sus regulaciones, sé que por aquí parte todo. Si hay un buen uso de las herramientas, lo demás (en el ámbito privado) seguirá por buen camino. Queda tiempo, así que esperemos cosas buenas.

Hay números para mirar

Pero más allá de este anuncio que sólo puede quedar como señal por ahora, hay buenos datos que se han ido conociendo mediante diferentes estudios, que ayudan a entender cómo está cambiando todo.

Cadem, una empresa es estudios de opinión, está desarrollando la encuesta El Chile que Viene, mediante la cual está auscultando lo que ocurre con los chilenos y su mirada hacia lo digital. Ya hay dos estudios (abril y mayo 2018) que ayudan a entender varias cosas. Por ejemplo, nos hemos hechos adictos a nuestros celulares y gran parte de lo que hacemos, pasa por allí.

El gráfico de la encuesta de Cadem: somos adictos a los celulares.
El gráfico de la encuesta de Cadem: somos adictos a los celulares.

Por otro lado, Reuters Institute, con el apoyo local de la Facultad de Comunicaciónes de la PUC, presentó su reciente reporte sobre la situación de los medios. Las noticias no son alentadoras: se mantiene la confianza en los medios, pero las personas se están volcando a las alternativas para informarse y entretenerse. En una frase breve: Netflix va ganando y nadie quiere pagar por noticias.

Lo triste de todo esto, es que se produce en un entorno donde la gente está comprando y gastando en los canales online, de acuerdo a las cifras de la Cámara Nacional de Comercio entregadas a comienzo de año.

Dado que la audiencia ya está preparada, el tema de fondo parece ser el producto, ¿no? Por lo tanto, lo que falta es decisión y volverse digital para retomar la posición que alguna vez se tuvo en el mundo físico. Algunos, como el canal Mega, ya lo están considerando en serio.

La triste misión de contar muertos

Tres proyectos latinoamericanos fueron premiados en el marco del concurso “Data Journalism Awards” que  organiza anualmente la Global Editors Network, que se describe como una “asociación internacional de más de 6 mil editores principales y ejecutivos de medios, cuya misión es impulsar la innovación en las salas de redacción del mundo”.

Los tres proyectos tienen que ver con buen uso de los datos, visualización y generación de nuevas narrativas periodísticas. Los tres, además, tienen su foco puesto en contar personas muertas.

Los ganadores hacen uso de diferentes herramientas para su narración, que van desde infografías estáticas hasta bases de datos, que ayudan a explorar conjuntos de datos y conseguir miradas nuevas de la información que, de otra manera, no sería posible obtener.

Los premiados

En la categoría de Mejor uso de datos en Noticias en Desarrollo (Breaking News), el equipo de La Nacion Data utilizó mapas y ubicaciones geográficas para ir ilustrando los lugares en los que se estaba buscando el submarino ARA San Juan, en noviembre del año pasado.

Usando datos oficiales más una aplicación que permite obtener la ubicación de barcos en el mar, fueron desplegando las posiciones en las que se iba desarrollando la tarea.

El jurado destacó la capacidad de usar datos para entregar información actualizada en vivo: “el uso de datos de tráfico marino en  el contexto de una noticia que se actualizaba permanentemente, fue una gran idea que señala un nuevo tipo de periodismo basado en imágenes de satélite, sensores y otros nuevos tipos de observación directa”.

El mapa presentado por La Nación durante a búsqueda del submarino.
El mapa presentado por La Nación durante a búsqueda del submarino.

En el premio al Mejor equipo pequeño de periodismo de datos, el ganador fue el Monitor de Víctimas desarrollado en Venezuela por un equipo de medios, dedicado a dar cuenta de los efectos que está teniendo la violencia en el país.

A través de infografías y reporteo caso a caso, se va dando cuenta de la realidad nacional y poniendo al día la historia, los nombres y las situaciones que hay tras cada uno de los muertos de la capital, Caracas. Los creadores explicaron que para conseguir los datos de cada caso, tuvieron que ir más allá de las fuentes oficiales, mediante la conversación directa con los familiares. El desafío es mayor si se considera que el proyecto logró obtener las historias de 1.135 personas, entre mayo y diciembre del año pasado.

De allí que el jurado destacara que “el proyecto de mantener la memoria de los desaparecidos en Caracas, una de las ciudades más peligrosas del mundo, mostró el impresionante uso de los datos abiertos y del reporteo en terreno”.

Visión parcial de una infografía publicada por el medio acerca de la violencia en Caracas.
Visión parcial de una infografía publicada por el medio acerca de la violencia en Caracas.

Finalmente, un proyecto similar pero en la categoría Favorito del Público, fue el “Monitor da Violencia” desarrollado por G1 de Brasil. En este caso, el trabajo consistió en que durante una semana, entre el 21 al 27 de agosto del año pasado, un grupo de 230 periodistas en todo el país, escribieron las historias de 1.195 personas muertas en 553 ciudades brasileñas, casi el 10% del total de los municipios.

Entre los elementos destacados del proyecto, se incluyó un buscador / visualizador, que permite hacer una revisión usando filtros, con facetas demográficas,geográficas y de tipos de crímenes, que ayuda a que el propio usuario pueda usar los datos para acceder a la información de su interés.

El buscador de crímenes provisto por el proyecto desarrollado por G1.
El buscador de crímenes provisto por el proyecto desarrollado por G1.

La revisión de los tres proyectos latinoamericanos, más una mirada por los demás competidores e incluso por aquellos que no obtuvieron premio, permite tener una visión de lo que se puede hacer en periodismo en estos días. Mirado desde Chile, es claro que tenemos mucho trabajo por hacer para estar cerca de ellos.

Tiempo de premios en periodismo digital

Por esas cosas de la vida y la carrera, tuve el honor de ser jurado de la versión digital, en la 15a versión del Premio de Periodismo de Excelencia que organiza cada año y desde 2003, la Universidad Alberto Hurtado a través de su Departamento de Periodismo. Anoche se entregaron los galardones, en una jornada en la que el homenaje a quienes trabajaron en las revistas Paula y Qué Pasa, llenaron todos los mensajes.

Los premiados digitales probablemente causaron sorpresa. Lo supimos cuando votamos por ellos, ya que se trató de tres formatos novedosos, provenientes de autores poco conocidos, ninguno de ellos medio de comunicación formal. Se trató de una visita a la Carpa de Violeta Parra usando realidad virtual; el trabajo en las elecciones de una robot conversacional y un reportaje multimedia para un tema alejado de la pauta, como es la sequía en la Región de la Araucanía.

Los tres premiados cumplían con creces lo que se buscó destacar en la ocasión, que fue innovación y uso efectivo de herramientas digitales para contar historias. La categoría Cobertura en Redes Sociales, que también fue revisada, se declaró desierta por falta de exponentes que estuvieran a la altura del uso de esas herramientas de comunicación.

La portada del trabajo de Adolfo Navarro sobre la sequía en la Araucanía.
La portada del trabajo de Adolfo Navarro sobre la sequía en la Araucanía.

Lo que me llamó la atención en el proceso de revisar los trabajos postulantes, fue que en los trabajos destacados probablemente representan lo que se está haciendo en la frontera de lo que se puede llegar a hacer a través de medios digitales. Sin embargo, en los demás, creo que quedamos fuera del promedio. Especialmente, en redes sociales, donde no hubo un trabajo que marcara diferencias y que destacara por sí mismo; en la mayor parte de los casos, se trataba de apoyo para otra plataforma, sin una estrategia propia ni números que explicaran engagement o resultados de su uso.

Como he sido profesor de contenidos digitales por varios años, me siento particularmente responsable de lo que llegó como contenido digno de premio. Casi nada de innovación y mucho de “pegar” una imagen en una página para que se pueda ver en la pantalla, sin interacción ni  desarrollo de experiencia de usuario.

Pienso además, que si miramos lo que se está haciendo en otros países y que postula a ser destacado en premios internacionales (por ejemplo, Premios Gabo y Premios OJA, por citar dos), estamos lejos. Cabe señalar que tampoco hay chilenos por esos lados.

¿Qué falta? Pues, trabajar más en digital. Pensar en pantallas y en interacción y menos en formatos estáticos. Y sobre todo, poner el énfasis en usar los medios digitales para contar historias que sean interesantes para el público. Allí es donde este formato puede hacer la diferencia.

Periodismo: ahora hablemos de tecnología

La semana pasada terminé un post acerca de modelos de negocios, explicando que “los medios están perdiendo relevancia y los usuarios la paciencia. Es necesario invertir en tecnología que ayude en la tarea”.

Por lo mismo, me parece importante entender cuáles son las tecnologías que se deberían incluir y que sean las que se podrían conseguir como las mínimas para comenzar. Para eso, creo que las relevantes son las siguientes:

  • Personalización: requiere tener el software necesario para ir capturando la información que la audiencia desee entregar, a fin de perfilar sus intereses y ofrecer contenidos de acuerdo a dichas necesidades. Implica que, necesariamente, los usuarios deben entregar sus datos y que exista una razón poderosa para que regresen habitualmente. Es el modelo que usan las redes sociales, en las que cada vez que se genera una acción, se guarda el dato que ayuda enriquecer el perfil del visitante.
  • Taxonomías: consiste en utilizar metadatos para “marcar” todo el contenido de una manera que haga sentido a su posterior reutilización. Esto es especialmente válido para los elementos de multimedia (audio y video), ya que permitirá reagrupar los elementos usando etiquetas que sean significativas para la audiencia. Sin metadatos, no hay forma de hacer esa tarea.
  • Segmentación: requiere de la creación de contenidos específicos para grupos de la audiencia, con el fin de hacer ofertas que sean adecuadas a lo que están buscando. En este sentido, los contenidos son el motivo de la visita pero, simultáneamente, son creados gracias a lo que sabemos y aprendemos de la audiencia. Lo relevante en este caso no es tanto la publicación de nuevos elementos de contenidos, sino que realizar la creación de los que son adecuados para las audiencias que atendemos.
  • Formatos: se debe tener la precaución de tener un sistema de administración de contenidos que facilite la distribución de los contenidos en múltiples formatos. Ya no sólo hablamos de contenidos para computadores de escritorios y/o móviles, sino que su reagrupación para diferentes redes o su empaquetado para otras plataformas, como las de audio que se vienen hacia adelante. Mientras más “granular” sea el contenido (cada elemento de una noticia por separado), más fácil será reutilizarlo según las necesidades que surjan.
  • Automatización: se refiere a la capacidad de software para que cierto tipo de contenidos sea creado sin intervención humana, sino que a partir de datos obtenidos de manera automática por software creado para el efecto. Esto va desde la información del tiempo hasta la explicación de la campaña de un equipo deportivo (o la acción de una compañía) a partir del análisis de las estadísticas que regularmente se publican sobre su desempeño. Bloomberg, la empresa especializada en contenido financiero, por citar un ejemplo, genera hasta un 25% del contenido que produce a través de este tipo de sistemas.
  • Desarrollo de Audiencias: implica poner en marcha una serie de mecanismos de recolección de datos de la actividad de la audiencia y del desempeño de los contenidos, para ir tomando decisiones acerca de lo que se va produciendo, publicando y difundiendo para mantener a la audiencia interesada. Aunque suene frío y alejado de las noticias, es la manera más adecuada para definir qué ofrecer, en qué momento y a qué parte de la audiencia, para que la experiencia del medio sea la más adecuada para conseguir los efectos más relevantes posibles para el medio.
  • Muros de pago: aunque va al último, no es la menos importante. Probablemente, sea la consecuencia de implementar las tecnologías anteriores, ya que implica cobrar por lo que se ofrece como contenidos. Para eso es necesario cerrar el acceso y dejar entrar a quienes estén suscritos. Las posibilidades son variadas y van desde un número de artículos gratis por mes con el fin de que no se pierda la relación con la audiencia impedida de ver lo que se produce, hasta aplicaciones donde todo lo que se ve es pagado. Lo relevante en este caso, es generar contenidos que hagan necesaria la suscripción. Si lo que está tras el muro de pago no es relevante, nadie pagará por ver.

Como se puede apreciar, todo lo que se plantea en este post requiere de software especializado que facilite las nuevas capacidades que van junto con el contenido. Pero además, necesita de profesionales que logren hablar en estos formatos híbridos de conocimiento: periodistas y diseñadores que programen, ingenieros que se preocupen de los metadatos, bibliotecarios que entiendan de métricas digitales. Hay que pensar desde ya en una suerte de mashup de conocimientos. Las nuevas tecnologías lo requieren.

Nuevo libro: últimos pasos

Tal como he ido anunciado en varios lugares, incluyendo este blog, los últimos meses han sido los finales para llegar a la publicación de mi nuevo libro. Si bien la redacción la finalicé hace tiempo, no he parado de corregir y, si sigo igual, no saldrá nada, así que ya tomé la decisión de dejar de hacerlo 🙂

La imagen muestra un texto impreso y elementos para hacer la corrección de un manuscrito.
La etapa de corrección ha estado llena de detalles, muy entretenidos.

El título del libro es “Cien elementos que debe tener un sitio web” y como lo reseñé hace unos días, su contenido consiste en lo siguiente:

Cien elementos que debe tener un sitio web” es una intersección entre un largo checklist y un compendio de elementos que deben estar incluidos en un sitio web y en las redes sociales de la organización. Ambos son herramientas que tienen como objetivo ser un espacio de comunicación que permita conversar y que al mismo tiempo, comportarse como un autoservicio interactivo de información, representando adecuadamente a la empresa u organización frente a los interesados en sus productos y servicios.

El libro cuenta con diez capítulos entre los que se distribuyen los 100 elementos que, de acuerdo al conocimiento y experiencia del autor, son los más adecuados para asegurar que el espacio digital que se construye cumple con los objetivos de sus creadores y responde a las necesidades de quienes los visitan y utilizan. En cada uno de los elementos se explica el objetivo que se persigue, lo que se debe hacer para cumplirlo y se entregan ejemplos de sitios web que utilizan dicho criterio.

¿En qué estoy ahora? Varias cosas:

  • Respendiendo la pregunta, ¿impreso o digital? ¿Ambos? Es un tema de costos. Lo primero es caro y no tengo cómo abordarlo, por lo que estoy mirando la forma de atenderlo. ¿Auspiciadores? ¿Crowd funding? Estoy buscando alternativas y tengo buenas perspectivas.
  • Terminando la revisión, que como ya he aprendido, puede ser eterna. Habrá errores y aciertos. Lo importante es que logre terminar con los primeros por mi cuenta y que los otros tengan vida propia.
  • Cumpliendo con la ley: registro de propiedad intelectual, registro ISBN y esos temas.
  • Definiendo la difusión y los espacios en los que trabajaremos. Ya habrá novedades al respecto.

Queda menos, así que si lees este sitio con frecuencia, tendrás las novedades apenas salgan.

El examen de grado de Zuckerberg

Ante un grupo de congresistas que lo doblaban en edad, Mark Zuckerberg, parecía más un estudiante dando un examen de grado que lo que es: un ejecutivo de una de las empresas más poderosas del mundo.

La otra diferencia, es que en un examen, quien pregunta, siempre sabe. En este caso, muchos de los políticos se estaban informando acerca de lo que la red podía hacer, sin llegar a entender plenamente las respuestas que recibía. De allí que muchas veces no pudieran hacer nada con los “ladrillos” que les devolvía Mark (ver coberturas de WSJ, NYT y C-SPAN).

Incluso hubo quienes actuaron de fans, como el senador que le envió saludos a su hijo y mencionó su cuenta de Instagram.

Mark Zuckerberg enfrenta a los fotógrafos, poco antes de comenzar su presentación en el Congreso (Imagen de C-Span)
Mark Zuckerberg enfrenta a los fotógrafos, poco antes de comenzar su presentación en el Congreso (Imagen de C-Span).

Lo que está en juego

Pero, ¿qué está en juego en las sesiones de los comités del Congreso de Estados Unidos ayer, además de la segunda sesión que sigue hoy miércoles?

Probablemente, Mark trata a toda costa de evitar que se legisle en torno a lo que puede o no, hacer su compañía. Algo similar a lo que han tratado de hacer otras empresas, de muchos otros diversos rubros que han tenido que ir a Washington a dar explicaciones.

Facebook es una gran empresa de exhibición de publicidad, un espacio de contenidos donde quienes participan pueden ver información que les interesa, junto a avisos contextuales, que unidos en una experiencia simple y entretenida, logran adicción y tracción. Mientras más datos le da cada usuario a la empresa, mejor respuesta recibe de la red social y por eso se hace tan atractivo participar en ella.

¿Qué se puede legislar? Pues, los límites de lo que la empresa puede hacer con los datos de los usuarios. También, que tenga auditorías externas para demostrar lo que declara (por ejemplo, que borra los datos de quienes borran su cuenta). Por último, que se le impida recolectar datos fuera de su espacio, como lo hace hoy.

¿Qué no se puede legislar? Su alcance: ayer Zuckerberg al hablar acerca de la forma en que se ha usado Facebook por terceros para intervenir en política, mencionó cinco países en cuyas elecciones se está haciendo algo parecido a lo que pasó en la de Estados Unidos. Facebook ya es muy grande como para enfrentarla.

¿Significa entonces que ya es muy tarde y que hay que rendirse por su tamaño? Mi respuesta es lo que dije antes: debemos valorar el concepto de la privacidad y compartir con cuidado en esos espacios. No hay que darle herramientas a un sistema que ya ha demostrado lo que puede hacer con los datos ajenos.

Escribir para la web: las respuestas de Google

Siguiendo con el post de la semana pasada acerca de los nuevos formatos para escribir en la web, quería darle una mirada rápida a la forma en que Google está respondiendo a ciertas preguntas (especialmente si las haces desde el navegador Chrome), ya que de cierta manera está configurando la forma “natural” de recibir información que uno necesita saber.

Comencemos por el tiempo.

La imagen muestra la barra de búsqueda de Google en Chrome
El Tiempo en New York respondido sin hacer click en un enlace, sino que sólo escribiendo la frase.

Hace unos días necesité saber cómo estaba el tiempo en Nueva York y bastó comenzar a escribirlo para que me mostrara lo que necesitaba saber: temperatura y pronóstico al instante.

Luego y avanzando hacia lo que se muestra en la página de resultados, Google está haciendo ofertas que permiten una de dos cosas: ver en pantalla o entender el contexto.

En el primer caso, al mostrar respuestas en pantalla, Google extrae el contenido de donde lo ha encontrado, y le evita al usuario la necesidad de ir al sitio que lo ofrece.

La imagen muestra una página de resultados de Google
Las respuestas de Google toman contenido de un sitio y los muestran en pantalla, sin necesidad de ir al sitio que lo genera.

En resumen, Google está usando el contenido de alguien más y ofrece una respuesta inmediata a quien consulta. Esto es muy bueno para quien pregunta, pero le da un mal servicio a quien genera ese contenido ya que no le genera ningún valor (ni siquiera una visita). Creo por lo mismo que llega el tiempo para que los productores de ese valioso contenido le planteen al buscador nuevas condiciones o, si no es así, que Google pague por lo que usa. ¿No les parece?

Inteligencia colectiva

En el segundo caso, la página de resultados de Google ofrece búsquedas relacionadas que han hecho otros usuarios, con el objetivo de que uno “vitrinee“, aprovechando la inteligencia colectiva de todos los visitantes y apoyando a quienes están haciendo preguntas más básicas. En este caso, Google sí entrega un servicio que vale la pena.

La imagen muestra la página de resultados de Google.

Probablemente esto mismo deba ser usado por los proveedores de contenidos para apoyar las necesidades de información de sus usuarios y dejar de ser destinos puntuales para un tema, sino que ser proveedores de conocimientos de un parea. Allí hay trabajo pendiente, puesto que muchas veces la pregunta aborda una parte del tema y no se logra ver el contexto del área al que pertenece lo que se consulta. Queda trabajo por hacer, ¿no?

Dale no más, después lo arreglamos mejor

Como trabajo haciendo sitios web, tengo claro que lo que se hace en formato digital puede ser modificado rápidamente e incluso, sin que quede demasiada huella.

Digo esto, en la última noche de febrero y luego de caminar por el centro de Santiago, donde nuevamente están reparando una calle, a la que le pusieron adoquines que fallaron y se soltaron antes de tiempo. Por eso, ahora le sacan los adoquines y le ponen asfalto. Dale no más, después lo arreglamos mejor, parece ser la consigna.

Es lo que se hace en el cyberday local, cuando en lugar de tener servidores que soporten alta demanda, se prefiere una solución más barata y eficaz, como es la generación de filas virtuales. La solución funciona, al menos un rato.

Es la forma en que se trabaja en la logística de entrega de productos que se compran vía comercio electrónico: hacer que el usuario espere en su casa todo el día, para que en algún momento, entre 9 y 9, llegue el repartidor con lo que se haya comprado. O, como me pasó la semana pasada al comprar algo y pedir retirar en la tienda: el plazo que me daban para que fuera a retirar lo que estaba en stock era para una semana después. O sea, vendamos online y después vemos cómo vamos arreglando los problemas.

Falta avanzar en la experiencia y darse cuenta que hay que resolver el problema completo y hacerlo bien la primera vez. Aunque da la sensación de que es más barato ir arreglando en el camino, ya que se nota menos al pagar por partes, el precio final siempre es más caro.

Pero, para quienes siguen ese camino, les dejo un consuelo. Es febrero, aún mientras escribo esto. Un mes que se puso allí para resolver un problema con los días que sobraban al fin del verano del hemisferio norte, donde vivían quienes crearon el calendario. Decidieron hacer un mes que se adpataba y que tenía más o menos días según se necesitara. Tuvo duraciones variables que fueron entre 24 y 30 días. Es decir, “Dale no más, después lo arreglamos mejor“. Una solución de parche que sigue hasta nuestros días.

En fin, se va febrero, se acaba el verano, empieza el año de verdad. Ánimo y a ver cómo arreglamos ahora lo que dejamos pendiente antes.

Las audiencias dan señales antes del fin

Suena catastrofista, pero desde hace un tiempo que ronda la idea de que los medios de comunicación están cerca de desaparecer como los conocemos. Es un pena, pero si estudias comunicaciones, es algo que hay que enfrentar creativamente.

Lo anterior lo he venido diciendo hace algún tiempo y por tanto, no es mayor novedad si has leído este blog anteriormente. Pero hoy aparecieron dos artículos que me pareció bueno dejar consignados en este post, para que no se me pasen de largo.

El primero fue una nota del diario El Mundo que fue destacada por el profesor Ramón Salaverría (U. de Navarra) acerca de cómo los inversionistas están moviendo sus fichas fuera de la televisión. Allí dicen:

… sus colegas de Wall Street están cortando el cable financiero a las televisiones y a sus distribuidoras. Hasta hace apenas un año, la televisión era en EEUU un negocio seguro. Había publicidad de sobra y, gracias a un oligopolio de la distribución, la gente tenía que pagar sí o sí por ver las películas, las series y los acontecimientos deportivos. O sea: se cobraba dos veces. Una, a los anunciantes; otra, a la audiencia. Y entonces llegó internet. Y, con ella, los Netflix, YouTube (que ha dado inicio a un servicio de pago libre de anuncios), Hulu, Amazon prime, Roku, Chromecast y todo tipo de servicios y dispositivos que permiten independizarse de la televisión. Si antes se veía la tele en la caja tonta, ahora se ve a través del teléfono inteligente. El resultado: las acciones de los grandes grupos de televisión están siendo pulverizadas.

En mis clases suelo culpar a mis alumnos de estar matando la TV: todos ellos dejaron de ver las noticias en la televisión hace mucho tiempo y además, consumen sus contenidos vía las señales de los canales (asincrónicamente, por supuesto), Youtube o Netflix.

Google es la fuente confiable

El segundo artículo viene de un medio llamado Quartz que vengo siguiendo hace algún tiempo y que cita un trabajo que presentará la agencia de relaciones públicas Edelman en Davos, en los días que vienen. Lo ejemplifica el gráfico que se muestra a continuación:

El gráfico de Edelman que muestra en quiénes confían las personas a la hora de elegir dónde informarse. Google gana.
El gráfico de Edelman que muestra en quiénes confían las personas a la hora de elegir dónde informarse. Google gana.

En simple, la nota del medio señala:

Alrededor de mundo, un 63% de las personas dicen que confían en los buscadores para noticias e información, de acuerdo a una encuesta de 33 mil personas realizada en 28 países por Edelman, una empresa de relaciones públicas de Estados Unidos. Sólo el 53% confía en los medios online.

Lo interesante de mirar de la presentación hecha por la empresa, es que los medios tradicionales mantienen su importancia, pero baja cada año en que se mide y que claramente, serán reemplazado por la prensa online en algún tiempo. Y esto no porque los medios lo estén haciendo mal; es sólo que están haciendo lo mismo de siempre, mientras que la innovación la están haciendo los nuevos.

Concluimos que probablemente seguiremos viendo la supremacía de los medios tradicionales, pero queda claro que hay ruido de fondo. Lo hace la propia audiencia, que da señales de estar cambiando su forma de enterarse acerca de qué ocurre en el mundo.

A propósito, mi medio para llegar a estos artículos fue Twitter.

Wireframes o maquetas funcionales: Nielsen tiene la respuesta

Al momento de enseñar arquitectura de la información y experiencia de usuario, aparecen varios tipos de herramientas que permiten completar las tareas que implica el desarrollo de los contenidos digitales.

La duda es qué usar y cuándo. Por ejemplo, es útil partir con elementos que ayuden a entender las necesidades de los dueños del proyecto y luego otros, que faciliten la comprensión de los usuarios. Luego se avanza en cómo organzar la información y la estructura de los contenidos. Hasta finalizar con maquetas funcionales y el diseño final que permite hacer una idea de lo que se va a construir, para poder probarlo.

Sin embargo, Jakob Nielsen agrega un elemento adicional. Mediante una investigación reciente logró determinar cuáles son los elementos preferidos, de acuerdo al grupo con el que esté trabajando quien desarrolla el proyecto. En este sentido, distinguió entre desarrolladores, gerente internos y clientes externos, situando en cada caso, cuáles son los elementos que prefieren usar quienes fueron consultados.

En el siguiente diagrama se muestran estas preferencias:

Diagrama de Nielsen Norman Group acerca de los objetos preferidos por quienes desarrollan proyectos digitales, a la hora de trabajar con diferentes tipos de audiencia, durante el desarrollo de un proyecto.
Diagrama de Nielsen Norman Group acerca de los objetos preferidos por quienes llevan a cabo proyectos digitales, a la hora de trabajar con diferentes tipos de audiencia, durante el desarrollo de un proyecto.

El artículo está muy interesante, así que recomiendo darle una mirada.