Ante un grupo de congresistas que lo doblaban en edad, Mark Zuckerberg, parecía más un estudiante dando un examen de grado que lo que es: un ejecutivo de una de las empresas más poderosas del mundo.
La otra diferencia, es que en un examen, quien pregunta, siempre sabe. En este caso, muchos de los políticos se estaban informando acerca de lo que la red podía hacer, sin llegar a entender plenamente las respuestas que recibía. De allí que muchas veces no pudieran hacer nada con los “ladrillos” que les devolvía Mark (ver coberturas de WSJ, NYT y C-SPAN).
Incluso hubo quienes actuaron de fans, como el senador que le envió saludos a su hijo y mencionó su cuenta de Instagram.
Lo que está en juego
Pero, ¿qué está en juego en las sesiones de los comités del Congreso de Estados Unidos ayer, además de la segunda sesión que sigue hoy miércoles?
Probablemente, Mark trata a toda costa de evitar que se legisle en torno a lo que puede o no, hacer su compañía. Algo similar a lo que han tratado de hacer otras empresas, de muchos otros diversos rubros que han tenido que ir a Washington a dar explicaciones.
Facebook es una gran empresa de exhibición de publicidad, un espacio de contenidos donde quienes participan pueden ver información que les interesa, junto a avisos contextuales, que unidos en una experiencia simple y entretenida, logran adicción y tracción. Mientras más datos le da cada usuario a la empresa, mejor respuesta recibe de la red social y por eso se hace tan atractivo participar en ella.
¿Qué se puede legislar? Pues, los límites de lo que la empresa puede hacer con los datos de los usuarios. También, que tenga auditorías externas para demostrar lo que declara (por ejemplo, que borra los datos de quienes borran su cuenta). Por último, que se le impida recolectar datos fuera de su espacio, como lo hace hoy.
¿Qué no se puede legislar? Su alcance: ayer Zuckerberg al hablar acerca de la forma en que se ha usado Facebook por terceros para intervenir en política, mencionó cinco países en cuyas elecciones se está haciendo algo parecido a lo que pasó en la de Estados Unidos. Facebook ya es muy grande como para enfrentarla.
¿Significa entonces que ya es muy tarde y que hay que rendirse por su tamaño? Mi respuesta es lo que dije antes: debemos valorar el concepto de la privacidad y compartir con cuidado en esos espacios. No hay que darle herramientas a un sistema que ya ha demostrado lo que puede hacer con los datos ajenos.